Nuria Díaz ■
La COP-27 de Egipto está muy centrada en los asuntos de financiación y justicia climática internacional y, en ese escenario, el presidente español ha decidido ponerse al frente de una alianza contra la sequía poniendo ya sobre la mesa una aportación de cinco millones de euros y comprometiéndose a buscar más aliados para una causa que, desgraciadamente, nos toca muy de cerca. Además, Sánchez ha anunciado una inversión adicional de 30 millones para la lucha global contra la crisis climática señalando que este es un tema fundamental para su Gobierno. Aun así, hay voces críticas que señalan que sigue siendo poco y tarde.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tenido una presencia destacada en la Cop27, la nueva cumbre del clima que este año se celebra en Sharm el Sheikh (Egipto). Sánchez se ha puesto al frente de una iniciativa conjunta con Macky Sal, el presidente de Senegal para luchar contra uno de los grandes problemas de nuestros días y que solo puede ir a peor: las sequias. Así, en el primer día de la cumbre, que aún se celebrará hasta el próximo viernes 18 de noviembre, anunció la creación de una Alianza Internacional de Resiliencia ante Sequías.
Según el Gobierno, cada año se ven afectadas por la sequía unos 55 millones de personas; las pérdidas económicas que ha provocado entre 1998 y 2021 ascienden a 124.000 millones
Con una vocación mundial, el objetivo es impulsar la innovación, la transferencia de tecnología y la movilización de recursos para hacer frente a este fenómeno que cada vez afecta a más zonas del planeta. Según los datos del Gobierno español, cada año se ven afectadas por ella unos 55 millones de personas, las pérdidas económicas que ha provocado entre 1998 y 2021 ascienden a 124.000 millones y Europa ha padecido este verano la peor sequía en los últimos 500 años.
Por todo ello ha anunciado que España movilizará un total de 30 millones adicionales para la lucha global contra la crisis climática. Lo ha hecho en su intervención del Cumbre del Clima de Sharm el Sheikh (Egipto), la COP27) en la que ha defendido «movilizar recursos públicos y privados a gran escala para acelerar la reducción de emisiones» de efecto invernadero. El grueso de los fondos movilizados irá a reforzar el Fondo Verde para la Adaptación, al que España destinará adicionalmente 20 millones de dólares. Esta es una herramienta creada en la Cumbre del Clima de 2009, con la que los Estados desarrollados se comprometieron a destinar de manera conjunta 100.000 millones de dólares antes de 2020, algo que todavía no se ha logrado, pues la suma financiera se ha quedado estancada en los 82.000 millones.
Además, Sánchez ha anunciado que, de esos 30 millones, dos se destinarán a la Red de Santiago, creada en la COP25 de Madrid, con la que los países que más han contribuido al calentamiento del planeta se comprometieron, en 2019, a destinar dinero para que los países más vulnerables a la crisis climática puedan sufragar los gastos de las pérdidas y daños generados por fenómenos extremos, como sequías o inundaciones.
Por otro lado, el presidente del Gobierno ha anunciado que el Estado contribuirá con tres millones al Mecanismo de Observación Sistemática de la Organización Meteorológica Mundial, es decir, la herramienta que permite que los países puedan recibir alertas tempranas sobre fenómenos extremos vinculados al cambio climático (inundaciones, tormentas extremas, olas de calor…) y preparar a la sociedad para reducir los daños humanos y económicos.
Pedro Sánchez ha anunciado que destinará cinco millones para la lucha global contra la sequía, una cantidad de dinero que refuerza la alianza sellada con Senegal y otros países del Sur Global
Por último, Pedro Sánchez ha anunciado que destinará cinco millones para la lucha global contra la sequía, una cantidad de dinero que refuerza la alianza sellada con Senegal y otros países del Sur Global. En su intervención, el presidente español ha puesto de relieve cómo este fenómeno climático lleva años causando estragos en el país, ya que algunas zonas como Andalucía viven extremas sequías mientras que el norte peninsular y el Levante suelen vivir episodios de inundaciones en distintas estaciones del año: “Solo una buena gestión de los recursos hídricos puede paliar los riesgos que demanda esta amenaza”, ha manifestado este lunes. Sánchez ha reiterado poco después dicha medida en sus redes sociales: “Ningún país es inmune a sus efectos. La lucha contra ellos requiere de una mirada y una respuesta multilateral”, ha aseverado. Y ha puesto como ejemplo concreto la situación de crisis hídrica que experimentan los emblemáticos humedales de Doñana.
