La UE ya ha puesto toda su energía en “revitalizar” la relación transatlántica con el equipo Biden-Harris que llegará en enero a la Casa Blanca. El presidente del Consejo Europeo y la líder de la Comisión Europea han mantenido su primera conversación telefónica con el demócrata, al que han invitado a un Consejo Europeo extraordinario para el próximo año para debatir sobre las prioridades estratégicas a ambos lados del Atlántico.
Casi tres semanas después de que la Unión Europea arropara su victoria en una acción concertada sin precedentes frente a las acusaciones de fraude de Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, telefoneaba el lunes pasado a los principales dirigentes comunitarios: la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El presidente del Consejo Europeo ha agradecido a Biden su apoyo al acuerdo de divorcio de la UE con Reino Unido y en particular al protocolo sobre Irlanda del Norte que el Gobierno de Boris Johnson pretende saltarse de forma unilateral
En una conversación que ha durado casi 20 minutos, Michel ha propuesto a Biden «reconstruir una alianza transatlántica fuerte basada en intereses comunes y en valores compartidos». El presidente del Consejo Europeo ha invitado además al futuro inquilino de la Casa Blanca a una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebraría en Bruselas en 2021 para «discutir prioridades compartidas».
Unir fuerzas
«Es el momento de unir fuerzas. En un mundo cambiante, nuestra alianza será más importante que nunca para proteger a nuestros ciudadanos, relanzar nuestras economías, detener el calentamiento global y crear un mundo más seguro. La UE y EEUU siempre tendrá más impacto si actúan juntos», ha dicho Michel en un comunicado.
El presidente del Consejo Europeo le ha agradecido además a Biden su «apoyo claro» al acuerdo de divorcio que la UE concluyó el año pasado con Reino Unido y en particular al protocolo sobre Irlanda del Norte, que el Gobierno de Boris Johnson pretende saltarse de forma unilateral. «Este acuerdo preserva la paz y la estabilidad en Irlanda y respeta plenamente el Acuerdo de Paz del Viernes Santo«, alega Michel.
Biden ya habló el pasado 10 de noviembre con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el presidente francés, Emmanuel Macron, pero le ha costado otros 13 días contactar con los dirigentes comunitarios.
La UE espera que el nuevo presidente abra una nueva etapa de cooperación entre Bruselas y Washington tras los cuatro años de desprecio y hostilidad abierta de Donald Trump. Un nuevo comienzo cuyos primeros gestos serán el regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático, al pacto nuclear con Irán y a la Organización Mundial de la Salud.
«La relación entre Europa y Estados Unidos es la columna vertebral de las democracias. Este vínculo (transatlántico) es la piedra angular del compromiso de EEUU no sólo con Europa, sino con el resto del mundo», dijo Biden en su última visita a Bruselas en 2015 en calidad de vicepresidente de Barack Obama.
Su recién anunciado secretario de Estado, Antony J. Blinken, que pasó parte de su juventud en París y habla un perfecto francés, también quiere revitalizar el vínculo transatlántico. «Tenemos un gran interés en una Unión Europea que actúe y que lo haga con fuerza y convicción. Para nosotros es un socio importante e ineludible y por eso deseamos su éxito», dijo Blinken a la televisión francesa también durante la era Obama.
Estos agitados 4 años de legislatura bajo el mandato de Donald Trump han tensado, en muchos sentidos, las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, la salida del magnate de la presidencia de EEUU no implica que las negociaciones entre ambas potencias den un giro radical.
Si algo ha caracterizado el mandato de Trump ha sido un enorme celo con las economías extranjeras. Tanto es así, que buena parte de la política exterior de EEUU durante los últimos años se han basado en amenazas de nuevos aranceles.
Quizá el ejemplo más paradigmático ha sido la intensa guerra comercial que EEUU y China libraron en los últimos años. En marzo de 2018, Trump decidió subir los aranceles a las importaciones chinas de acero y aluminio. China respondió con un aumento de los impuestos a 128 productos estadounidenses. Ahí empezó todo.
Mientras el conflicto escalaba, Europa también se vio golpeada. En octubre de 2019, EEUU anunció una subida de aranceles a productos europeos como respuesta a las ayudas de la UE a Airbus. Aunque no es una causa directa de esta guerra comercial, sí que estaba relacionado con la tensión comercial de los últimos meses. El vino, el aceite o las aceitunas fueron algunos de los productos españoles más afectados.
La presidenta de la Comisión ha invitado al futuro inquilino de la Casa Blanca a una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno que se celebraría en Bruselas durante 2021 para «discutir prioridades compartidas»
Aunque un cambio de color político en la Casa Blanca abre la puerta a pensar en una desescalada de esta guerra proteccionista, el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, no lo tiene tan claro. En una reciente entrevista recordaba que «el Partido Demócrata también tiene un ramalazo proteccionista nada desdeñable».
Por lo pronto, la Unión Europea ha confirmado este lunes que impondrá aranceles a la importación al bloque de una serie de productos de Estados Unidos como compensación por las subvenciones que Washington concedió la compañía del sector aeronáutico Boeing, declaradas ilegales por la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, ha confirmado que Bruselas ya ha tenido los primeros contactos «informales» con el equipo de Biden, con quien espera avanzar en una agenda comercial «positiva», pero de momento a partir de este martes entrarán en vigor los nuevos aranceles.
Y mientras EEUU abandonaba el Acuerdo de París, fue el gran ausente en la COP25, la Cumbre del Clima que se organizó a finales de 2019 en Madrid, Europa se ha obcecado en hacer de la política verde uno de sus ejes de acción para la legislatura. Algo que también ocurre en España. El Gobierno de coalición le ha dedicado una vicepresidencia a la Transición Ecológica.
Con el regreso de los demócratas al poder es de esperar que EEUU retome sus compromisos por la descarbonización de la economía.