Suplemento Especial Energía / Mercedes Cobo ■
La dependencia de la Unión Europea de los combustibles fósiles ha tenido un impacto negativo en la competitividad de las empresas y ha provocado repetidas situaciones de crisis en las últimas dos décadas. Para las empresas españolas, acelerar la transición energética no sólo permitirá abordar con éxito la crisis climática, sino que también desempeñará un papel fundamental para mejorar la seguridad energética y la competitividad, y para crear empleo sostenible en toda la cadena de valor.
El sector de la energía está viviendo tiempos convulsos en todo el mundo, pero con mayor intensidad en Europa. La dependencia de la Unión Europea de los combustibles fósiles ha tenido un impacto negativo en la competitividad de las empresas y ha provocado repetidas situaciones de crisis en las últimas dos décadas.
El actual escenario mundial demuestra que la transición energética no puede esperar, al ser la solución tanto de los problemas creados por los altos precios de los combustibles fósiles como del cambio climático. Para las empresas españolas, una senda acelerada de una de la economía a través del despliegue de fuentes renovables, redes y almacenamiento energético será esencial para hacer frente a los retos actuales. Acelerar la transición energética no sólo permitirá abordar con éxito la crisis climática, sino que también desempeñará un papel fundamental para mejorar la seguridad energética y la competitividad, y para crear empleo sostenible en toda la cadena de valor.
No se trata sólo de una cuestión climática, también es urgente la autosuficiencia energética y abordar los problemas creados por los altos precios de los combustibles fósiles, que suponen aún el 80% del consumo energético global».
En este contexto, y con vistas al invierno, la Unión Europea se ha visto obligada a trabajar sobre cuatro polos de actuación a muy corto plazo: el ahorro inteligente de energía, el aumento de la carga fiscal a las empresas energéticas, la inyección de liquidez a empresas en claro riesgo de quiebra, como es el caso de las comercializadoras, y, finalmente, la intervención directa en el mercado fijando un tope al precio del gas o directamente al precio de electricidad, limitando los beneficios extraordinarios de las tecnologías inframarginales (todas las tecnologías de generación, exceptuando el gas y el carbón).
En todo caso, la necesidad de apoyar el desarrollo de las energías renovables resulta cada vez más evidente. Empresas como Iberdrola, han invertido más de 140.000 millones de euros en la transición energética y van a acelerar su plan inversor en energías renovables, redes y almacenamiento, generando un impacto positivo para la economía y la sociedad, pero también para la naturaleza”, ha asegurado su presidente, Ignacio Galán, durante un acto organizado por el Grupo de Líderes por el Clima en Nueva York,
Por eso, “en Iberdrola hemos aprobado un nuevo plan de biodiversidad, con el compromiso de ser positivos netos para la naturaleza en 2030, más que compensando cualquier impacto en la biodiversidad producido por la compañía y actuando sobre nuestra cadena de suministro”, ha afirmado.
Otra de las grandes Repsol, impulsa su transformación en compañía multienergética, refuerza su liderazgo en la transición energética y adelanta el cumplimiento de objetivos clave del Plan Estratégico 2021-2025 al incorporar a su negocio de Exploración y Producción (Upstream) a EIG, inversor institucional estadounidense especializado en los sectores de energía e infraestructuras a nivel global.
España dispone de unas 3.000 horas de luz solar al año, lo que la convierte en uno de los países más soleados de Europa y, con ello, uno de los territorios con mayor recurso solar para producir electricidad. La energía de origen fotovoltaico es un tipo de renovable cuya presencia en el parque de generación de nuestro país se ha triplicado en solo cinco años, superando ya a la capacidad hidráulica y convirtiéndose en la tercera tecnología con más MW instalados: 17.191 MW, indica Red Eléctrica.
