Nuria Díaz
En apenas unas semanas, varias multinacionales de primer orden en sus sectores han anunciado grandísimas inversiones en nuestro país. Maersk, la primera compañía naviera del mundo, ha elegido Andalucía y Galici para instalar sus nuevas plantas de biocombustible; Volkswagen, Sagunto para su fábrica de baterías y Cisco, Barcelona, para su nuevo centro de diseño de microchips. Y el Gobierno, con el presidente Pedro Sánchez y la ministra de Industria Reyes Maroto al frente, ya trabaja en otros proyectos, como que Samsung, siguiendo los pasos de Cisco, también elija a España para su nueva fábrica.
Prácticamente con apenas 48 horas de diferencia, el Gobierno anunciaba el acuerdo con dos multinacionales para que realicen importantes inversiones industriales en España. Un respiro de fin de año entre datos de inflación, precio del MW, y asuntos a la contra. La primera de las noticias se producía no sin semanas de arduas negociaciones y prácticamente el día que se agotaba el plazo. El grupo Seat-Volkswagen comunicaba que acepta las ayudas del PERTE del coche eléctrico y que instalaría su nueva supergigafactoría en Sagunto.
Los dos proyectos que Maersk ejecutará en España supondrán una inversión que rondará los 10.000 millones de euros y ofrecerá en torno a 85.000 puestos de trabajos tanto directos como indirectos
A finales de octubre, el grupo había amenazado con no llevar a cabo el proyecto de la planta de baterías por considerar insuficiente el dinero público que recibiría, ante lo cual el Gobierno puso sobre la mesa doblar la cantidad anunciada hasta los 880 millones de euros, de los cuales la mitad irá a la compañía alemana. Ahora, todo son parabienes. «La gigafactoría de Volkswagen nos sitúa en un escaparate que representa la mayor inversión industrial en España en los últimos 50 años», indicaba el presidente valenciano Ximo Puig en una rueda de prensa reiterando el valor el proyecto. «Es la mejor noticia empresarial en medio siglo». Y no es para menos. Se crearán unos 19.000 puestos de trabajo directos e indirectos entre 2023 y 2026 con una inversión de 4.500 millones hasta 2026 y tiene intención de convertirse en el epicentro de la movilidad eléctrica.
Casi al alimón, el Ejecutivo anunciaba que Maersk, la mayor naviera del mundo, con una flota de 750 barcos que son capaces de mover más de 12 millones de contenedores al año por todo el mundo, y que está inmersa en su propio proceso de transición ecológica, había elegido dos localizaciones en Galicia y Andalucía para levantar dos grandes fábricas que produzcan metanol verde. Un nuevo combustible que puede acelerar esa transformación energética del transporte marítimo. Se estima que estas dos plantas serán capaces de producir en torno a 2 millones de toneladas de metanol verde al año, lo que permitiría a la compañía naviera cubrir un tercio de su necesidad total.
Según los planes de la compañía, para 2025 ya serán capaces de producir en torno a 750.000 toneladas al año de metanol verde y al menos 19 grandes buques estarán adaptados para este nuevo combustible que será producido por la propia Maersk. El CEO de Maersk, Søren Skou ha asegurado tras el acuerdo alcanzado con España: “Estamos viviendo una emergencia climática y necesitamos acelerar rápidamente la disponibilidad de futuros combustibles verdes. Estamos muy complacidos de explorar oportunidades de combustibles verdes con el gobierno español, ya que el país tiene características clave para ayudar a resolver este desafío con sus grandes ambiciones de hidrógeno y sus ambiciosos objetivos de sostenibilidad. Al mismo tiempo, España abarca importantes recursos renovables y se ubica a lo largo de rutas marítimas clave”. Estos dos proyectos que Maersk ejecutará en España supondrán una inversión que rondará los 10.000 millones de euros y ofrecerá en torno a 85.000 puestos de trabajos tanto directos como indirectos.
Aunque aún hay dudas de la ubicación exacta, fuentes del sector señalan que lo más probable es que se levanten en el Campo de Gibraltar y Pontevedra, respectivamente, aunque no se es un asunto cerrado.
