Nuria Díaz
La ministra de Transición Ecológica ha vivido un primer año de gobierno de coalición dulce. Encargada de perseguir un objetivo, el de la apuesta renovable, loable, con múltiples adhesiones y en línea con lo que manda Europa, se había librado de las batallas y las críticas de otros departamentos. Sin embargo, Teresa Ribera se ha encontrado en estos días de enero con la verdadera ‘bestia negra’ de su negociado: el recibo de la luz. En mitad de la peor tormenta de nieve en décadas, el precio de la electricidad se ha triplicado en menos de una semana lo que la ha echado encima a sus socios de gobierno, a la oposición y a las asociaciones de consumidores. El ministerio se escuda en ‘Filomena’, el precio del gas, la falta de viento, la CNMC y en Europa, mientras promete una reforma del sistema de la que todavía no ha dado ninguna pista.
El precio de la luz se ha disparado un 27% en este arranque de 2021, alcanzando los 16,81 céntimos por kilovatio hora (kWh) con la tarifa regulada (PVPC), frente a los 13,24 céntimos del mismo periodo de 2020, según datos de Facua-Consumidores en Acción. Con los datos de los primeros siete días del año, la factura eléctrica del usuario medio se situaría en 80,71 euros, lo que representa un incremento del 19,3% sobre los 67,67 euros de las mismas fechas del año pasado. ¿Qué ha pasado? “Pues la tormenta perfecta”, señala una fuente del sector. “La combinación de una mayor demanda por la ola de frío, la falta de viento, el recurso de acudir al gas, mucho más caro…”.
José María González Moya, director general de APPA Renovables nos lo explica a así a El Nuevo Lunes: “Tenemos una gran dependencia del gas, y en estos momentos hay un problema de desabastecimiento. Hemos tenido que tirar de almacenamientos porque sabemos que la demanda en Asia está disparada y buques metaneros que venían a Europa han desviado su rumbo hacia países de Asía”. “Además, continúa, otro ingrediente es el precio creciente del comercio de derechos de emisión de CO2, por encima de los 33 euros», explica. También sabemos que por la alta demanda ha entrado a quemarse carbón, que es muy caro. Y para redondear las renovables, que han aportado mucha contención al precio, no han sido suficientes, aunque a eólica está generado la tercera parte de la electricidad, que ese un gran factor de estabilidad”. “En cualquier caso, habrá que ver los precios en el mes, y no tanto hora a hora para saber la dimensión de la subida”, concluye.
De tal calibre han sido las críticas, empezando por las de sus socios de Gobierno de Podemos, que la ministra ha acabado anunciando que el Gobierno estudia «reformas robustas» para el sistema energético, aunque ha explicado que hay que «ver qué intervención en el mercado es la más práctica, la más sencilla y la más segura»
Todos estos factores son los que han llevado a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a señalar que se trata de una subida coyuntural y a asegurar que no hay que asustarse por el incremento del precio en el mercado mayorista porque “se notará muy poco” en la factura eléctrica mensual de las familias. En algo tiene razón la ministra: “Lo que ocurre en el mercado eléctrico es un 35% de la factura que paga el consumidor”, explica un experto.
“Pero en lo que no la tiene, explica otra fuente, es en explicar este fenómeno como si fuera un asunto ajeno a ella, a su ministerio o a la regulación”.
De hecho, de tal calibre han sido las críticas, empezando por las de sus socios de Gobierno de Podemos, que la ministra ha acabado anunciando que el Gobierno estudia «reformas robustas» para el sistema energético, aunque ha explicado que hay que «ver qué intervención en el mercado es la más práctica, la más sencilla y la más segura» con respecto al marco legal europeo y el marco constitucional. Ribera ha indicado que la reforma del sistema ha sido una prioridad del Gobierno, así como trabajar contra la pobreza energética, «dando cobertura social a los sectores más vulnerables en estos momentos», con la pandemia y el temporal.
Ha precisado que el Gobierno quiere facilitar «la transformación de cómo se produce» la electricidad y se concentra en lo que se puede hacer y ese es un «compromiso con nuestros socios» en el Ejecutivo.
Subasta marginalista, a debate
Pero lo cierto es que sus socios, Podemos, sí piden algo concreto. El partido de Pablo Iglesias considera que los recientes incrementos en la factura eléctrica para 11 millones de hogares y pymes evidencia «el defectuoso funcionamiento del sistema de subastas marginalistas, creado por el gobierno de José María Aznar. Es esa metodología, según Unidas Podemos, «los precios finales de la electricidad poco tienen que ver en ocasiones con los costes de su generación». En concreto, el partido de Iglesias considera que el Gobierno, tiene que tomar medidas para «terminar con la sobrerretribución que actualmente reciben en el mercado mayorista las centrales nucleares e hidroeléctricas«. El diseño del mercado eléctrico provoca que el importe final que tiene que pagar el consumidor se base en el precio de la electricidad más cara.
