Mercedes Cobo
La crisis sanitaria ha provocado un cambio profundo en el sector asegurador, ha aumentado la contratación de seguros de protección personal, ha acelerado la digitalización y ha obligado a las compañías a reescribir sus pólizas para tener en cuenta acontecimientos imprevisibles, como una pandemia. Según los datos de Unespa, pese a las duras condiciones actuales del mercado marcado por el Covid y los bajos tipos de interés, las aseguradoras han incrementado su negocio un 0,93% en 2021 con respecto a 2020.
Las compañías aseguradoras han puesto en juego su habilidad para hacer frente a los riesgos que se vislumbran en el horizonte inmediato. Riesgos derivados del impacto del Covid-19 en la gestión de la distribución, en la siniestralidad, el diseño de productos o el efecto en la valoración de sus carteras, así como la adaptación a las necesidades cada vez más dinámicas de sus clientes y la gestión de nuevos productos relacionados con novedosos riesgos como el cambio climático o el ciber-terrorismo.
A esta necesidad de innovación estratégica se añaden otros desafíos que tiene planteados el sector como son el mantenimiento de su rentabilidad histórica dañada por los bajos tipos, las guerras de precios y los niveles de eficiencia a mejorar.
Tras un año marcado por la pandemia, el sector asegurador se prepara para un futuro esperanzador pese a estar lleno de incertidumbres. Las duras condiciones actuales del mercado, con un crecimiento limitado que ha complicado la renovación de las pólizas, sitúan a la industria frente a un importante proceso de transformación en el que es imprescindible apostar por la digitalización.
Las entidades se plantean como objetivo mantener la competitividad, generar valor a través de los datos, atraer y retener el talento, así como minimizar riesgos a la vez que se garantiza la permanencia de los clientes ofreciendo servicios a medida.
Según los datos de Unespa, pese a la pandemia y los bajos tipos de interés, las aseguradoras han incrementado su negocio un 0,93% en 2021 con respecto a 2020. A cierre del pasado mes de marzo, las aseguradoras gestionaban un total 244.581 millones de sus clientes, es decir, 4,4% más que el año anterior. De esa totalidad, 49.715 millones, representan patrimonio de planes de pensiones gestionados por aseguradoras. En este aspecto, ha habido un aumento del 17,47% con respecto al ejercicio anterior.
Además, la mayor parte de la cuantía que manejan las entidades en nombre de sus clientes, es decir, los 194.866 millones de euros restantes corresponden a seguros, por lo que ha habido un incremento de 1,45% en los últimos 12 meses. En términos interanuales, el mejor resultado se lo llevan los seguros de vida unit-linked. Estos son aquellos en los que se utiliza una parte del coste del seguro para ser invertida en una cesta de ahorro de fondos de inversión elegidos por el tomador del seguro, quien es a su vez el que asume el riesgo de la inversión. Estos productos han aumentado un 28,70%, hasta alcanzar los 17.135 millones de euros. A los unit-linked les siguen los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) que, de un ejercicio a otro, han subido un 5,91%.
De igual manera, el ahorro generado a través de la transformación de patrimonio en rentas vitalicias sube un 2,09% y los seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP) se mantienen estables en relación a los datos del año pasado. Sin embargo, los efectos de la pandemia del coronavirus y los bajos intereses también han afectado otros epígrafes del negocio de seguros de vida reflejados en el ahorro gestionado de los capitales diferidos (-2,46%); los planes de previsión asegurados (-2,13%); así como rentas vitalicias y temporales (-0,71%).
Por otro lado, los ingresos por primas del negocio de vida de riesgo, una actividad enlazada a la compraventa de vivienda y la contratación de hipotecas, alcanzaron los 1.664 millones, un 2% menos que el año pasado.
La industria aseguradora ha conseguido superar con nota el desafío del Covid-19. El sector ha sido capaz de continuar con su actividad en todo momento, respondiendo a las necesidades de sus clientes y desplegando múltiples iniciativas en beneficio de toda la sociedad. En este sentido, las entidades han unido sus fuerzas para superar la crisis sanitaria y apuntalar la recuperación económica y ha creado un fondo solidario de 28 millones de euros para fomentar la investigación científica y el impulso de programas de ayuda para luchar contra el Covid-19. En la primavera de 2020, el sector asegurador reunió 38 millones de euros para hacer frente a la pandemia. La primera iniciativa sufragada con este dinero fue constituir un seguro de vida con subsidio por hospitalización para más de 1 millón de sanitarios. Un año después y tras haber desembolsado 8,4 millones de euros en concepto de indemnizaciones, el fondo solidario del seguro encara nuevos proyectos con el dinero restante.
