N. L.
A pesar de que el Parlamento Europeo había anunciado que llevaría a la Comisión Europea a los tribunales por no activar el mecanismo de la condicionalidad de los fondos europeos, los jefes de Gobierno de los principales países de la UE, en concreto Alemania y Francia, y en cierta medida Italia y España, han pedido cautela ante un órdago polaco, país que sólo cuenta con un aliado: el líder húngaro Viktor Orban.
Polonia no estaba en el orden del día en la Cumbre Europea pero se ha hecho un hueco por la deriva autoritaria en Varsovia, que coloca al país fuera del ordenamiento jurídico de la UE a través de resoluciones de un Tribunal Constitucional cuestionado por las instituciones europeas.
Mientras el Parlamento Europeo anunció este miércoles que llevaría a la Comisión Europea a los tribunales por no activar de una vez el mecanismo de la condicionalidad de los fondos europeos, por el cual el dinero deja de fluir a los Estados que no cumplen con los valores europeos, los jefes de Gobierno de los principales países de la UE, Alemania y Francia –y de alguna manera Italia y España–, han pedido cautela ante un órdago polaco en el que sólo cuenta con un aliado: el húngaro Viktor Orbán.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, principal aliado del Gobierno polaco, dijo a su llegada a la cumbre que hay una “caza de brujas en Europa contra Polonia” y que Varsovia tiene razón: «La UE tiene primacía donde tiene competencias”
Angela Merkel y Emmanuel Macron están empujando para que la Comisión Europea no se apresure a tomar medidas que podrían profundizar la confrontación con Varsovia: la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, avisó este martes al primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, de que estaba poniendo en riesgo 106.000 millones –entre fondos de cohesión, política agraria común y fondos de recuperación-.
Alemania y Francia temen que la presión pueda llevar a Polonia a responder con el bloqueo de decisiones de la UE, así como debilitar el europeísmo polaco. Además, todos los presentes tienen en la memoria el pasado conflictivo entre Varsovia y Berlín, así como las consecuencias que puede tener el desapego de los países del Este con la UE.
De hecho, países tradicionalmente duros con el Estado de Derecho, como los del Benelux, no han expresado la dureza que sí mostraron en junio con la deriva homófoba de Hungría, por ejemplo, lo que evidencia que el peso polaco es superior, en particular en las peleas por la política agraria común, que también afecta a España, país que también ha llamado al diálogo, si bien nadie ha pedido descartar las medidas más duras.
Durante su intervención, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, insistió en lo expresado en el Parlamento Europeo: que el conflicto entre su país y la UE no se trata de los principios del Estado de Derecho, sino de si la UE está sobrepasando su jurisdicción cuando las instituciones europeas cuestionan la independencia del sistema judicial polaco.
Morawiecki, en todo caso, reiteró que están dispuestos a revertir una de las decisiones en discordia, como la Junta Disciplinaria judicial, considerada una injerencia del poder político sobre el judicial por parte de Bruselas y el TJUE. Eso sí, insistió que el fallo del Constitucional que considera que parte de los tratados de la UE violan la Carta Magna polaca no socava la jurisdicción europea.
«El Estado de Derecho es un pilar fundamental de la Unión Europea», ha dicho Angela Merkel en el que puede ser su último Consejo Europeo, el 107 tras 16 años al frente de Alemania, «por otro lado, una cascada de disputas legales ante el Tribunal de Justicia de la UE no resuelve el problema de cómo aplicar realmente el Estado de Derecho. Creo, además, que tenemos un problema que debemos tomarnos muy en serio, no es solo un problema entre Polonia y la Unión Europea, también se está debatiendo en otros Estados miembros. La Conferencia sobre el futuro de Europa es en realidad un buen lugar para debatir, entre otras, estas cuestiones.
Ursula von der Leyen insistió, en todo caso, en que el reciente fallo del Tribunal Constitucional de Polonia sobre la supremacía del Derecho nacional frente al Derecho de la UE había llevado la crisis entre Bruselas y Polonia a «una nueva dimensión”
Polonia, un gran país
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha dicho por su parte, tras reunirse con el primer ministro polaco: «Polonia es un gran país de la Unión Europea que debe liderar junto con otros muchos el proyecto de integración europea. Pero también deben entender que la Comisión Europea es la guardiana de los tratados, que su rol reconocido es cumplir y hacer cumplir la legislación y los tratados. Por tanto, desde una posición de apoyo y de respaldo a la Comisión Europea, lo que he trasladado al primer ministro polaco, es que encontremos una vía constructiva de diálogo para poder encontrar una solución que saque a la Unión Europea y a los Estados miembros de esta situación tan compleja».
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, insistió, en todo caso, en que el reciente fallo del Tribunal Constitucional de Polonia sobre la supremacía del derecho nacional frente al derecho de la UE había llevado la crisis entre Bruselas y Polonia a «una nueva dimensión». Y añadió: «Todos tenemos que asumir responsabilidades cuando se trata de proteger nuestros valores fundamentales».
Morawiecki, por su parte, insistió en que está abierto al diálogo con sus homólogos europeos, pero que su gobierno no va a «actuar bajo la presión de un chantaje».