Las grandes empresas españolas toman medidas para hacer frente a un escenario complicado
2022, el año de las renovables
El actual escenario mundial demuestra que la transición energética no puede esperar, al ser la solución tanto de los problemas creados por los altos precios de los combustibles fósiles como del cambio climático. Para las empresas españolas, una senda acelerada de la economía a través del despliegue de fuentes renovables, redes y almacenamiento energético será esencial para hacer frente a los retos actuales. Acelerar la transición energética no sólo permitirá abordar con éxito la crisis climática, sino que también desempeñará un papel fundamental para mejorar la seguridad energética y la competitividad, y para crear empleo sostenible en toda la cadena de valor.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, durante un acto organizado por el Grupo Grupo de Líderes por el Clima en Nueva York, ha reafirmado el compromiso inversor de la compañía española en la transición verde y ha hecho un llamamiento a responsables políticos y empresas del sector privado para que estrechen su colaboración con el fin de superar las barreras que siguen obstaculizando el despliegue de las energías limpias y la necesaria inversión en renovables, redes y almacenamiento.
Durante su intervención, Galán ha coincidido con António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, en que «el actual escenario mundial demuestra que la transición energética no puede esperar. No se trata sólo de una cuestión climática, también es urgente la autosuficiencia energética y abordar los problemas creados por los altos precios de los combustibles fósiles, que suponen aún el 80% del consumo energético global».
“En Iberdrola no tenemos dudas: hemos invertido más de 140.000 millones de euros en la transición energética y vamos a acelerar nuestro plan inversor en energías renovables, redes y almacenamiento, generando un impacto positivo para la economía y la sociedad, pero también para la naturaleza”, ha asegurado.
Por eso, “en Iberdrola hemos aprobado un nuevo plan de biodiversidad, con el compromiso de ser positivos netos para la naturaleza en 2030, más que compensando cualquier impacto en la biodiversidad producido por la compañía y actuando sobre nuestra cadena de suministro”, ha afirmado.
El presidente de Iberdrola ha recordado que, en la Unión Europea, la dependencia de los combustibles fósiles ha tenido un impacto negativo en la competitividad de las empresas y ha provocado repetidas situaciones de crisis en las últimas dos décadas.
Repsol se ha asociado al inversor institucional estadounidense EIG en su negocio de Exploración y Producción (Upstream), con una participación del 25%, valorada en 4.800 millones de dólares (4.800 millones de euros)
Para la Iberdrola, una senda acelerada de electrificación de la economía a través del despliegue de fuentes renovables, redes y almacenamiento energético será esencial para hacer frente a los retos actuales. Acelerar la transición energética no sólo permitirá abordar con éxito la crisis climática, sino que también desempeñará un papel fundamental para mejorar la seguridad energética y la competitividad y para crear empleo sostenible en toda la cadena de valor.
Multienergía
Otra de las grandes, Repsol, impulsa su transformación en compañía multienergética, refuerza su liderazgo en la transición energética y adelanta el cumplimiento de objetivos clave del Plan Estratégico 2021-2025 al incorporar a su negocio de Exploración y Producción (Upstream) a EIG, inversor institucional estadounidense especializado en los sectores de energía e infraestructuras a nivel global.
EIG adquirirá el 25% del negocio de Upstream de Repsol por valor de 4.800 millones de euros. Esta transacción, aprobada por el Consejo de Administración de Repsol, valora el negocio de Exploración y Producción de la compañía en 19.000 millones de euros, por encima del consenso de analistas. EIG y Repsol contemplan la posibilidad de una salida a bolsa de una participación minoritaria en Estados Unidos de este negocio a partir del año 2026, siempre que se den condiciones de mercado favorables.
Con este acuerdo, Repsol adelanta el cumplimiento de objetivos clave de su estrategia a 2025, basada en la aceleración en transición energética, con flexibilidad y crecimiento ambicioso y rentable de los negocios, la solidez financiera y una remuneración a los accionistas situada entre las mejores del sector y del Ibex-35. El Plan Estratégico de Repsol contempla la entrada de socios o inversores en algunos negocios para acelerar la consecución de los objetivos y maximizar el retorno de las operaciones de la compañía. El Plan desplegó un modelo operativo de cuatro áreas de negocio, Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en carbono, en un marco de creciente retribución al accionista y con un volumen de inversiones orientado principalmente al objetivo de cero emisiones netas en 2050.
