N. L.
El Parlamento Europeo, por 582 votos a favor, 40 en contra y 69 abstenciones, ha aprobado el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, el principal brazo del Fondo Europeo de Recuperación que consagra 672.500 de sus 750.000 millones de euros. A España le corresponden 144.000 millones. Los Estados miembros deben presentar sus planes nacionales de reformas a la Comisión antes de que concluya el mes de abril.
La Unión Europea ha dado un paso más hacia la puesta en marcha del fondo de recuperación. El Parlamento Europeo ha aprobado las reglas del programa más importante de este instrumento creado para paliar los estragos de la crisis económica y social provocada por la pandemia. Las normas establecen las condiciones y el procedimiento de acceso a los 672.500 millones de euros que se distribuirán entre los Estados miembros a través de transferencias y préstamos.
El reglamento del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia ha salido adelante con 582 votos a favor, 40 en contra y 69 abstenciones. No obstante, todavía debe ser aprobado por el Consejo de la Unión Europea y publicado en el Diario Oficial de la UE, un trámite previsto para mediados de este mes.
Cuando finalice este proceso, los Gobiernos enviarán a la Comisión sus planes para optar a los fondos con las reformas e inversiones previstas. España se beneficiará de 70.000 millones en forma de transferencias no reembolsables
Cuando finalice todo este proceso, los gobiernos deberán enviar a la Comisión Europea sus planes para optar a los fondos con las reformas e inversiones para financiar estas ayudas. España aspira a beneficiarse de 70.000 millones en forma de transferencias no reembolsables y un montante en créditos de hasta el 6,8% del PIB de 2019.
Si bien Bruselas lleva tiempo diseñando la puesta en marcha de este plan, el vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis, advierte que todavía “queda mucho trabajo por delante”, ya que incluso los países con borradores “más avanzados” deben acabar de ultimar los detalles para poder acceder a los fondos. Por su parte, Bruselas dispondrá de un plazo de dos meses para evaluar los planes remitidos por cada gobierno.
En este sentido, Dombrovskis ha recordado que los planes remitidos por los Estados miembros deberán contener un “equilibrio adecuado” entre reformas e inversiones. El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia financiará proyectos y medidas puestos en marcha desde febrero del 2020 hasta agosto del 2026.
El programa se centrará en seis pilares, entre los que destacan el apoyo a la transición ecológica y la transición digital. Los planes nacionales tendrán que destinar a estos objetivos, respectivamente, un 37% y un 20% de las ayudas recibidas. Además, deberán impulsar el crecimiento económico, apoyar la cohesión social y territorial o mejorar el funcionamiento institucional.
A la hora de evaluar los planes nacionales, Bruselas tendrá en cuenta si estos abordan “todas o un conjunto significativo” de las recomendaciones económicas que la Comisión Europea ha hecho a cada uno de los países. Esta condición es la que obliga a España a acometer reformas para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones o retocar la legislación laboral para facilitar la contratación indefinida.
El apoyo a las familias, las inversiones para fomentar la innovación, la eficiencia energética, la mejora de infraestructuras ferroviarias para el transporte de mercancías, el apoyo al I+D y avanzar en la ley de la unidad de mercado son otras de las recomendaciones que las autoridades europeas han hecho a España.
Una vez concluido el análisis de cada plan nacional por parte del Ejecutivo comunitario, el resto de socios de la UE tendrán que decidir si dan el visto bueno al plan o exigen introducir cambios. En el caso de ser aprobado definitivamente, la UE deberá desembolsar un anticipo equivalente al 13% de la ayuda total asignada a cada Estado miembro, que en el caso de España ascendería a unos 10.000 millones de euros.
Los países sólo recibirán el resto de la ayuda comprometida a medida que vayan completando una serie de hitos y objetivos establecidos previamente en los planes de recuperación que hayan sido aprobados. Para ello, Bruselas evaluará las solicitudes que envíen los gobiernos dos veces al año y los fondos serán desbloqueados si la Comisión comprueba que se han logrado las metas fijadas. Por el contrario, si el Ejecutivo comunitario concluye que el país no ha logrado superar los hitos y objetivos fijados «satisfactoriamente», puede suspender todo o parte del desembolso.
El reglamento también prevé que se congelen las ayudas de este fondo si un país incumple sus objetivos de reducción de déficit y deuda públicas. Esto sólo podrá suceder cuando las reglas fiscales europeas, ahora suspendidas por la pandemia, vuelvan a aplicarse. Además, la suspensión sólo afectará al 25% de los fondos comprometidos o a un montante de hasta el 25% del PIB del país afectado.
El programa se centrará en seis pilares, entre los que destacan el apoyo a la transición ecológica y digital. Los planes nacionales tendrán que destinar a estos objetivos, respectivamente, un 37% y un 20% de las ayudas recibidas
No obstante, no podrá efectuarse ningún pago hasta que los veintisiete parlamentos nacionales hayan aprobado la Decisión de Recursos Propios de la UE, que es la normativa que permite a la Comisión Europea captar fondos en los mercados de deuda. A día de hoy, sólo Croacia, Chipre, Eslovenia, Portugal, Francia y Bulgaria han aprobado este procedimiento.
Rebaja del PIB
La Comisión Europea (CE) rebaja su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) en la eurozona durante 2021 hasta el 3,8%, mientras que para el conjunto de la Unión Europea (UE) también empeora su estimación y la sitúa en el 3,7%.
En las proyecciones anteriores, publicadas en noviembre, el ente europeo había pronosticado para este año un aumento del PIB del 4,2% en los diecinueve países que comparten la moneda única y del 4,1% en los veintisiete. Respecto a 2022, el Ejecutivo comunitario mejoró este jueves las previsiones al predecir un aumento del producto interior bruto del 3,8% en la eurozona y del 3,9% en la UE. En otoño había anticipado subidas del 3% en ambas áreas.
Se prevé un repunte de la actividad, aún moderado en el segundo trimestre del año, pero más vigoroso en el tercero, impulsado por el consumo privado con el apoyo adicional del comercio mundial. Además, se espera que la inflación en la zona euro y en la UE sea ligeramente superior en 2021.