El Gobierno también tiene en su mano la rebaja del IVA de la electricidad, algo recurrentemente solicitado por las asociaciones de consumidores. La luz cuenta con su propio impuesto, el de Electricidad, que supone cerca del 5% del recibo, y además tiene un IVA del 21%
Desde Podemos también piden a la ministra” intervenir el mercado eléctrico y nacionalizar una eléctrica para tener, al menos, una gran empresa pública de energía que pueda competir con el oligopolio que nos sube la luz”. Una idea que Ribera ya ha descartado de plano señalando que en países con una eléctrica pública como Francia (EDF) o Italia (ENEL), la luz ha subido igual.
Además, el gobierno también tiene en su mano la rebaja del IVA de la electricidad, algo recurrentemente solicitado por las asociaciones de consumidores. La luz cuenta con su propio impuesto, el de Electricidad, que supone cerca del 5% del recibo, y además tiene un IVA del 21%. Se trata de uno de los tramos más altos del tipo sobre el valor añadido, el general, y mucho más elevado que en países del entorno. En España existen otros tramos como el reducido, del 10% y que se aplica en el agua, productos sanitarios o transporte; y el superreducido, del 4% y que se ve en productos básicos como el pan y verduras, medicamentos o libros.
Investigación CNMC
Reforma del mercado, bajada del IVA y, como tercer ingrediente que el gobierno tiene en sus manos, esta la investigación de posibles irregularidades. Y esto sí lo ha hecho ya y ha encargado a la CNMC un informe. No es la primera vez que el Gobierno empuja al supervisor a que investigue más a fondo posibles irregularidades en el mercado eléctrico. En 2015, la CNMC sancionó con 25 millones de euros a Iberdrola por «manipular» el precio del mercado usando las ofertas de energía a través de varias de sus centrales hidráulicas. En 2019, el regulador hizo lo propio con Naturgy y Endesa por un motivo similar, aunque en este caso a través de las ofertas de sus centrales térmicas de gas.
¿Mejor el mercado regulado o el liberalizado?
En mitad del revuelo de los primeros días del año, con ‘Filomena’, el frio, la demanda y la luz disparadas, se celebraba en Madrid un encuentro de Nueva Economía Forum. En él, el CEO de Endesa, José Bogas señalaba que “la escasez de gas, el incremento de la demanda o el precio del CO2 llevan automáticamente a que los precios sean muy elevados en este momento. En España tenemos la tarifa regulada, ligada directamente al precio mayorista, y esto lleva a que la subida sea importante”. Aviso a navegantes que contradice las palabras de la ministra que horas antes en declaraciones a varios medios había intentado quitar hierro a la subida asegurando que sería «relativa» y de «unos cuantos euros». Una subida que, además, no afecta a todos los consumidores por igual. Esta subida afecta a 4 de cada 10 hogares, los que tienen contratada una tarifa indexada al mercado mayorista, sobre todo quienes están en el mercado regulado, sujetos a la tarifa PVPC. Son estos hogares los que se ven afectados por estas subidas de precio, al igual que se verán beneficiados rápidamente cuando en breve los precios se reduzcan nuevamente. En OCU señalan que, pese a los elevados precios de estos días, el PVPC sigue estando entre las mejores tarifas del mercado, además de ser imprescindible para quien tenga el bono social. El 60% restante está en el mercado libre, pero su tarifa tiene normalmente un precio fijo pactado con su compañía, por lo que hasta que no se renueve el contrato le dará lo mismo que suba o que baja el precio de la electricidad en el mercado mayorista.
En números: actualmente, 14 millones de hogares tienen su factura de la luz indexada directamente al coste mayorista del megavatio hora. 11 millones de ellos están acogidos a la tarifa PVPC, mientras que otros 3 tienen contratada en el mercado liberalizado una tarifa indexada al mismo mercado. En este sentido, explica un experto, estos picos de precio son en realidad una oportunidad para que las compañías aceleren el traslado de clientes del mercado regulado (PVPC) al liberalizado, donde cientos de comercializadoras eléctricas pueden ofrecer un precio de la luz fijo o estable para un periodo determinado. Estas ofertas implican una mayor estabilidad en el recibo, pero según la CNMC acaban siendo más caras a largo plazo frente al PVPC.