Nuria Díaz
Lo de BBVA y Sabadell no ha podido ser. Al menos por el momento, porque, como bien decía el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, al enterarse de la ruptura, “hay noviazgos que se retoman”. Es posible. Pero los analistas señalan que no sería en las mismas condiciones. De eso estaría encargándose ya el banco que preside Josep Oliu, más acostumbrado a comprar que a ser comprado, y que ultima un plan para operar en solitario al tiempo que mejora sus ratios como baza negociadora por si surgen otras oportunidades. Lo primero es vender su filial británica, TSB, que tantos quebraderos de cabeza les ha dado, y cerrar el ajuste de plantilla a principios del año. Después ya se verá quién llama a la puerta y qué propuesta hace.
La fusión de BBVA y Sabadell parecía asunto hecho pero, señalan los analistas, “había mucho mar de fondo”. Que si el CEO de BBVA, Onur Genç, no estaba convencido de la operación y prefería gastarse el dinero de la venta del negocio en EEUU a adquirir la totalidad del capital de Garanti, entidad financiera que ya controla con casi un 50% de las acciones. Que si los posibles problemas de la entidad que preside Carlos Torres con la justicia por el Caso Villarejo, por un lado, o los de la que preside Josep Oliu por el fiasco de su filial británica, por otro. Que si la oferta de BBVA de una vicepresidencia no ejecutiva para el actual presidente del banco catalán no era suficiente…
Desde Sabadell insisten en que siguen su recorrido en solitario con el objetivo puesto en su negocio doméstico, lo que se traduce en que el primer paso de la nueva hoja de ruta son las desinversiones internacionales
Todos los analistas consultados señalan que la ruptura de este noviazgo que recién comenzaba ha tenido que ver mucho con el poder y menos con el dinero. “Había además mucha genta a la que no le convenía esta unión ya sea por motivos políticos o empresariales”, señala un analista del sector. El caso es que se rompió y desde Sabadell insisten en que siguen su recorrido en solitario, con el objetivo puesto en su negocio doméstico lo que se traduce, señalan los analistas, en que el primer paso de la nueva hoja de ruta son las desinversiones internacionales. El objetivo: generar liquidez y mejorar los ratios, “ponerse guapos”, porque si hay una segunda oportunidad de fusionarse, quieren tener más bazas para la negociación de las que han tenido en la última intentona con el BBVA. Lo primero que estarían dispuestos a vender, algunas fuentes señalan que más bien “encantados”, sería la filial británica TSB. Goldman Sachs, que ya asesoró a Sabadell cuando lo compró es el encargado de encontrar comprador en las próximas semanas.
Primer objetivo: vender TSB
Pese a ser la décima entidad financiera del Reino Unido, con unos activos de unos 32.283 millones de en el mercado hipotecario, es un quebradero de cabeza por los problemas de la integración y el Brexit. Se adquirió a Lloyds por 2.362 millones de euros, tras realizar una ampliación de capital de 1.600 millones, en 2015, y no ha logrado dar beneficios. TSB está ya en plena reestructuración, después de que anunciara hace unos meses el cierre de 164 sucursales y el recorte de unos 900 puestos de trabajo. “Me gustaría destacar que con la aceleración de su reestructuración, TSB está en camino de volver a la rentabilidad subyacente y alcanzará el punto de equilibrio en 2021”, recordaba el consejero delegado, Jaime Guardiola, el pasado 31 de octubre, en la presentación de resultados del tercer trimestre. Pero todos los analistas señalan que no va a ser fácil encontrar comprador en un mercado tan agitado como el de Reino Unido o al menos, que pague lo que el Sabadell espera obtener. Fuentes del sector señalan que por menos de 700 millones de euros no se obtendría una mejora de la solvencia.
El nuevo plan estratégico contempla también desinvertir en México, el otro mercado en el que el banco que preside Josep Oliu decidió poner una pica allá por 1991, con una sucursal representativa
El plan sería también desinvertir en México, el otro mercado en el que el banco que preside Josep Oliu decidió poner una pica allá por 1991, con una sucursal representativa. Desde agosto de 2015 tiene licencia para operar como institución de banca múltiple y siempre ha sido defendido por el banco como un mercado prioritario que, aunque pequeño, ha sido rentable.