“Nuestra ambición es liderar la transición energética. Este acuerdo pionero refuerza el sentido estratégico de la unidad de Upstream dentro del Grupo y, a la vez, impulsa la transformación de la compañía y su perfil multienergético para alcanzar cero emisiones netas en 2050”, ha afirmado Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.
De acuerdo con el Plan Estratégico 2021-2025, Repsol ha avanzado en la transformación de la compañía y ha evolucionado su organización con el despliegue de cuatro áreas de negocio (Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en carbono), apoyadas por unidades corporativas y de servicios más eficientes para favorecer el incremento de los resultados y la cristalización del valor. Este acuerdo permite avanzar en el objetivo de la compañía de alcanzar cero emisiones netas, a través de un proyecto que acelera la transformación y refuerza el perfil multienergético, mientras se reduce el endeudamiento y se mantiene un fuerte flujo de caja para financiar un crecimiento ambicioso y una atractiva remuneración al accionista.
En línea con este objetivo, Repsol ha forjado alianzas para potenciar el crecimiento y desarrollo de áreas clave, que incluyen la asociación con Credit Agricole Assurances y EIP en el negocio de generación renovable, la entrada de socios como Pontegadea y The Renewables Infrastructure Group (TRIG) en activos eólicos y fotovoltaicos, y la alianza con Saudi Aramco para la construcción de una de las mayores plantas de combustibles sintéticos del mundo en el puerto de Bilbao, y con Enerkem en la planta de conversión de residuos de Tarragona, que se ha incluido en el Fondo de Innovación de la Comisión Europea.
Por su parte, el negocio de Exploración y Producción de Repsol ha consolidado su reciente crecimiento en áreas geográficas clave, con foco en Estados Unidos, priorizando el valor sobre el volumen y reduciendo las emisiones de su cartera de activos, de acuerdo con la estrategia establecida hasta 2025. El negocio se apalanca en sus fortalezas, como su flexibilidad, eficiencia y nivel tecnológico avanzado, para aumentar su contribución al conjunto del Grupo y generar flujo de caja. La unidad prioriza el desarrollo de proyectos de ciclo corto, gestionados con flexibilidad y con una intensidad de capital limitada que se encuentra entre las más bajas del sector.
Adicionalmente, el negocio de Upstream se ha marcado como objetivo ser líder en la reducción de emisiones de CO2 en el sector, con una disminución del 75% en su intensidad de carbono en 2025 respecto a 2016. Su alto nivel tecnológico y la digitalización de sus procesos son elementos diferenciales que ayudarán a alcanzar esta meta, así como su estrategia de economía circular, que incluye el desarrollo de iniciativas vinculadas en su mayoría a la mejora de la eficiencia y la innovación de los procesos.
Cartera global
Repsol producirá en 2022 una media de aproximadamente 570.000 barriles equivalentes de petróleo al día y tiene unas reservas probadas y probables de 2.300 millones de barriles, de los cuales casi el 70% son de gas.
Iberdrola ha anunciado un nuevo plan de biodiversidad, con el compromiso de ser positivos netos para la naturaleza en 2030
Los activos de Upstream de Repsol se encuentran en áreas estratégicas de Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México), Sudamérica (Brasil, Perú, Bolivia, Trinidad y Tobago, Colombia y Venezuela), Europa (Noruega y Reino Unido), norte de África (Argelia y Libia) y Asia (Indonesia).
La reconocida experiencia en exploración de Repsol, sumada al uso de tecnología de última generación, ha permitido a la compañía realizar algunos de los descubrimientos globales más significativos de la última década, que ahora están en vías de ser desarrollados. Desde 2020, Repsol ha realizado 13 descubrimientos, con un total de recursos brutos superiores a 900 millones de barriles de petróleo equivalentes, principalmente en el Golfo de México (Estados Unidos y México).
