Nuria Díaz
Todo el mundo quiere liderar la transición energética y su principal vehículo, las energías renovables, y por eso, cada MW eólico o fotovoltaico es oro puro. En la carrera están desde las compañías tradicionales como Iberdrola o Endesa, las otrora petroleras y ahora en transformación verde, como Repsol, o los grandes fondos de inversión que apuntan a todo lo que se mueve. Como el canadiense IMF, que quiere medrar a través de la compra de un 20% de un gigante nacional como Naturgy, una opa en la que Isidro Fainé y la ministra Nadia Calviño parecen tener la última palabra. O los estadounidenses KKR y Brookfield, que poseen al 50% de X-Elio, la antigua Gestamp, que acaban de hacerse con 315 MW fotovoltaicos en la reciente subasta renovable puesta en marcha por la ministra Teresa Ribera, la primera que se celebra en tres años. Junto a ellos, el otro gran ganador de la puja, Capital Energy, el grupo fundado por Martín Buezas, la familia dueña de La Sepulvedana, que se ha hecho con 620 MW eólicos y que ya es el primer promotor eólico de España.
El pasado 26 de enero y después de más de tres años sin que se adjudicaran un solo MW renovable nuevo, el Gobierno ha sacado a subasta el 15% del paquete de renovables previsto hasta 2025. La puja ha sido para 1.000 MW de tecnología fotovoltaica y otros 1.000 de eólica terrestre, mientras que el resto ha quedado sin restricción tecnológica. Según ha informado el Ministerio de Transición Ecológica, que dirige Teresa Ribera, han participado 84 agentes que, señalan fuentes del sector “son muchos”, con una oferta de 9.700 MW, más de tres veces la potencia subastada. El pastel finalmente se lo han repartido entre 32 empresas, con un precio medio ponderado de 24,47 euros por megavatio hora (MWh) para la fotovoltaica y de 25,31 euros por MWh para la eólica. Pero no todas se han comido el mismo trozo de tarta. Pese a la presencia de compañías grandes y tradicionales en estas lides, como Iberdrola o Naturgy, que también se han llevado un buen pellizco, resulta que la porción más grande se la han quedado dos empresas, Capital Energy y X-Elio, las dos claras ganadoras. ¿Quiénes son y quien está detrás de sus proyectos?
Si en la puja eólica Capital Energy se ha erigido ganadora, en la fotovoltaica lo ha hecho X-Elio, la antigua Gestamp solar, que se ha llevado 315 MW de tecnología fotovoltaica, un 10% del total de energía disponible en este proceso
Capital Energy, que se ha estrenado en una subasta en España, se ha hecho con 620 MW eólicos, todos por los que competía. La compañía tiene una particularidad significativa en el sector: se trata de un grupo que no cotiza, cuya propiedad es al cien por cien de la familia Martín Buezas, fundadores de la empresa de autobuses La Sepulvedana. Su fundador y vicepresidente ejecutivo, Jesús Martín Buezas, ex yerno de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y del grupo ACS, no es un recién llegado al sector. Lleva desde el año 2002 centrado en el sector renovable acumulando una cartera de proyectos que alcanza ya los 35 GW en la Península Ibérica, de los que más de 6,7 GW ya disponen de los permisos de acceso a la red concedidos. Gracias a sus más de 400 proyectos renovables, está presente en 14 de las 17 comunidades autónomas, 40 de las 50 provincias y alrededor de 1.500 municipios. Su crecimiento ha sido meteórico. El objetivo de la empresa, que ha pasado de 30 personas a 350 en los tres últimos años, distribuidas a lo largo de 15 oficinas en España y Portugal, es llevar al consumidor final la energía 100% renovable que ya está produciendo en sus propias instalaciones. En la compañía, que en apenas tres meses ha llevado a cabo varios fichajes de primera línea entre los que destaca el de Juan Lasala, exconsejero delegado del grupo Red Eléctrica Corporación (REC), como consejero con carácter independiente y presidente no ejecutivo, aseguran estar “en constante crecimiento”. No en vano, prevé contratar a una persona cada tres días durante 2021.
Preguntados sobre los proyectos concretos que respaldarán esos 620 MW eólicos que se han adjudicado, señalan que no hay decisión tomada. “Hay nueve meses para seleccionarlos”.
La pregunta no es baladí. En la subasta de 2017 el campanazo lo dio Forestalia, un grupo empresarial dedicado a las energías renovables que se dio a conocer cuando ganó la mayor parte de los MW y de los que se ha desprendido también en una gran parte mediante la venta de activos a Repsol, Engie y Light Source, entre otros. Los traspasos de derechos han retrasado la puesta en marcha de muchos los proyectos.
