N. L.
Una deuda que se ha disparado en todos los Estados, pero particularmente en los países con niveles previos a la crisis más elevados, lo que refleja “el hecho de que la recesión ha sido más profunda en estos países”, explicaba Gentolini en la reunión del Eurogrupo celebrada esta semana. En el encuentro se habló del aumento de los déficits por las pérdidas de ingresos del sector del turismo y de los riesgos sobre salarios y productividad.
Hasta que irrumpió la crisis del covid19 en el continente europeo, los esfuerzos por corregir los desequilibrios macroeconómicos en la Eurozona habían empezado a dar sus frutos. Desde entonces, sin embargo, y según el diagnóstico transmitido por la Comisión Europea a los ministros de economía y finanzas del Eurogrupo, algunos de estos desequilibrios, como la deuda, se han disparado y con ello el riesgo de que se acentúen las divergencias dentro de la zona euro y se frene la recuperación. “Pese a la necesidad de mantener políticas expansivas, es preciso controlar que la hipoteca no sea demasiado grande”, alerta la Comisión.
Bruselas también alerta de un posible resurgimiento de los riesgos por la desaceleración de los precios de la vivienda, con correcciones a la baja en los próximos años en algunos países, así como riesgos para el sector bancario
“La deuda pública está de nuevo en aumento en estos momentos, especialmente en los países más golpeados económicamente por la pandemia. En la nota que hemos presentado recalcamos que esos desequilibrios lamentablemente son una riesgo que probablemente va a ir a más. Nuestro deseo es evitar que haya una recuperación con diferentes velocidades”, ha explicado el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, tras un debate de la Eurozona en el que han reiterado la importancia de mantener una política económica expansiva y de prestar atención a los desequilibrios derivados del impacto social de la crisis que “todavía no se han dejado sentir plenamente”.
Exceso de ahorro
Entre los desafíos que más preocupan a Bruselas, destaca la persistencia de algunos grandes superávits por cuenta corriente relacionados con un exceso de ahorro y una falta de inversión, el aumento de los déficits por cuenta corriente debido a las pérdidas de ingresos derivadas de las restricciones sufridas por el sector del turismo, los riesgos sobre salarios y productividad así como el aumento de la deuda pública y privada.
Una deuda que se ha disparado en todos los Estados miembros pero particularmente en los países con niveles de endeudamiento previos a la crisis del coronavirus más elevados, lo que refleja “el hecho de que la recesión ha sido más profunda en estos países”. En el futuro, alerta la Comisión, el pago de la deuda por parte de las empresas podría ser un problema, especialmente en los sectores más afectados y de una forma más duradera por la crisis actual, lo mismo que las perspectivas para los hogares por el deterioro del mercado laboral.
El documento de Bruselas también alerta de un posible resurgimiento de los riesgos por la desaceleración de los precios de la vivienda, con correcciones a la baja en los próximos años en algunos países así como riesgos para el sector bancario. Aunque gracias a las nuevas exigencias en materia de capital la situación es mejor que tras la crisis de 2008, el sector se ha visto afectado por los niveles de rentabilidad bajos en un entorno de tipos de interés bajos. En este contexto, Bruselas alerta de un posible repunte de los préstamos morosos y del posible impacto de esa reducción de precios de la vivienda.
“Es indudable que aún nos encontramos en un momento de gran incertidumbre”, ha admitido la vicepresidenta y ministra de economía, Nadia Calviño, que, al igual que el resto del Eugrogrupo, considera prioritario aprovechar el nuevo Fondo de recuperación de 750.000 millones para apuntalar la recuperación. “Los planes de recuperación son instrumentos macroeconómicos contracíclicos y es ahora cuando necesitamos hacer un esfuerzo de inversión y reformas para tratar de compensar el impacto negativo de la pandemia en aquellos países más afectados, como ocurre con España”, ha recordado Calviño poco antes de esbozar las líneas maestras del plan que el Gobierno de Pedro Sánchez negocia con Bruselas desde finales del año pasado.
Tanto el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, como la presidencia portuguesa de la UE, que dirige los trabajos del Ecofin este semestre, han invitado a España a presentar su plan nacional anticrisis ante el resto de colegas. Un gesto que Calviño ha recibido “positivamente” ya que le ha permitido exponer un documento que tendrá que validar posteriormente el Ecofin, incluidas las reformas más polémicas como la de las pensiones o del mercado laboral. Un ejercicio que Donohoe y Gentiloni han recibido positivamente.
Entre los desafíos que más preocupan a la Comisión Europea, destaca la persistencia de algunos grandes superávits por cuenta corriente relacionados con un exceso de ahorro y una falta de inversión y el aumento de los déficits
“Hemos tenido una presentación brillante y exhaustiva”, ha destacado el comisario que ha indicado que las conversaciones con España sobre el plan nacional de inversión y reformas “van por el buen camino” aunque todavía tienen que “seguir trabajando algunos días y algunas semanas”. Según ha explicado Gentiloni, los Estados miembros podrán empezar a remitir formalmente sus planes en la segunda mitad de febrero y Bruselas espera que incluyan un equilibrio adecuado entre “inversiones y reformas”.
Gentiloni explicó que, como ocurre con el resto de países, el Ejecutivo comunitario pide a España “un fuerte compromiso” con las reformas, concretando objetivos e hitos de los que deberá ir dando cuenta periódicamente. En especial en tres ámbitos de gran interés para Bruselas: la reforma laboral, la del sistema de pensiones y la que garantice la unidad de mercado. Y eso requiere todavía semanas de negociación”.
Recursos propios
En paralelo, los gobiernos tendrán que concluir la ratificación del nuevo techo de recursos propios, esencial para que la Comisión Europea pueda emitir deuda con la que financiar el Fondo de recuperación. Según Calviño, España concluirá el trámite en el primer trimestre de este año. Con ese trámite en marcha y los planes nacionales aprobados, los gobiernos podrán acceder a una prefinanciación del 13% lo que significa “unos 10.000 millones para España”. El Gobierno ya ha consignado en los presupuestos generales de este año 27.000 millones de los 140.000 millones (casi 70.000 en forma de transferencias) que aspira a recibir.