Enagás, el gestor técnico del sistema gasista español, ha aumentado la capacidad del gasoducto Euskadour (Irún) que llega a Francia en 1,5 bcm (1.500 millones de metros cúbicos) para que nuestro país pueda enviar más gas a Europa desde este otoño en previsión de que Rusia corte sus suministros.
A este gasoducto, que tenía hasta ahora una capacidad muy reducida (2 bcm), hay que sumar una segunda interconexión con Francia, el gasoducto de Larrau, en Navarra, que tiene 5 bcm. A partir de noviembre, ambas infraestructuras podrán exportar al país vecino y al resto de Europa 8,5 bcm, que equivale a unos ocho buques metaneros al mes. No obstante, tan solo supone el 6% del consumo de gas natural de Francia.
El gas que se envía al país vecino, cuyas exportaciones han aumentado más de 100% este año, llega a España en buques desde casi una veintena de países y que descargan en seis regasificadoras: Barcelona, Cartagena (Murcia), Huelva, Mugardos (Ferrol), Bilbao y Sagunto (Valencia). A comienzos de año entrará en funcionamiento la de Musel (Gijón).
La vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante una visita, junto con el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, a la estación de compresión de Euskadour, en Irún, dijo que no se ve el final de la guerra y que las energías renovables y las interconexiones para hacerlas fluir entre los países amigos son la única salida. Y añadió que “España es solidaria y quiere contribuir, porque puede hacerlo, a reforzar la seguridad de suministro de Europa. El aumento de la capacidad de la interconexión de Irún cumplirá sin duda a ese objetivo”.
La vicepresidenta también ha anunciado la autorización de tres proyectos que “maximizarán la solidaridad con Italia”. Se adaptará el pantalán de la planta regasificadora de Enagás del puerto de Barcelona para aumentar la capacidad de carga que podrá llevar el gas a las costas europeas desde pequeños buques creando un puente naval.
Por su parte, Endesa invertirá en el próximo trienio 2023-25, cerca de 994 millones de euros para hacer más inteligente y digital la red eléctrica de Cataluña, seguir mejorando la calidad del servicio que reciben los 4,4 millones de clientes que la compañía tiene en el territorio (es decir, con contrato de acceso a las infraestructuras energéticas), pero, sobre todo, con el fin de facilitar la transición energética y desplegar las energías renovables. Las inversiones, trabajadas de forma conjunta y aprobadas por la Generalitat de Cataluña, se suman a los 263,7 millones de euros que la compañía ya está destinando este año a la red de distribución en el marco del trienio actual (2021-23).
Digitalización
En este sentido, Endesa, a través de su filial de distribución, e-distribución, prevé llevar a cabo cerca de 1.300 proyectos repartidos por toda Cataluña, los cuales estarán destinados a mejorar la digitalización, fiabilidad, resiliencia, flexibilidad y eficiencia de la extensa red de distribución de Endesa en Cataluña, que representa un 39 % de la potencia de toda la Compañía en el estado y cuenta, entre otras cosas, con 45.669 centros de transformación, 208 subestaciones, 126 centros de reparto y 98.910 kilómetros de líneas eléctricas (baja, media y alta tensión) repartidos entre las cuatro demarcaciones.

Las actuaciones se centrarán en todos aquellos ejes que permitan seguir digitalizando la red, garantizar su robustez y resiliencia, facilitando el acceso a las renovables, mejorar la calidad y la continuidad del suministro –minimizando las interrupciones del servicio en la medida de lo posible- y preparando las infraestructuras para el incremento de la demanda fruto de la electrificación (que se prevé que se incremente en unos 7.500 MWh dentro de tres años)
Esta planificación se ha llevado a cabo después de haber escuchado al territorio con lo cual se han priorizado sus requisitos más inmediatos, siendo conscientes del papel esencial que tiene la red de distribución sobre la calidad de vida de las personas, ya que es la que permite que la electricidad llegue a las casas, las industrias y los servicios, conectando las redes de transporte y las centrales de generación con los puntos de consumo.
