N. L.
Bruselas acelera sus decisiones en Defensa en plena guerra de Ucrania. Acaba de aprobar la creación de una fuerza de respuesta rápida ante futuras crisis que contará con 5.000 soldados. La medida forma parte de la ‘Brújula Estratégica’ europea, ha explicado el jefe de la diplomacia, Josep Borrell, quien anunció también un segundo fondo de ayuda para el país invadido por Rusia. El ataque ruso a Kiev, “ha evidenciado la necesidad de que Europa sea más fuerte”. El objetivo es aumentar el gasto en Defensa hasta los 200.000 millones, un 2,5% del PIB europeo
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea, en una sesión conjunta con sus homólogos de Defensa, han dado el visto bueno a la nueva estrategia de defensa con la que la UE apuesta por aumentar su capacidad militar, invirtiendo más y de forma más coordinada.
Presentada por el responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, en noviembre pasado, el documento, conocido como ‘Brújula Estratégica’, ha tenido que ser modificado mientras lo negociaban los Veintisiete para tener en cuenta el efecto de la invasión rusa de Ucrania y preparar mejor a la UE ante acontecimientos como una guerra en suelo europeo.
Además de Rusia, la ‘Brújula’ contempla amenazas en China, el este de Europa, el Ártico, África, Oriente Medio o América Latina, así como fenómenos como el “terrorismo”, la expansión de los arsenales nucleares, las “estrategias híbridas” y campañas de desinformación
De este modo, la UE pone objetivos y plazos concretos de su política de defensa de aquí a 2030. Borrell ha reconocido que, aunque no constituye una respuesta a la invasión rusa de Ucrania, la guerra ha influido en este impulso a las capacidades militares europeas, comenzando por un mayor gasto.
Borrell ha recordado que la UE gasta ya 200.000 millones de euros en gasto militar, “casi cuatro veces más que Rusia, pero no con la misma eficiencia”, y tanto como China, aunque “ciertamente no es lo mismo 27 partes diferentes que una estructura militar integrada”.
Por ello, con el mensaje de que Europa está en peligro, ha confiado en que la nueva estrategia ayudará a la UE a superar lagunas y evitar solapamientos para hacer más de forma conjunta, en coordinación con la OTAN y sus socios internacionales.
Además de Rusia, la estrategia contempla amenazas en China, el este de Europa, el Ártico, África, Oriente Medio, la región indo-pacífica o América Latina, así como por fenómenos como el “terrorismo”, la expansión de los arsenales nucleares, las “estrategias híbridas” y campañas de desinformación, los ciberataques o el cambio climático y los desastres naturales.
Una de las iniciativas estrella de la Brújula es la creación de una capacidad de despliegue rápido de la UE que permita la puesta en marcha de una fuerza de hasta 5.000 efectivos en un entorno no permisivo y que esté plenamente operativa en 2025. Este año se acordarán ya escenarios operativos y, a partir de 2023, iniciará ejercicios regulares.
A mediados de 2023, se adoptará un nuevo acuerdo para desplegar una “misión civil de 200 expertos”, totalmente equipados en un plazo de 30 días.
Para 2025, la Capacidad de Planificación y Ejecución Militar podrá planificar y ejecutar todas las misiones militares no ejecutivas y dos operaciones ejecutivas de pequeña o mediana escala, así como ejercicios en vivo. Para finales de 2022, la Capacidad Única de Análisis de Inteligencia revisará el análisis de amenazas de la UE en estrecha colaboración con los servicios de inteligencia de los Estados miembros y, para 2025, se reforzará esa capacidad con más recursos y el Centro de Satélites de la UE con vistas a tener más autonomía en inteligencia geoespacial.
Este año está previsto el desarrollo de una “caja de herramientas híbridas”, un marco para una respuesta coordinada a las campañas híbridas que afecten a la UE y a sus Estados miembros.
También en 2022 se impulsará un marco para la manipulación e interferencia de la información en el extranjero con el objetivo de que completar el “equipo híbrido” en 2024.
Este año también se seguirá desarrollando la política de ciberdefensa de la UE y se propondrá una nueva Ley Europea de Ciberresistencia y a finales de 2023 se adoptará una estrategia espacial de la UE con fines militares.
Para mediados de 2022, la UE abordará sus objetivos sobre el aumento del gasto en defensa. Para mediados de mayo, los países piden que la Comisión impulse un análisis de las lagunas en inversión en defensa que deberán reducirse sustancialmente para 2025.
500 millones para Ucrania
Durante esta década y más adelante, la UE se propone desarrollar un sistema de carros de combate, sustituir los buques de patrulla costeros y de alta mar mediante el desarrollo de plataformas navales conectadas en red, impulsar los sistemas aéreos no tripulados de combate, o avanzar en nuevos sensores y plataformas para la observación de la Tierra desde el espacio y servicios de comunicación desde el espacio.
Una de las iniciativas estrella de la estrategia europea es la creación de una capacidad de despliegue rápido que permita la puesta en marcha de una fuerza de hasta 5.000 efectivos que esté plenamente operativa en 2025, año en el que se concretarán escenarios operativos
El plan prevé facilitar el acceso a la financiación privada del gasto miliar y exenciones del IVA en la compra conjunta de armamento.
Por otra parte, los ministros de Exteriores han dado su acuerdo político para financiar con otros 500 millones de euros del Fondo Europeo en Apoyo de la Paz armas para Ucrania, una decisión que se deberá formalizar más adelante.
También han decidido seguir explorando nuevas sanciones contra Moscú que podrían afectar las exportaciones energéticas, en concreto de petróleo o carbón mientras que el gas es una cuestión más delicada por la gran dependencia que tienen de ese carburante diferentes Estados miembros.
En todo caso, Borrell ha apuntado que los líderes de la UE “considerarán de nuevo qué se puede hacer en cuanto a sanciones”.