N. L. ■
Bruselas considera necesario prolongar un año más de lo previsto la llamada cláusula de escape, una medida que se tomó excepcionalmente en 2020 para permitir que los países aumentasen su gasto ante la crisis del coronavirus, según se recoge en el llamado paquete de primavera del Semestre Europeo y que aún deben aprobar los Estados miembros. Antes de esta decisión, las reglas fiscales establecían límites del 3% y del 60% del PIB para el déficit y la deuda de cada país, respectivamente.
La Comisión Europea ha propuesto mantener congeladas durante 2023 las reglas europeas de control del déficit y de la deuda, un año más de lo previsto debido al impacto de la guerra en Ucrania sobre la economía de la Unión Europea.
«La exacerbada incertidumbre y los fuertes riesgos a la baja para la perspectiva económica en el contexto de la guerra en Ucrania, los aumentos sin precedentes de los precios energéticos y las continuadas perturbaciones en las cadenas de suministros justifican la extensión de la cláusula general de escape en 2023», ha dicho en un comunicado el Ejecutivo comunitario.
“Bruselas insta a los Estados a «expandir la inversión pública para las transiciones ecológica y digital y la seguridad energética», usando sobre todo los fondos de recuperación europeos para proponer medidas que deberán tener en cuenta la nueva estrategia comunitaria «RepowerEU»
Esta cláusula debería desactivarse y las normas volver a estar en vigor en 2024, según la propuesta planteada por la Comisión Europea en el llamado paquete de primavera del Semestre Europeo y que debe ser aprobada por los Estados miembros.
No significa «gasto sin límite»
El Ejecutivo comunitario argumenta que mantener suspendidas estas normas «dará el espacio para que la política fiscal nacional reaccione rápidamente cuando sea necesario» y se mantenga la «prudencia fiscal necesaria para garantizar la sosteniblidad a medio plazo».
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, explica que, si bien la UE «está lejos de la normalidad económica», Bruselas no propone «un retorno al gasto sin límite» y la medida ayudará a los países a «transitar del apoyo universal dado durante la pandemia a medidas más específicas» para mitigar el impacto del conflicto.
La prolongación de la cláusula, que facilita acometer gasto público sin exponerse a penalizaciones, llega después de que Bruselas empeorase sus previsiones de crecimiento para la UE y la eurozona por la invasión rusa hasta el 2,7 % este año, un recorte de 1,3 puntos en ambos casos.
Las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que exigen que el déficit público no rebase el 3 % del PIB y la deuda el 60 %, se congelaron por primera vez en la historia en 2020 por la pandemia y la intención antes de la guerra en Ucrania era reactivarlas en 2023.
Pero, aunque la recuperación continuará, la guerra ha «exacerbado los vientos en contra» para el crecimiento y plantea «desafíos adicionales» ligados a la seguridad energética. La Comisión espera que las medidas de los gobiernos para afrontar la subida de la luz y apoyar a los refugiados lleven a una posición fiscal «expansiva» este año.
Para 2023, sin embargo, «un amplio impulso fiscal a la economía no parece justificado» puesto que «el crecimiento seguirá siendo positivo y la inflación alta», indica el vicepresidente de la CE Valdis Dombrovskis.
Por ello, sus recomendaciones de política económica para los Veintisiete, piden adoptar «políticas fiscales prudentes» el año próximo, controlando el aumento del gasto corriente, al tiempo que toman medidas «temporales y específicas» para mitigar el impacto de la crisis energética y dar ayuda humanitaria.
La vigilancia del gasto corriente «es particularmente importante para los países muy endeudados», advierte Gentiloni.
Seguridad energética
Y al mismo tiempo, Bruselas insta a «expandir la inversión pública para las transiciones ecológica y digital y la seguridad energética», usando sobre todo los fondos de recuperación europeos para proponer medidas que deberán tener en cuenta la nueva estrategia comunitaria «RepowerEU» para desprenderse del gas ruso.
La Comisión Europea prevé presentar tras el parón veraniego «orientaciones» sobre posibles cambios en las normas fiscales europeas, que están siendo revisadas.
“El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, explica que, si bien la UE «está lejos de la normalidad económica», Bruselas no propone «un retorno al gasto sin límite» y la medida ayudará a los países a «transitar del apoyo universal dado durante la pandemia a medidas más específicas»
Por su parte, los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona han debatido la evolución fiscal, las recomendaciones específicas por país, analizan las perspectivas macroeconómicas y valoran los planes presupuestarios de Alemania y Portugal actualizados. Además, abordarán la Unión Bancaria. España respalda la postura del presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, de avanzar por etapas y acordar el programa de trabajo antes de junio.
Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, recibía con los brazos abiertos la propuesta de la Comisión, y señalaba que la opinión de España siempre ha sido que la reactivación de las reglas fiscales previas a la pandemia sería un error: pide que primero se acometa una reforma de las normas europeas, y después se reactiven.
Por eso, la vicepresidenta ha insistido al Ejecutivo comunitario para que presente sus propuestas pronto, de forma que los ministros puedan ir trabajando en ello.
“Hay algo de retraso respecto al plan anterior”, admite Paschal Donohoe, que señala que originalmente estaba previsto que esas propuestas fueran de la mano de las recomendaciones que, como muy tarde, deberán presentarse en julio.