Uno de los principales ejes de actuación de Endesa en el trienio 2023-2025 se centra en la digitalización de las infraestructuras como grandes facilitadoras del proceso de descarbonización
En concreto, Endesa prevé actuar directamente en más de 11.100 kilómetros de líneas de alta, media y baja tensión, y destaca especialmente el esfuerzo inversor en la baja tensión, que se sitúa en casi 189,3 millones de euros. Así, la Compañía prevé mejoras en más de 4.700 kilómetros de cableado de baja tensión entre 2023 y 2025.
Para llevar a cabo todas estas actuaciones se prevé generar más de 2.900 puestos de trabajo -tanto directos como indirectos, a razón de unos 960 puestos de trabajo al año.
La transformación de las redes de distribución juega un papel clave para asegurar la integración de las energías renovables, el desarrollo de las tecnologías que facilitan la energía distribuida y el despliegue masivo del vehículo eléctrico. Y es que la red de distribución tal como la conocemos, mutará hacia redes activas y participativas, en las que el cliente será el centro del sistema eléctrico y se mejorará la calidad del servicio que este recibe. Es por ello que Endesa sitúa la digitalización como el eje central de todo este cambio, ya que las infraestructuras eléctricas se convertirán en las facilitadoras reales del proceso de transición energética en el que ya está inmersa.
Aparte de conseguir la descarbonización y la electrificación de la economía, la red eléctrica también afronta un reto mayúsculo: la resiliencia. En este sentido, la investigación en innovación y la aplicación de nuevas tecnologías son clave para estar preparados para cuando se produzcan fenómenos meteorológicos extremos que afecten a la calidad del suministro, una de las consecuencias del cambio climático.
En el periodo 2023-2025 Endesa tiene previsto instalar cerca de 15.000 telemandos en toda Cataluña, de forma que dentro de tres años se superará la cifra de 33.000 y se continuará con el despliegue iniciado en los últimos años. Además, se instalarán nuevos interruptores de línea que actúan automáticamente ante las incidencias en la red, con el fin de aislar los tramos averiados y restablecer el suministro en el menor tiempo posible.
Parques eólicos
Naturgy está inmersa en la construcción de una treintena de parques eólicos y plantas fotovoltaicas en España, que representarán la incorporación de 683 MW de nueva potencia al parque renovable español a lo largo de los próximos meses. Estos proyectos, una decena de los cuales está previsto que entren en operación antes de final de año, representan una inversión de 528 millones de euros.
La compañía está construyendo actualmente 20 instalaciones y a lo largo de las próximas semanas iniciará las obras de otros 9 proyectos. Las nuevas plantas renovables de energía eólica y fotovoltaica que suman 683 MW están ubicadas principalmente en Extremadura (310,3 MW), Andalucía (150 MW) y Canarias (71,9 MW). El resto se distribuyen en Cataluña (49,4 MW), Galicia (46,2 MW), Murcia (34 MW) y Castilla-La Mancha (21,7 MW).
Esta nueva potencia de generación renovable generará cerca de 1.600 GWh/año de electricidad, el equivalente al consumo de más de 450.000 viviendas, y evitará la emisión a la atmósfera de más de un millón de toneladas de CO2.
La previsión de la compañía es que antes de finalizar el año entren en operación un total de 228 MW, que corresponden a diez instalaciones: FV Tabernas I y FV Tabernas II en Andalucía; FV Canredondo en Castilla-La Mancha; FV Miraflores en Extremadura; PE Els Barrancs y PE Punta Redona, en Cataluña; PE Agüimes, PE Camino de la Madera, FV Puerto del Rosario y FV Salinetas en Canarias. Estas instalaciones se suman a otras dos, Torozos II y Espina, en Castilla y León, que ya han entrado en operación este año.