Más contratación y venta digital
Las tendencias en el seguro tras el Covid-19
El Covid-19 ha provocado un cambio profundo en el sector asegurador, ha aumentado la contratación de seguros de protección personal, ha acelerado la digitalización y ha obligado a las compañías a reescribir sus pólizas para tener en cuenta acontecimientos imprevisibles.
Las consecuencias sanitarias, sociales, económicas y políticas de la pandemia son palpables. El seguro, una actividad estrechamente ligada al tejido social y productivo del país, también se ha visto afectado por este fenómeno. La crisis sanitaria ha provocado un cambio profundo en el sector asegurador, ha aumentado la contratación de seguros de protección personal, ha acelerado la digitalización y ha obligado a las compañías a reescribir sus pólizas para tener en cuenta acontecimientos imprevisibles, como una pandemia.
Las compañías aseguradoras han puesto en juego su habilidad para hacer frente a los riesgos que se vislumbran en el horizonte inmediato. Riesgos derivados del impacto del Covid-19 en la gestión de la distribución, en la siniestralidad, el diseño de productos o el efecto en la valoración de sus carteras, así como la adaptación a las necesidades cada vez más dinámicas de sus clientes y la gestión de nuevos productos relacionados con novedosos riesgos como el cambio climático o el ciber-terrorismo.
Compañías como Mapfre han movilizado 200 millones de euros para luchar contra el coronavirus.
A esta necesidad de innovación estratégica se pueden añadir otros desafíos que tiene planteados el sector como son el mantenimiento de su rentabilidad histórica dañada por los bajos tipos, las guerras de precios y los niveles de eficiencia a mejorar.
Todos estos retos necesitan conjugarse en un entorno tecnológico y regulatorio disruptivo y en constante innovación. Muestra de ello es el potencial impacto en el negocio que puede tener la masiva obtención de datos, así como la implementación de la IFRS17 (Normas Internacionales de Información Financiera).
Por otro lado, el sentimiento de fragilidad provocado por la pandemia ha dotado de más valor al seguro, un ejemplo es el seguro de vida protección que ha crecido un 5% hasta junio, “más que compensando el parón del 2020, cuando con el confinamiento fue muy difícil operar. Y el de salud, que lleva más de una década creciendo, se ha acelerado”, indica Javier Rodríguez, director de vida y pensiones del grupo Zurich.
Las compañías
Los expertos señalan que el seguro ha reaccionado reaccionó rápido a la crisis sanitaria: las compañías incluyeron el Covid en los seguros de asistencia sanitaria, y la mayoría, en la cobertura por fallecimiento, aunque antes muchos excluían pandemias. Adicionalmente, las compañías, coordinadas por Unespa, crearon un fondo para dar cobertura al personal sanitario que sufriera la enfermedad.

Compañías como Mapfre han movilizado 200 millones de euros para luchar contra el coronavirus. En España, la compañía ha destinado 115 millones para apoyar el empleo mediante dos partidas: 60 millones para ayudar a pymes y autónomos, el colectivo más castigado, se ha descontado parte de las primas de seguros que tienen contratados pymes y autónomos con la compañía, ante las medidas excepcionales para luchar contra la propagación del Covid-19 que han impedido a este colectivo desarrollar adecuadamente su actividad.
55 millones para que los proveedores pudieran seguir trabajando. Se destinaron a anticipar la facturación de los proveedores de la compañía que se vieron obligados a detener o ralentizar su actividad por causa del Covid-19, beneficiando a más de 7.000 reparadores, gruistas, taxistas y otros proveedores que colaboran habitualmente prestando sus servicios a los clientes de la compañía.
Asimismo, ha aportado 35 millones de euros, a través de Fundación Mapfre, para apoyar a las familias y la investigación del Covid-19.
Por su parte, el grupo CaixaBank en su contribución al bienestar de la sociedad, especialmente de los colectivos más vulnerables, y para que la recuperación de la economía española y portuguesa sea lo más rápida posible, ha puesto en marcha una serie de medidas, y se ha desarrollado productos con condiciones adaptadas al contexto actual, asumiendo el impacto que decisiones de este tipo pueden tener en el crecimiento y la generación de resultados.
