N. L.
“La Presidencia francesa, afirma Emmanuel Macron, “supone un momento de cambio de rumbo europeo” y también “tiempo de avances para el dominio de nuestras fronteras, nuestra defensa o la transición climática, entre otros temas fundamentales”. El mandatario galo, que ya no cuenta con el apoyo de la que fue su principal aliada, Angela Merkel, se enfrenta a un semestre complicado, sanitariamente hablando, por la incertidumbre que sigue generando la pandemia sobre todo tras el golpe que ha supuesto la meteórica expansión de ómicron.
Francia tomó el relevo a Eslovenia en la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea con el objetivo de lograr una Europa más soberana y el deseo de apostar por un modelo económico que no excluya la preservación del planeta.
Los ambiciosos deseos expresados por el presidente francés, Emmanuel Macron, se enfrentan de momento con la evolución de la pandemia del coronavirus, que complica el horizonte 2022, pero también con la celebración en abril de las elecciones presidenciales francesas.
Los ambiciosos deseos expresados por el presidente francés, Emmanuel Macron, se enfrentan de momento con la evolución de la pandemia del coronavirus, que complica el horizonte 2022, pero también con la celebración en abril de las elecciones presidenciales francesas
Se anuncian meses complicados para Macron, que aún no ha confirmado su candidatura a la presidencial aunque se da por hecho que lo hará, con claras posibilidades de clasificarse a la segunda vuelta y vencer, según los primeros sondeos de intención de voto.
Es probable que Emmanuel Macron es un europeísta de pro, como demostró en su discurso de propósitos de Año Nuevo al defender Europa como una herramienta de solidaridad y crecimiento.
La última vez que Francia estuvo al frente del Consejo de la Unión Europa fue en 2008 con Nicolás Sarkozy. En ese momento de la historia europea, antes de la firma del Tratado de Lisboa en 2009, el trabajo del presidente era además dirigir el Consejo Europeo y los Asuntos Exteriores, cargos que tienen ahora nombres concretos y que ostentan el belga Charles Michel y del español Josep Borell, respectivamente.
El papel de Macron ahora, nada cómodo, será dirigir las discusiones del Consejo de la UE, que reúne a los representantes de los 27 Estados miembro con rango ministerial y tiene funciones legislativas, con el objetivo de lograr compromisos y acercar posturas. El cargo ofrece además la oportunidad de organizar encuentros informales entre los países dando prioridad a ciertas cuestiones, para lo que Francia ha previsto hasta 400 citas.
El presidente francés tratará de acelerar cuestiones como la autonomía en la provisión de productos estratégicos, incitar un nuevo modelo de crecimiento que concilie la protección del medioambiente con la economía, facilitar la cooperación dentro de las fronteras europeas y reforzar su soberanía exterior. El presidente francés quiere además reformar el espacio Schengen para proteger las fronteras exteriores de la UE y revisar también el marco presupuestario de los acuerdos de Maastricht.
Espacio Schengen
La migración es precisamente es el primer punto de la agenda que Macron estrenaba el pasado 1 de enero: Francia propondrá iniciar una reforma del espacio Schengen, para reforzar las fronteras exteriores. Esto, a través de la creación de una dirección política del control fronterizo y un mecanismo de apoyo de emergencia en caso de crisis. Esto, evocando las crisis recientes en la frontera entre Polonia y Bielorrusa, así como las frecuentes tragedias del Canal de la Mancha, donde decenas de migrantes cruzan de Francia a Reino Unido todos los días.
El plan de Macron pasa además por la “Europa de la defensa” que hace un guiño a aquellos de sus connacionales que no ven con buenos ojos el flujo de migrantes africanos que entran a territorio francés a diario.
De hecho, para mediados de febrero, está prevista una cumbre que reunirá a los líderes de los países de la Unión Europea y la Unión Africana, donde se discutirán las opciones de intercambios universitarios, científicos y artísticos. “Al dar un futuro a la juventud africana, pondremos fin a las tragedias humanas en el Mediterráneo”, ha prometido el presidente francés.
La migración es precisamente el primer punto de la agenda que Macron estrenaba el pasado 1 de enero: Francia propondrá iniciar una reforma del espacio Schengen para reforzar los límites exteriores a través de la creación de una dirección política del control fronterizo
También sobre la mesa el tema de la Europa verde, ecológica. Francia ha impulsado que Europa sea el primer continente en comprometerse a cumplir con la neutralidad de carbono en el 2050. Y ya los documentos para ese objetivo están redactados: el pasado 14 de julio, la Comisión Europea presentó un conjunto de textos legislativos que tratan de dar forma al desafío que supone para la UE lograr una mejor conservación del planeta, sin perder su competitividad en el mercado mundial.
La fiscalidad es un asunto importante para Macron. Durante su presidencia, Francia buscará apoyarse en el Parlamento Europeo para establecer nuevas leyes que sirvan de “líneas rojas fiscales” para los gigantes digitales y evitar así que se conviertan en monopolios sin reglas.
En asuntos laborales y sociales, Francia tiene una propuesta importante: establecer un salario mínimo común para toda la Unión Europea. “No se trata de definir el salario mínimo como un promedio sino aumentar todos los salarios bajos y lograr un monto decente”.