La compañía prosigue de esta manera con su estrategia de desarrollo de una cartera renovable, que ya dispone de más de 5,3 GW de potencia instalada en operación en España y a nivel internacional.
Naturgy prosigue con su estrategia de desarrollo de una cartera de proyectos de generación renovable, que se sumará a los 5,3 GW de potencia instalada actualmente en operación a nivel mundial
Durante el primer semestre la compañía incrementó su potencia instalada global, principalmente en España y Chile. Naturgy prevé cerrar el ejercicio con un incremento de su potencia instalada de 500 MW y continuar en 2023 su crecimiento en renovables con 1.500 MW adicionales de potencia instalada a nivel mundial.
En Australia, la compañía cuenta con varios proyectos en distintas fases de desarrollo que le permitirán aumentar su capacidad instalada total en el país en unos 1.000 MW en los próximos años. También en Estados Unidos Naturgy prosigue con su plan de crecimiento y ya ha iniciado la construcción de su primera planta fotovoltaica en este país, donde en los próximos años desarrollará 3,2 GW de solar y 2 GW de almacenamiento.
En el campo de la eólica marina, Naturgy alcanzó un acuerdo el pasado mes de abril con la noruega Equinor para el análisis y desarrollo de proyectos offshore en España y aprovechar sus capacidades complementarias para el desarrollo de esta tecnología, que cuenta con gran potencial en el país.
Solar térmica y fotovoltaica
Varios hitos históricos del 2022 convierten a la solar fotovoltaica en una de las principales fuentes de generación de electricidad de nuestro país, un territorio privilegiado por la cantidad y calidad de horas soleadas que tenemos señala REE en un artículo.
España dispone de unas 3.000 horas de luz solar al año, lo que la convierte en uno de los países más soleados de Europa y, con ello, uno de los territorios con mayor recurso solar para producir electricidad. La energía de origen fotovoltaico es un tipo de renovable cuya presencia en el parque de generación de nuestro país se ha triplicado en sólo cinco años, superando ya a la capacidad hidráulica y convirtiéndose en la tercera tecnología con más MW instalados: 17.191 MW, indican.
En los últimos cinco años, la solar fotovoltaica ha escalado cuatro posiciones en el ranking nacional al sumar más de 12.400 nuevos MW de potencia instalada.
Y los efectos de este aumento de la potencia instalada impulsado por la transición ecológica no se han hecho de esperar: el sol ha permitido que, con los datos disponibles hasta septiembre, 2022 sea el año con mayor producción con esta tecnología desde que se cuentan con registros a nivel nacional, superando ya los 22.200 GWh, según los datos de REE
Además, la fotovoltaica, que es responsable de casi el 11% de la energía eléctrica que se ha generado en España en lo que llevamos de 2022, ya ha integrado en la red un 6% más de GWh que en todo 2021, añaden.
Comparten el sol como fuente de generación y juntas son capaces de cubrir más el 63% por ciento de la demanda de energía eléctrica peninsular en un instante. Son la pareja de moda, indica REE, las dos tecnologías del mix de generación que emplean el recurso solar para producir electricidad. Juntas ocupan el 16,8% del parque de generación nacional y producen cada día una media de 102,2 GWh, el equivalente al consumo medio diario de unos 918.000 hogares en España.
Unos 400.000 millones de euros se destinarían a la red de distribución y unos 170.000 millones se centrarían en la digitalización
El plan de energía de la UE para un invierno difícil
Se necesitarán inversiones de más de medio billón de euros para modernizar la red energética de Europa esta década, si los países quieren tener éxito en aumentar la energía eólica y solar para liberarse del gas ruso, según la UE. El nuevo plan de la Comisión Europea aspira a reducir el uso de la electricidad para disminuir los precios y los posibles apagones, y extraer parte de los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas.

La Comisión Europea tiene previsto publicar un plan para “digitalizar” el sistema energético de Europa, además de establecer nuevas medidas de emergencia para controlar los altísimos precios del gas y ayudar a las empresas energéticas con problemas de liquidez este invierno.