Los nuevos actores vienen hasta de Japón
Si en la puja eólica Capital Energy se ha erigido ganadora, en la fotovoltaica, lo ha hecho X-Elio, la antigua Gestamp solar, que se ha llevado 315 MW de tecnología fotovoltaica, que suponen un 10% del total de energía disponible en este proceso. Los dueños de X-Elio son al 50% los fondos estadounidenses KKR y Brookfield, y antes la compañía había estado en el centro de interés de varias compañías, desde empresas tan dispares como la propia Repsol o compañía propiedad del Estado chino China Three Gorges Corp, que finalmente le compró varios parques solares en España. X-Elio fue originalmente fundada por la familia Riberas, los dueños del Grupo Gestamp y Gonvarri, que traspasaron el 80% de la propiedad al ‘private equity’ americano KKR. El pasado año, y después de un largo tira y afloja por cuestiones de precio, KKR y los hermanos Riberas, Francisco y Jon, decidieron vender el 50% de X-Elio a Brookfield en una operación que permitió a los accionistas españoles desprenderse del 20% que todavía poseían en su antigua filial. KKR cedió otro 30% convirtiéndose en socio de Broolfield al 50%. X-Elio ya fue la segunda mayor adjudicataria en energía fotovoltaica en la subasta realizada por el Gobierno en julio de 2017, en la que se adjudicó 455 MW. Al frente del negocio, como presidente y consejero delegado, Lluis Nogueras, un ex Naturgy. Noguera acumula una gran experiencia dentro del sector energético. Antes de su incorporación a X-Elio ejercía de consejero delegado de Global Power Generation, compañía perteneciente al Grupo Naturgy y Kuwait Investment Authority, centrada en el desarrollo y gestión de activos de generación eléctrica fuera de Europa.
KKR y Broolfield no son los únicos agentes internacionales que aparecen en el mercado renovable español, ni los únicos protagonistas de los traspasos que han protagonizado los hermanos Riberas. En plena Nochebuena, y un año después de desprenderse de sus últimas participaciones en X-Elio, sellaban también la venta de un 80% de su empresa de energía eólica, Elawan, antigua Gestamp Wind, al grupo japonés Orix, con tentáculos en áreas tan diversas como los seguros, la banca y la automoción. En la subasta Elawan ha conseguido cerca de 100 MW de eólica y unos 50 MW en fotovoltaica.
Pese a todo, no es que las grandes se hayan quedado con las manos vacías, a excepción de Repsol, que se ha quedado fuera. Iberdrola, que no participó en la subasta de 2017, ha conseguido 243 MW del cupo fotovoltaico. Naturgy ha obtenido cerca de 240 MW. La empresa que preside Francisco Reynés, en mitad de una opa parcial por parte del fondo australiano IFM (ver apoyo), ha detallado que 197 MW corresponden a energía fotovoltaica y otros 38 a eólica terrestre. Endesa se ha hecho con un paquete de 50 MW fotovoltaicos y, Acciona, que ha regresado a las subastas tras no participar en las dos anteriores, ha obtenido 106,6 MW, también fotovoltaicos.
OPA Naturgy: los australianos de IMF buscan camelarse
a Calviño y a Fainé
La OPA del fondo australiano IMF sobre el 22% de Naturgy es un ‘marrón’ para el Gobierno. Aunque todavía no ha comunicado oficialmente la operación al Ministerio de Industria, por lo que todavía no se ha activado el procedimiento formal, se trata de la primera operación que desafía el escudo anti-opas que el Ejecutivo de Pedro Sánchez puso en marcha el pasado mes de marzo, al comienzo del estado de alarma, una norma que le permitiría vetar a las empresas extranjeras la adquisición de más de un 10% del capital de compañías españolas de sectores estratégicos como, por ejemplo, energía, telecomunicaciones, agua, transporte, aeroespacial, defensa y sanidad. Naturgy claramente lo es. Las primeras declaraciones han sido tibias. Lo cierto es que el Gobierno dispone de un mes para pedir la autorización a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con los detalles de la oferta, junto con el folleto y otros documentos jusitificativos. Una vez cumplido el trámite se tendrá que presentar su oferta detallada ante la dirección general de Comercio e Inversiones del ministerio de Industria que, posteriormente deberá remitir un informe al Consejo de Ministros, que es el que deberá tomar una decisión hasta seis meses después de haber recibido la propuesta. Este paso es preceptivo antes de que la CNMV autorice la opa. ¿Vetará la ministra de Economía, Nadia Calviño, en connivencia con la de Industria, Reyes Maroto, la operación?.
Y, por otro lado, la ministra no es la única a la que hay que convencer. En principio la oferta sobre hasta el 22,7% del capital por 5.060 millones de euros está dirigida a los accionistas minoritarios. Antes de lanzarla, IFM comunicó sus intenciones a los principales accionistas de la compañía. Los fondos CVC, que participa con una sociedad junto con el grupo March y GIP, con el 20,72% y el 20,64%, respectivamente, decidieron que no acudirán a la oferta, mientras que Criteria, la hólding de participaciones de La Caixa, con el 24,4%; no ha manifestadom al cierre de esta edición sus intenciones. Fuentes del sector señalan que para la firma propiedad de la Fundació La Caixa presidida por Isidre Fainé priman aspectos como la vocación de permanencia en determinadas inversiones estratégicas como Naturgy y la necesidad de dividendos para alimentar la Obra Social.
El fondo australiano IFM lleva ya tres años reforzando su posición en España. Desembarcó en el capital de Aqualia, la filial de agua de FCC por 1.024 millones de euros en 2018. Desde entonces, la entidad abrió oficina en España para ir buscando oportunidades con las que reforzar sus negocios en la Península Ibérica y ahora con esta OPA da un salto a las grandes ligas empresariales.