N. L. ■
El Parlamento Europeo ha dado luz verde a que ciertas inversiones en plantas nucleares y en centrales de gas para generar electricidad se consideren sostenibles durante el periodo de transición a las renovables, tal como propuso la Comisión Europea a primeros de año. Con 278 votos a favor, 238 en contra y 33 abstenciones no ha prosperado la objeción a las futuras reglas de la llamada taxonomía, que pretende orientar las inversiones financieras en la Unión Europea hacia actividades económicas sostenibles.
El Parlamento Europeo ha dado luz verde a la propuesta de la Comisión Europea de incluir el gas y las centrales nucleares dentro de la taxonomía verde, de tal forma que estas dos tecnologías se equipararán a las energías renovables en los programas de finanzas sostenibles.
La propuesta fue elevada por la Comisión Europea en febrero de 2022 y ahora ha quedado ratificada por la mayoría de los europarlamentarios. El reglamento de la taxonomía verde tiene el objetivo de orientar las inversiones privadas hacia prácticas económicas que sean más respetuosas con el medio ambiente y que ayuden a impulsar la transición ecológica y energética del viejo continente.
Con esta votación, Europa modifica la norma y permite que el gas y las nucleares entren dentro del etiquetado verde que les permite competir con la solar o la eólica entre otras renovables, para recibir ayudas propias de tecnologías no emisoras de gases de efecto invernadero
Con esta votación, Europa modifica la norma y permite que el gas y las nucleares entren dentro del etiquetado verde que les permite competir con la solar o la eólica, entre otras renovables, para recibir ayudas propias de tecnologías no emisoras de gases de efecto invernadero.
En base a el reglamento aprobado, se considerarán verdes todas las centrales nucleares que cuenten con un permiso de construcción antes de 2045 y siempre que presenten garantías de poder tratar los residuos radioactivos. Por lo que respecta al gas, se ha aprobado que este debe emitir menos de 270 kg de CO2 por KW/h y disponer de un permiso de construcción previó a 2030.
El cambio en la taxonomía verde ha contado con el rechazo de los partidos ecologistas europeos, de los grupos ambientalistas y de la propia comunidad científica. De hecho, los expertos independientes que asesoran a la Comisión Europea emitieron en enero un informe en el que se cuestionaba la decisión de catalogar el gas y las nucleares como verdes. Respecto al gas, los científicos señalaban que «no es verde en ningún momento de su vida» y ponían el foco en las emisiones de gases de efecto invernadero que genera su uso. En cuanto a las nucleares, el documento publicado evidenciaba los riesgos que supone esta tecnología para la «protección de los recursos hídricos y marinos, la transición a una economía circular o la protección y restauración de la biodiversidad y ecosistemas».
Al informe de los asesores se suma la votación de la Comisión de Medio Ambiente del Europarlamento, la cual se saldó con un amplio rechazo al nuevo reglamento que alimentaba las esperanzas de los grupos ecologistas y partidos verdes.
En proceso de votación en las diferentes cámaras de la Unión Europea se han mostrado claras divergencias entre países. España, Luxemburgo, Austria, Irlanda y Países Bajos han sido los Gobiernos que se han manifestado radicalmente en contra del nuevo reglamento de taxonomía. Frente a ello, el peso de Francia, el país con más reactores nucleares de Europa, ha conseguido recabar apoyos de Bulgaria, Croacia, República Checa, Finlandia, Hungría, Polonia, Rumania y Eslovenia. Por otro lado, Alemania ha sido el Estado con mayor interés en tipificar el gas dentro del nuevo catálogo de inversiones sostenibles, aunque su coalición de Gobierno ha estado dividida, con Los Verdes en contra de la taxonomía y los socialdemócratas del (SPD) a favor.
La votación del Parlamento Europeo no cierra definitivamente la aprobación de la nueva taxonomía. Aún debe pronunciarse el Consejo Europeo, que tiene de plazo hasta el 11 de julio para decidir si respalda o no las decisiones de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo. No obstante, todo apunta a que este órgano se pronunciará en la misma dirección y equiparará el gas y las nucleares a las energías renovables.
Grupo de expertos
Hay que recodar, que, la Plataforma de la Unión Europea sobre Finanzas Verdes, el grupo de expertos que asesora a la Comisión Europea en materia de transición energética, emitía el pasado enero un informe en el que critica la decisión de Bruselas de incluir al gas y a las nucleares dentro de la Taxonomía Verde, el sistema que determina qué actividades entran dentro de los criterios de sostenibilidad.
Luxemburgo, Austria, Irlanda y Países Bajos se han manifestado en contra del nuevo reglamento de taxonomía. Enfrente, Francia, el país con más reactores nucleares de Europa y Alemania, el Estado con mayor interés en tipificar el gas dentro del nuevo catálogo de inversiones sostenibles
La Comisión Europea publicó el 31 de diciembre de 2021el polémico borrador en el que, atendiendo a las peticiones de Francia y Alemania, se planteaba la catalogación del gas y de las centrales nucleares como fuentes de energía válidas para la transición energéticas. Al incluir estas dos tecnologías dentro de la denominada Taxonomía Verde obtendrían las mismas ventajas económicas que pueden recibir otras fuentes energéticas como las renovables, de modo que los proyectos que se nutriesen de gas o nuclear podrían recibir el respaldo y las ayudas económicas de Bruselas.
El borrador planteaba incluir dentro de las etiquetas verdes a las centrales de gas que utilicen al menos un 30% de gases renovables o bajos en carbono a partir de 2026 y un 50% a partir de 2030.