El borrador del plan, según publica Reuters, indica que se necesitan inversiones en la red eléctrica de 584.000 millones de euros hasta 2030, para respaldar la rápida adopción prevista de vehículos eléctricos, energía renovable y bombas de calor, y alejarse de los combustibles fósiles.
De ello, unos 400.000 millones de euros se destinarían a la red de distribución. Unos 170 000 millones de esa cantidad se centrarían en la digitalización, incluidas las llamadas “redes inteligentes” que responden más rápido a las fluctuaciones de la oferta y la demanda locales, lo que ayuda a desperdiciar menos energía y beneficiarse de períodos más baratos.
Los países son en gran parte responsables de sus políticas energéticas nacionales, aunque la UE ofrece financiación para proyectos energéticos transfronterizos
“Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% y alcanzar una proporción del 45 % de energías renovables en 2030 solo puede ocurrir si el sistema energético está preparado para ello”, señala el borrador, refiriéndose a los objetivos climáticos de la UE.
Financiación
Los países de la UE son en gran parte responsables de sus políticas energéticas nacionales, aunque la UE ofrece financiación para proyectos energéticos transfronterizos y ha instado a los países a canalizar efectivo del enorme fondo de recuperación de Covid-19 del bloque para hacer que los sistemas energéticos sean más ecológicos.
Para alcanzar sus objetivos ecológicos y abandonar los combustibles fósiles rusos en unos pocos años, la UE necesitará 30 millones de vehículos de cero emisiones en las carreteras para 2030, además de paneles solares en todas las casas nuevas para 2029, dice el borrador.
Las inversiones en mejoras de la red y tecnologías de energía digital harían que el sistema fuera más flexible y lo adaptarían a una mayor proporción de energía renovable, lo que permitiría a los consumidores canalizar la energía sobrante de los paneles solares de regreso al mercado, o usar la electricidad almacenada en su automóvil eléctrico para alimentar sus casas
El “plan de acción” de la UE, que no incluye propuestas legales, propondrá una nueva legislación el próximo año para abordar los riesgos de ciberseguridad en las redes de energía y gas.
Ahorro
La Comisión propone unos objetivos obligatorios de ahorro en el uso de la electricidad igual que hizo con el gas en julio, cuando la UE fijó un objetivo de ahorro energético del 15% para marzo de 2023. En este caso se trata de un objetivo doble: reducir el uso de la electricidad en las horas punta en un 5% y al menos en un 10% en total.
La Comisión propone un tope de ingresos para los productores de electricidad que tienen costes de producción inferiores a los que funcionan por gas, de 200 euros por megavatio hora. Este sería un gran recorte para los generadores sujetos al tope, en comparación con los actuales precios mayoristas, que, en Europa Occidental, están en torno a los 400 euros por megavatio hora, pero dejaría un amplio margen de beneficios para los de menor coste.
La CE ha rechazado soluciones extremas como la suspensión del mercado de la electricidad (que haría que fueran los reguladores del mercado quienes distribuyeran la electricidad y quienes remuneraran a los productores en función de sus costes) y un tope a los precios mayoristas de la electricidad.
La Comisión tampoco ha recomendado extender a toda la UE la llamada “excepción ibérica”, que Portugal y España han aplicado en los últimos meses. En este sistema se limita el precio mayorista de la electricidad. Los gobiernos español y portugués han subvencionado a los productores de electricidad que utilizan gas para cubrir el sobrecoste que tienen que afrontar al comprar gas en el mercado mundial. Al reducir el precio mayorista, este sistema aumenta el consumo de electricidad y de gas. Además, da a los países vecinos incentivos para importar de Estados en los que el precio mayorista está limitado.