Para las familias, en España ha puesto en marcha dos tipos de moratorias adaptadas a la situación actual: una moratoria de hipotecas por el coronavirus aprobada por el Gobierno, que ofrece un aplazamiento de tres meses de principal e intereses (también se puede aplicar a los préstamos personales con la misma duración); una moratoria de hipotecas puesta en marcha por la mayoría de los bancos del país, con un período de hasta doce meses de aplazamiento (y de hasta seis para préstamos personales), únicamente de capital.
Tras el acuerdo con el ICO se ha puesto en marcha una nueva línea de financiación para arrendatarios en situación de vulnerabilidad económica, que no puedan hacer frente al pago de sus alquileres como consecuencia del Covid-19. Se trata de préstamos, avalados por el ICO, para clientes y no clientes que necesiten ayuda para el pago del alquiler durante 6 meses.
Más del 70% de los clientes de Mutua ya gestionan sus pólizas de forma digital
Microcrédito familiar: se ha ampliado el acceso a los microcréditos familiares a titulares con ingresos conjuntos inferiores a 19.300 € (anteriormente 17.200 €). Esta cifra corresponde al resultado de aplicar 3 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM).
Condonación de alquileres de inmuebles propios: durante los meses de abril-mayo-junio de 2020 CaixaBank condonó el 100% del alquiler de sus inmuebles, y 50% en julio, en casos de disminución de ingresos por parte del arrendatario o algún miembro de la unidad familiar (situación de desempleo, reducción de jornada, cierre del negocio o reducción de los ingresos en más de un 40%). Se han beneficiado de esta medida aproximadamente 4.600 arrendatarios.
Coberturas de seguro en caso de pandemia: todos sus seguros han seguido ofreciendo sus coberturas, incluso si derivan de la pandemia (Covid-19) (no aplicando la exclusión por pandemia) con el fin de garantizar la mejor protección a todos sus clientes. En colaboración con Allianz, Banco BPI puso a disposición de todos los clientes una línea telefónica para consultas médicas, disponible las 24 horas de día.
Con los autónomos y las pymes
Crédito a empresas: una prioridad es facilitar la concesión de crédito para que llegue allí donde es necesario, en coordinación con los esquemas de garantías estatales establecidos por las autoridades. CaixaBank ha lanzado diversas líneas de financiación para autónomos y pymes, disponibles para quienes necesiten nueva financiación, adicionales a la línea ICO impulsada por el Gobierno para ayudar a las empresas afectadas por la crisis del Covid-19. En Portugal se han puesto también a disposición de las empresas, que cumplan las condiciones de accesibilidad, moratorias de capital o de capital e intereses, inicialmente con un aplazamiento hasta 30 septiembre y que en junio se extendió hasta el 31 de marzo 2021.
Asimismo, BPI ha promovido la colocación de las líneas de crédito con aval público creadas en el ámbito de la crisis Covid-19. Para acelerar el acceso a las líneas de crédito con garantía estatal, BPI creó una línea simplificada que permite anticipar hasta el 20% de los fondos, sujeto a análisis y aprobación del Banco.
CaixaBank ha decidido mantener el acceso a financiación del circulante a comercios y autónomos, a pesar de la caída en su facturación que haya podido producirse, y se han ofrecido carencias en el ámbito de alquiler de bienes de equipo y cuotas de renting de vehículos. Como medidas de apoyo al pequeño comercio, también se ha procedido a la bonificación de comisiones por TPV y el lanzamiento de una nueva solución tecnológica de e-commerce que CaixaBank pone a disposición de los pequeños comerciantes para ayudarles a impulsar las ventas online.
Préstamo Negocios FEI-Covid19: se ha puesto a disposición de autónomos y microempresas una nueva línea específica para atender las necesidades de circulante derivadas de la crisis: Préstamo Negocios FEI-Covid19. Esta línea se ha llevado a cabo gracias al subprograma de la Comisión Europea COSME COVID19, y ofrece una línea de préstamos de 310 MM€ para aquellos negocios que tengan problemas de liquidez y que no puedan acceder a una línea ICO o necesiten complementarla. El importe máximo del préstamo puede llegar a los 50.000 € y permite solicitar una carencia de capital de hasta 12 meses. El producto estará vigente hasta agotar los fondos disponibles.