Según los últimos datos disponibles, los correspondientes al tercer trimestre de 2020, el Sabadell registró en México un beneficio neto de 14 millones, y sumaba una inversión crediticia viva de 3.543 millones hasta septiembre, así como recursos de clientes en balance por valor de 1.629 millones.
De hecho, las desinversiones ya hace meses que comenzaron. En marzo concluía la venta de su depositaria a BNP Paribas por 115 millones de euros. Antes se habían desecho de su gestora de fondos, Sabadell Asset Management; la promotora Solvia Desarrollos Inmobiliarios; y el ‘servicer’ Solvia.
Salida de 1.800 empleados
Además de las desinversiones, Sabadell acaba de acordar con los sindicatos un plan de reestructuración de personal que implica jubilaciones, prejubilaciones y salidas voluntarias de hasta un máximo de 1.800 personas. El proceso de adhesión se iniciará el 10 de diciembre y el banco espera tenerlo cerrado en diciembre, para que todas las salidas se llevan a cabo durante el primer trimestre del 2021. De esta forma, los trabajadores de 56 o más años que se acojan a la prejubilación cobrarán el 75% del salario hasta los 63 años, para posteriormente acogerse a un convenio especial con la Seguridad Social con actualización del 1% anual. El resultado es que la cuantía máxima por empleado sería de 300.000 euros para los nacidos en 1962, 1963 y 1964, y de 280.000 euros para el resto de afectados.
Además de las desinversiones, Sabadell acaba de acordar con los sindicatos un plan de reestructuración de personal que implica jubilaciones, prejubilaciones y salidas voluntarias de hasta un máximo de 1.800 personas
Romper con BBVA y comenzar a sonar otros nombres para nuevas alianzas ha sido todo uno. La novedad es que, en esta ocasión, se especula también con actores europeos. Sobre todo, franceses, como Crédit Agricole, que, según diferentes analistas del mercado, está en plena fiebre compradora. La entidad gala acaba de lanzar la compra del banco italiano Crédit Valtellinese (Creval) por 737 millones en efectivo tras fallar en sus aspiraciones por hacerse con Banco BPM -pero sigue buscando.
Y es que, aunque desde el banco se insista en que puede operar en España sin fusionarse con otra entidad financiera, los supervisores no dejan de presionar, partidarios de reducir el número de entidades a través de las fusiones para que se creen grupos empresariales más fuertes. Las opciones están todas sobre la mesa: desde retomar la operación con el BBVA, pero más fortalecido, buscar una nueva pareja de baile. Como Kutxabank que supondría, con cifras actuales, un grupo 22.000 empleados y una red de oficinas de unas 2.558 sucursales, o Abanca suyo propietario, el venezolano, Juan Carlos Escotet, ya se habría acercado alguna vez al despacho de Oliu, con poca suerte. La otra opción: continuar bailando sola porque por el momento no parece haber nadie con el suficiente capital.
Un banco de bancos que no cede fácilmente
El presidente de Sabadell, Josep Oliu, se resiste a ser comprado y a que el banco, en gran medida obra suya, se diluya en otra entidad. Fuentes del sector aseguran que esa ha podido ser una de las razones del fracaso de las negociaciones con el BBVA. El canje, los cargos, la ubicación de la sede, seguro que alguna interferencia de terceros…. Lo único seguro es que, hasta el momento, el banco catalán ha sido una entidad compradora. Quizá la que más adquisiciones ha realizado en los últimos 25 años en el mercado doméstico. Primero fue Banco Herrero (2001); después, Banco Atlántico (2004) y más adelante, Banco Urquijo (2006). En 2010 lanza una OPA sobre el Banco Guipuzcoano, en 2011, la Caja de Ahorros del Mediterráneo, en 2012, Caixa Penedés y en 2013, Banco Gallego. Fuera de nuestras fronteras, la compra entre 2007 y 2011 Transatlantic Bank, BBVA Miami (2007), Mellon United National Bank (2009) y Lydian Private Bank (2011). En 2014, JGB Bank.
Dicen quienes le conocen que Oliu, que ya tiene 71 años veía cerca su jubilación, pero el baile de fusiones primero, y la operación frustrada con el BBVA después, ha provocado un cambio de planes. “Quiere encontrar una buena operación antes de irse”, señalan estas fuentes.