La Comisión también parece escéptica sobre la propuesta presentada por Grecia en julio, que consiste en dividir el mercado de la energía en dos categorías de generadores: por un lado, los generadores de energía “no a la carta”, como las renovables intermitentes, y por otro, los “a la carta”, como el gas, que pueden activar la producción según las necesidades. A los primeros se les recompensaría con contratos a largo plazo que garantizasen una rentabilidad determinada (contratos por diferencia, CfD) y, por tanto, competirían en función de la cantidad de electricidad que pudieran suministrar, no por el precio. Los segundos seguirían compitiendo en precios y, por tanto, originando el costo al por mayor, con arreglo a la estrategia de precios marginales existente.
Además de los límites de ingresos para los productores de electricidad que no sean centrales de gas, la Comisión ha sugerido reclamar parte de los beneficios extraordinarios de las empresas de petróleo y gas mediante “contribuciones solidarias”, aunque todavía no se conocen detalles de la propuesta. Esta idea puede resultar también más compleja para las empresas de gas y petróleo que no tienen su sede en la UE.
“Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% y alcanzar una proporción del 45% de energías renovables en 2030 sólo puede ocurrir si el sistema energético está preparado”, según la UE
La Comisión sostiene que los gobiernos deberían utilizar las ganancias procedentes de los topes a los ingresos y las contribuciones solidarias para ayudar a los consumidores y las empresas vulnerables, pero, en los últimos meses, el apoyo a los consumidores frente a los altos precios de la energía ha adoptado diversas formas en cada país, desde transferencias a la congelación de los impuestos sobre la energía, pasando por la regulación de los costos al por menor. Una solución intermedia es el “freno a los precios minoristas” anunciado recientemente por el gobierno alemán, que limitará los importes de la electricidad que paguen los hogares y las pequeñas y medianas empresas por una cantidad limitada de consumo «básico».
Preservar la liquidez
Los productores de energía que han firmado contratos a futuro para el suministro de electricidad en fechas posteriores se están encontrando con falta de liquidez: el motivo es que, a medida que aumentan los precios del gas, necesitan presentar cada vez más garantías para asegurar sus posiciones comerciales en caso de que entren en quiebra antes de cumplir sus contratos (lo que se denomina “llamadas de margen”). Para ello harían falta líneas de crédito que no todos pueden conseguir sin ayuda oficial, y los gobiernos finlandés y sueco ya han intervenido en este sentido. El sector también ha pedido una flexibilización de las normas de negociación que amplíe los tipos de garantía aceptados en el comercio de electricidad. La Comisión ha prometido medidas para facilitar que los Estados miembros puedan ayudar a garantizar la liquidez.
Renovables: 700.000 empleos en un año
El año pasado, el sector de las energías renovables alcanzó 12,7 millones de empleos, un incremento de 700.000 nuevos puestos de trabajo en un solo año, pese a los efectos persistentes de la pandemia Covid-19 y la creciente crisis energética, según un informe de IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables) en colaboración con la ILO de la ONU.
En el informe Energías renovables y empleo: revisión anual de 2022, se identifica el tamaño del mercado nacional como principal factor que influye en la generación de empleo en el sector de las renovables, junto con la mano de obra y otros costos. Se observa que la energía solar es el sector de más rápido crecimiento, el cual generó 4,3 millones de empleos en 2021, más de una tercera de la mano de obra actual en las energías renovables en todo el mundo.
El informe señala que, dada la creciente preocupación por el cambio climático, la recuperación de la pandemia Covid-19 y las alteraciones de las cadenas de suministro, crece el interés de los países en la localización de las cadenas de suministro y la creación de empleo en el ámbito nacional. Y destaca que crear mercados nacionales fuertes son clave para impulsar la industrialización con energías limpias. Agrega que el desarrollo de capacidades de exportación de tecnologías renovables depende también de ello.
El informe revela que cada vez son más los países que crean empleo en las renovables. Casi dos tercios de todos estos puestos de trabajo se encuentran en Asia. China por sí sola representa el 42 % del total global, seguida de la Unión Europea y de Brasil con un 10 % cada uno, y Estados Unidos y la India con otro 7 % respectivamente.