Banco Santander ha conseguido en el último año sumar más de cinco millones de clientes digitales a nivel global
Préstamo EaSI: dirigido a empresas sociales que tienen como objetivo generar un impacto positivo en la sociedad, ha sido una gran alternativa en estos difíciles momentos especialmente para aquellas empresas que han estado en primera línea por estar relacionadas con sectores como la salud, la lucha contra la pobreza y la inclusión socio-laboral. Esta línea cuenta con el soporte del Fondo Europeo de Inversiones.
Asimismo, CaixaBank ha hecho un esfuerzo para agilizar el flujo de pago a sus proveedores facilitándoles una liquidez clave en estos momentos y así contribuir al mantenimiento de sus negocios. Las medidas implementadas se han enfocado a la anticipación máxima de los pagos, sin considerar vencimientos, agilizando las autorizaciones de facturas y haciendo un esfuerzo en la liquidación de facturas antiguas. En poco más de un mes se ha reducido un 79% el importe de las facturas pendientes de pago.
Desde la declaración del estado de alarma por la epidemia de Covid-19, CaixaBank ha sido una de las primeras entidades financieras en adelantar el pago, en 7/10 días, tanto de las prestaciones por desempleo como de las pensiones por jubilación. La medida cumple un doble objetivo: por un lado, supone un apoyo a las personas para afrontar los gastos de principio de mes; por otro, contribuye a reducir y escalonar la afluencia de clientes a las oficinas físicas. Además, en caso de que el cliente quiera disponer en efectivo de parte de su prestación, este cuenta con más días para desplazarse al cajero a realizar el reintegro. Estos adelantos de pago se realizan de forma automática y los clientes no tienen que realizar ningún tipo de trámite para solicitarlos. BPI, en los meses de abril y mayo, ha adelantado también el cobro de la pensión por jubilación. CaixaBank cuenta con 2,0 MM clientes con pensión domiciliada 1,6 MM clientes con prestación de desempleo y en Portugal 0,2 MM clientes con pensión domiciliada.

Con el objetivo de contribuir a proteger la salud de quienes más están luchando por el conjunto de la sociedad en esta pandemia, VidaCaixa ha participado en la creación de un fondo solidario sectorial de más de 37 millones de euros para proteger al personal sanitario de nuestro país. El fondo, en el que colaboran más de cien aseguradoras, permite ofrecer un seguro gratuito de vida y hospitalización a 700.000 médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería, celadores y personal de ambulancias y residencias que trabajan en la lucha contra el coronavirus. Para ello, se han aportado un total de 7,3 millones de euros a esta iniciativa.
Perspectivas
Según el informe ‘Perspectivas España 2021’, realizado por KPMG en colaboración con CEOE, el 61% de las empresas prevé comenzar a recuperar su facturación este año, aunque el 66% no espera volver a niveles previos a la Covid-19 hasta, al menos, 2022. En porcentajes similares se mueven las aseguradoras.
El 61% de los directivos de aseguradoras encuestados para este informe reconoce que espera un incremento este año en la facturación de su empresa. Frente a estos, un 3% estima el mismo nivel de ingresos, por un 26% que espera un descenso.
En general, las compañías se muestran optimistas sobre la situación económica actual del sector asegurador. Más de la mitad (52%) la califica de buena, por un 39% que la considera regular. A 12 meses vistas, esta visión empeora y solo uno de cada cuatro (26%) cree que la situación sectorial será buena, siendo mayoría (43%) la que tiene una perspectiva regular.
CaixaBank ha lanzado diversas líneas de financiación para autónomos y pymes, disponibles para quienes necesiten nueva financiación, adicionales a la línea ICO
Antonio Garamendi, presidente de CEOE, afirmaba respecto a este informe: “Nos enfrentamos a un ejercicio que va a ser decisivo para nuestro futuro económico y de modelo de país. Los empresarios están preocupados por la situación, ya que el 73% de los encuestados la considera mala o muy mala, pero hay un 39% que se muestra positivo ante la evolución que tendrán tanto la economía como sus negocios a lo largo de este 2021”.
Por su parte, Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España, aseguraba que “las empresas esperan recuperar progresivamente sus ventas a lo largo del año, aunque son conscientes de que 2021 todavía presenta muchas incógnitas y será, previsiblemente, un ejercicio de transición. La mayoría cuenta con convivir con el virus al menos 12 meses y, a pesar de ello, esperan incrementar su facturación a lo largo del ejercicio sabiendo que no será hasta, al menos, 2022 cuando se recuperen las ventas previas a la pandemia”.