¿Pocos fondos?
Precisamente el que el presidente usara el ejemplo de la crisis de Doñana es uno de los asuntos que menos ha convencido a algunas fuentes. Julio Barea, responsable de campaña de biodiversidad de Greenpeace, explica a El Nuevo Lunes que ha puesto el ejemplo de Doñana, joya natural de nuestro país, pero que no está en crisis solo por la falta de lluvias sino también por la mala gestión del agua. “Esperemos que su ejemplo sirva para mejorar la gestión del agua y para cambiar el sistema agroalimentario, para cambiar a un sistema basado en la agroecología para alcanzar la soberanía alimentaria de forma sostenible”.
Otro de los puntos en cuestión es si el esfuerzo presupuestario es suficiente. Desde la organización ecologista echan de menos más fondos. “Los fondos comprometidos son muy pequeños comparados con lo que se necesita. Podemos compararlo con los fondos públicos que se han estado dedicando a invertir en infraestructuras fósiles fuera de España en estos últimos años que alcanzaba aproximadamente 1.000 millones de euros al año”.
También hay fuentes de la oposición señalan que en España aún estamos pendientes de sellar un pacto nacional del agua, un pacto que algunas comunidades autónomas llevan años reclamando.
Greenpeace denuncia que los fondos comprometidos son muy pequeños comparados con lo que se necesita y con lo que se ha estado dedicando a invertir en infraestructuras fósiles
Las previsiones son alarmantes
La sequía es un problema que irá en aumento según todas las previsiones climáticas. Este 2022 ha dejado el segundo verano más caluroso en todo el hemisferio, pero el número uno en Europa. Acaba de saberse que el continente se calienta el doble que la media planetaria. Las conclusiones de estos científicos se han plasmado así en la vida diaria de las poblaciones: este año, se han atribuido al exceso de calor unas 4.700 muertes en España y más de 53.000 en toda Europa. Los incendios en UE y Gran Bretaña hasta septiembre quemaron 750.000 ha, casi el triple del promedio de la década. Fueron 508.000 solo en el verano, cuyos fuegos emitieron 6,4 megatoneladas de CO2, la cifra más alta desde 2007.
Y los avances en este tema son lentos. En 2021, los miembros del G20 progresaron muy poco en la reducción de las emisiones de CO2, con la tasa global de descarbonización en su nivel más bajo en más de una década con un 0,5 %, según un estudio de PWC. Según los climatólogos, los miembros del G20 tendrían que acordar una tasa de descarbonización anual del 6,3%. Y estamos todavía muy lejos del objetivo.
Un primer acuerdo para las víctimas del cambio climático
Si bien las cumbres del clima suelen acabar en decepción por la falta de acuerdos concretos y probablemente, señalan los expertos, esta no será diferente, sí que señalan que al menos se ha llegado a un acuerdo sobre cómo se indemnizará a los países en desarrollo víctimas del cambio climático. Se ha acuñado el término ‘Pérdidas y daños’. El término cubre tanto las pérdidas económicas (viviendas, tierras, granjas o negocios) como las no económicas (la muerte de personas, sitios culturales o la biodiversidad). «La gente sufre pérdidas y daños causados por tormentas sobrealimentadas, inundaciones devastadoras y glaciares que se derriten, y los países en desarrollo tienen poco acceso a apoyo oportuno para reconstruir y recuperarse antes de que ocurra el próximo desastre», ha afirmado Harjeet Singh, jefe de estrategia política global en la ONG Climate Action Network International. «Son las comunidades que menos han contribuido a causar la crisis las que ahora están en la primera línea de los peores impactos», agregó.