La UE necesita microchips propios
Y unos días después de los dos anuncios de corte energético, llegaba el tecnológico. La multinacional estadounidense de telecomunicaciones Cisco, con sede en San José (California), anunciaba la elección de Barcelona para ubicar su primer centro de diseño de chips para Europa. Concretamente, este se situará en el Centro de Innovación Urbana de Barcelona, en la antigua fábrica de Ca l’Alier, en el barrio del Poblenou, donde la compañía norteamericana ya tenía un punto de innovación. “El Gobierno esta tratando de sacar el máximo partido a los Perte”, señala una fuente del sector aludiendo a que este anuncio llegaba después de que el consejero delegado de Cisco, Chuck Robbins, se reuniera con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Moncloa, para hablar del Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica (Perte) de microelectrónica y semiconductores, impulsado por el Ejecutivo central gracias a los fondos europeos Next Generation, y que pretende movilizar más de 12.000 millones de euros en total. De hecho, Sánchez y Robbins ya se habían reunido en julio de 2021 en la Moncloa y en el último foro de Davos en mayo, para captar esta inversión. La decisión, dice, “supone una apuesta por el potencial tecnológico de España”. Esta inversión se alinea con la estrategia de la Unión Europea de tener una industria propia del microchip, toda vez que estos elementos son imprescindibles para el desarrollo de los productos tecnológicos (entre ellos, los vehículos eléctricos) y su fabricación se lleva a cabo sobre todo en China. El objetivo es evitar que el suministro de los semiconductores se atascara, obligando a fábricas como las automovilísticas a cerrar durante días.
2022: un buen año industrialmente hablando
Son los tres últimos anuncios, pero no los únicos, Lo cierto es que la recta final de año no podía haber sido mejor en cuanto a reindustrialización se refiere, señala una fuente, porque todo el año 2022 ha estado sembrado de acuerdos. Como al que el Gobierno llegó con la farmacéutica Moderna el pasado mes de junio, tras una reunión entre Pedro Sánchez, y el vicepresidente de Moderna para Europa, Oriente y África, Dan Staner, tras la que la compañía anunció una nueva inversión de Moderna en España por valor de más de 500 millones de euros. Además, la compañía también tiene previsto construir en suelo español un laboratorio de pruebas de calidad para las vacunas de ARN mensajero.
La fábrica de microchips de Cisco en Barcelona se alinea con la estrategia de la UE de tener una industria propia del microchip, para evitar que el suministro de los semiconductores se atasque
Un poco antes, en marzo, Meta, antes Facebook, anunciaba la contratación de hasta 2.000 personas en los próximos cinco años y la generación del primer Meta Lab del mundo, un lugar de apoyo para los trabajadores en remoto de Meta en España, con espacio para los emprendedores tecnológicos y startups locales. Dentro de estas inversiones la recientemente anunciada colaboración con Telefónica para establecer un Metaverse Innovation Hub en Madrid para ayudar a acelerar la preparación de la red y los dispositivos del metaverso. En lo que respecta a infraestructura digital, la firma también ha iniciado el proceso para construir un nuevo centro de datos, que estará situado en Castilla-La Mancha, y en un nuevo cable submarino transatlántico, que será el primero de medio petabit del mundo, uniéndose al cable Marea ya existente. Sobre la elección de España como país para invertir, señalaba la compañía de Mark Zuckerberg, “está a la vanguardia de la tecnología europea”. En los últimos días y tras despedir a 11.000 trabajadores, el Gobierno ha comenzado a preocuparse y a moverse. Al cierre de esta edición la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, ha mostrado su confianza en que Meta mantenga las inversiones previstas en España.
Sánchez, a partir un piñón con Corea, quiere camelarse a Samsung
El presidente Pedro Sánchez, a su regreso desde Bali, donde acudió a la cita del G20, puso rumbo a Corea del Sur con el objetivo de convencer a Samsung, el gigante tecnológico coreano, para que elija a España como sede de una gran fábrica de microchips. Son varios los países europeos que pelean para llevarse esta gran inversión, que puede alcanzar hasta 30.000 millones de euros. Sánchez, que viajó con la ministra de Industria y futura candidata en Madrid, Reyes Maroto, se reunió con el CEO de Samsung, Lee Jae-Yong y parece, señalan fuentes del sector, que hubo buena sintonía. Podría ser la próxima inversión industrial.