Tras un año marcado por la pandemia, el sector asegurador se prepara para un futuro esperanzador pese a estar lleno de incertidumbres. Las duras condiciones actuales del mercado, con un crecimiento limitado que ha complicado la renovación de las pólizas, sitúan a la industria frente a un importante proceso de transformación en el que es imprescindible apostar por la digitalización.
Digitalización, la clave
Para evitar desplazamientos innecesarios, y para proteger la salud de clientes y empleados las aseguradoras han promovido la utilización de los canales digitales, revisando y reforzando los principales procesos y aumentando las capacidades de servicio a distancia y la contratación de nuevos productos y servicios.
CaixaBank afronta el reto de la digitalización con una estrategia bien definida, centrada en la mejora de la experiencia de cliente. En este sentido, la transformación digital ofrece a la entidad nuevas oportunidades para conocer a los clientes y ofrecerles una propuesta de mayor valor, mediante un modelo de atención omnicanal. Asimismo, para dar respuesta al cambio de hábitos derivado de la crisis sanitaria, la entidad ha puesto especial énfasis en aquellas iniciativas que permiten mejorar la interacción con los clientes a través de canales no presenciales. Por otro lado, la transformación digital también está llevando a la compañía a profundizar en el desarrollo de capacidades como la analítica avanzada y la provisión de servicios nativos digitales. Respecto a este último punto, CaixaBank seguirá impulsando nuevos modelos de negocio, entre los que destaca Imagin, un ecosistema digital enfocado al segmento más joven, en el que se ofrecen productos y servicios financieros y no financieros. Adicionalmente, el grupo también está impulsando nuevas formas de trabajar (más transversales y colaborativas) y busca colaborar de forma activa con nuevos entrantes, como forma para mejorar el servicio ofrecido a sus clientes
La mayor operativa digital también hace necesario aumentar el foco en la ciberseguridad y la protección de la información. CaixaBank es consciente del nivel de amenaza existente, por lo que mantiene un seguimiento constante del entorno tecnológico y de las aplicaciones, a fin de asegurar la integridad y confidencialidad de la información, la disponibilidad de los sistemas informáticos y la continuidad del negocio. Dicho seguimiento se lleva a cabo mediante revisiones planificadas y una auditoría continua (que incluye el seguimiento de indicadores de riesgo). Adicionalmente, CaixaBank realiza los análisis pertinentes para adecuar los protocolos de seguridad a los nuevos retos y cuenta con un plan estratégico de seguridad de la información que busca mantener a la compañía a la vanguardia de la protección de la información, de acuerdo a los mejores estándares de mercado.
Banco Santander, por su parte, ha conseguido en el último año sumar más de cinco millones de clientes digitales a nivel global y ya cuenta con 45,35 millones. El 52% de las ventas se realizan a través de estos canales.
En conjunto, el grupo español cuenta con 150 millones de clientes en todo el mundo. Este crecimiento en el uso de los servicios digitales ha contribuido, según afirman desde la entidad, a mejorar la ratio de eficiencia (situada en el 45,7%) y la satisfacción de los clientes (en siete de los principales mercados del grupo el banco está entre los tres mejores de acuerdo con clasificaciones de Net promoter score).
La apuesta por la digitalización de Banco Santander le ha valido este año el reconocimiento como Mejor Banco Digital de Europa Occidental por Euromoney.
Mutua Madrileña también ha dado un fuerte impulso a su transformación digital hasta convertirse en una de las aseguradoras más punteras en este ámbito. De hecho, Google ha reconocido su asistente virtual, EME, como caso de éxito internacional y su app es la más usada y con mejor valoración de todo el sector asegurador español, según el último Mobile Index Performance de Smartme Analytics.
Fruto de todos estos avanzados desarrollos y del mayor consumo digital propiciado por el Covid-19, en 2020 la aseguradora ha batido récords en los principales indicadores de digitalización.
Más del 70% de los clientes de Mutua ya gestionan sus pólizas de forma digital, vía web, aplicación o a través de WhatsApp, uno de los últimos canales que han incorporado para prestar servicio al cliente. En concreto, la compañía concluyó 2020 con un 74% de usuarios digitales, que tramitaron sus partes de accidente, consultaron información, pidieron asistencia en carretera o cambiaron datos importantes de sus seguros de forma virtual, lo que supone un crecimiento de 20 puntos porcentuales respecto al año anterior.
El sector asegurador une sus fuerzas para superar la crisis sanitaria y apuntalar la recuperación económica
El seguro con la ciencia, la investigación y la acción social
Un grupo de 107 aseguradoras ha creado un fondo solidario de 28 millones de euros para fomentar la investigación científica y el impulso de programas de ayuda para luchar contra el Covid-19. En la primavera de 2020, el sector asegurador reunió 38 millones de euros para hacer frente a la pandemia. La primera iniciativa sufragada con este dinero fue constituir un seguro de vida con subsidio por hospitalización para más de un millón de sanitarios. Un año después, y tras haber desembolsado 8,4 millones de euros en concepto de indemnizaciones, el fondo solidario del seguro encara nuevos proyectos con el dinero restante.
El sector del seguro ha creado “Estar Preparados (Para Estar Más Seguros)”, un programa de donaciones dotado de 28 millones de euros procedentes del fondo creado en 2020 por 107 aseguradoras para los sanitarios afectados por el coronavirus y sus familias.
Con estos fondos está previsto financiar proyectos estratégicos para la recuperación; una ambiciosa iniciativa destinada a promover la prevención y concienciación de la ciudadanía; paliar los efectos socioeconómicos y sanitarios derivados del Covid-19 y, “en suma, preparar a la sociedad española frente a los riesgos del futuro”, explica la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa).
El CSIC recibirá siete millones de euros para proyectos centrados en la prevención y erradicación del coronavirus
Todas estas iniciativas se sufragarán con cargo al fondo solidario del seguro. En la primavera de 2020, el sector asegurador reunió 38 millones de euros para hacer frente al coronavirus. La primera iniciativa sufragada con este dinero fue constituir un seguro de vida con subsidio por hospitalización para más de 1 millón de sanitarios. Un año después y tras haber desembolsado 8,4 millones de euros en concepto de indemnizaciones, el fondo solidario del seguro encara nuevos proyectos con el dinero restante. Estar Preparados (Para Estar Más Seguros) se ha marcado tres líneas de trabajo.
La primera de estas líneas es el impulso a la investigación y la ciencia. La crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la importancia de disponer de los medios materiales y humanos adecuados para conocer y vencer a la reciente pandemia, así como para estar preparados frente a situaciones similares que puedan darse en el futuro.
La segunda pata del proyecto tiene carácter social. Las medidas establecidas para contener la pandemia han tenido un coste económico y social. Por esta razón, el sector asegurador destinará fondos para apoyar a personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y social. La sensibilización ciudadana constituye el tercer bloque del programa.

En palabras de la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, “el proyecto Estar Preparados (Para Estar Más Seguros) es una muestra del compromiso del seguro con el presente y el futuro de España” y busca contribuir a la erradicación del Covid-19 y sus efectos y «asentar la recuperación» económica”.
Donación al CSIC para la investigación
Las 107 aseguradoras participantes en el fondo solidario del seguro donarán 7 millones de euros al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Con este dinero se reforzarán los medios y recursos dedicados a distintos proyectos de investigación sobre el SARS-CoV-2, tales como el desarrollo de tecnologías para el diagnóstico del perfil de la respuesta inmunológica; la detección rápida, sensible y directa del SARS-CoV-2 sin PCR; o para la detección eficiente de SARS-CoV-2 en el aire a través de tecnologías de captación de aerosoles.
La aportación reforzará los recursos disponibles para la realización de los ensayos clínicos de las vacunas que se están desarrollando en el CSIC, así como para los programas de investigación para el desarrollo de fármacos de protección, antivirales y antiinflamatorios.
Jesús Marco, vicepresidente de Investigación Científica y Técnica del CSIC, ha agradecido la implicación de la industria aseguradora en el proyecto. “Donaciones como la de Unespa nos permitirán que la ciencia y la investigación en España puedan avanzar al ritmo de las sociedades más avanzadas, trabajando en el desarrollo de nuestra propia vacuna y garantizando mayores recursos a nuestros profesionales, lo que se traducirá en mayor celeridad, solidez y seguridad”, destaca.
Acción social a través de Cruz Roja
Asimismo, Cruz Roja dispondrá de 3,8 millones de euros, que se destinarán a garantizar «el acceso a la educación, a la empleabilidad, el acompañamiento psicosocial y a reducir la brecha digital y también para apoyar a personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad».
Para el presidente de Cruz Roja, Javier Senent García, “tras estos meses de pandemia, esta donación es «fundamental», ya que permitirá a la organización reforzar su plan Cruz Roja Responde frente del Covid-19 y sus efectos «donde la sociedad más lo necesita».
El plan ha atendido desde el principio de la pandemia a unos 4 millones de personas, entre ellas 1,4 millones que han recibido ayudas directas, muchos de ellos por haber perdido su trabajo y que nunca habían acudido a la organización.
Según los datos de Unespa, pese a la pandemia y los bajos tipos de interés, las aseguradoras han incrementado su negocio un 0,93% en 2021 con respecto a 2020. A cierre del pasado mes de marzo, las aseguradoras gestionaban un total 244.581 millones de sus clientes, es decir, 4,4% más que el año anterior. De esa totalidad, 49.715 millones, representan patrimonio de planes de pensiones gestionados por aseguradoras. En este aspecto, ha habido un aumento del 17,47% con respecto al ejercicio anterior.
Los 3,8 millones de Cruz Roja se destinarán a garantizar el acceso a la educación, a la empleabilidad, el acompañamiento psicosocial y a reducir la brecha digital
Además, la mayor parte de la cuantía que manejan las entidades en nombre de sus clientes, es decir, los 194.866 millones de euros restantes corresponden a seguros, por lo que ha habido un incremento de 1,45% en los últimos 12 meses. En términos interanuales, el mejor resultado se lo llevan los seguros de vida unit-linked. Estos son aquellos en los que se utiliza una parte del coste del seguro para ser invertida en una cesta de ahorro de fondos de inversión elegidos por el tomador del seguro, quien es a su vez el que asume el riesgo de la inversión. Estos productos han aumentado un 28,70%, hasta alcanzar los 17.135 millones de euros. A los unit-linked les siguen los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) que, de un ejercicio a otro, han subido un 5,91%.
De igual manera, el ahorro generado a través de la transformación de patrimonio en rentas vitalicias sube un 2,09% y los seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP) se mantienen estables en relación a los datos del año pasado. Sin embargo, los efectos de la pandemia del coronavirus y los bajos intereses también han afectado otros epígrafes del negocio de seguros de vida reflejados en el ahorro gestionado de los capitales diferidos (-2,46%); los planes de previsión asegurados (-2,13%); así como rentas vitalicias y temporales (-0,71%).
Por otro lado, los ingresos por primas del negocio de vida de riesgo, una actividad enlazada a la compraventa de vivienda y la contratación de hipotecas, alcanzaron los 1.664 millones, un 2% menos que el año pasado.
El impacto económico
Los mercados aseguradores se han mostrado resistentes durante la crisis, siendo el segmento de Vida el que mayores caídas ha tenido de forma prácticamente generalizada, junto con algunos segmentos de No Vida como el de Autos (compensada parcialmente con el buen comportamiento de los seguros de Salud), pero que ya empiezan a dar síntomas de recuperación, según los datos del informe sobre previsiones de Mapfre Economics.
En la eurozona, a pesar del ligero repunte en los tipos de interés libres de riesgo, su nivel continúa siendo bajo, lo que favorece la recuperación económica y a la actividad del sector asegurador especialmente a sus líneas de negocio más cíclicas (No Vida), pero perjudica al negocio de Vida tradicional y, en general, a la rentabilidad de las entidades aseguradoras. Por otro lado, el índice Euro Stoxx 50 siguió con el buen comportamiento que venía mostrando en anteriores trimestres, favoreciendo el desarrollo de los productos de seguros de Vida en los que el tomador asume el riesgo de la inversión (tipo unit-linked). Por otra parte, la mejora de las expectativas económicas puede ayudar a este negocio, a medida que, junto con el avance hacia la normalización post-pandemia, va decayendo la preferencia de los agentes económicos por mantenerse en posiciones de liquidez.
Y, en el caso concreto del sector asegurador español, el crecimiento de las primas a nivel agregado fue del 5,5%, comparado con el mismo período del año anterior, según los últimos datos disponibles correspondientes a junio. En este sentido, Mapfre Economics ha actualizado en el informe el crecimiento esperado tanto del ramo de Vida como de No Vida.