Nuria Díaz
España lleva cierto retraso en lo que sin duda es uno de los sectores llamados a tirar de la economía, aunque parece que, ahora sí, Gobierno y empresas están decididos a convertir la automoción en el proyecto-país de nuestra economía. El coche eléctrico coge velocidad. El Gobierno sellaba hace unos días un consorcio público-privado junto con Volkswagen e Iberdrola para montar la primera fábrica de baterías para coches eléctricos en nuestro país, y de seguido SEAT anunciaba que transformará la planta de Martorell en Barcelona para fabricar más de 500.000 coches eléctricos urbanos al año para varias marcas del Grupo aunque están pendientes de las ayudas europeas que puedan llegar para este macroproyecto. Sus modelos vendrán a sumase a los que el grupo PSA ya produce en sus plantas de Vigo, Madrid y Zaragoza y hacen prever a los analistas que, si nada se tuerce, España podría ser el tercer país de Europa con mayor producción de vehículos con batería, tras Alemania y Francia.
A bombo y platillo. Así se anunciaba por parte de la ministra de Industria, Reyes Maroto, hace solo unos días en el 28º Congreso Federal de UGT Fica que el Gobierno, la automovilística Seat y la energética Iberdrola impulsarán la primera fábrica de baterías para vehículos eléctricos en España, y que podría ubicarse cerca de la factoría de Martorell, aunque no es un tema cerrado (Ver apoyo). La ministra ha asegurado que «este consocio público-privado con acceso a los fondos europeos del programa Generation Next formará parte del primer Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) que tiene como objetivo la transición hacia el vehículo eléctrico y conectado, y va a permitir desarrollar un conjunto de actuaciones que garanticen que existan en España las infraestructuras, instalaciones y mecanismos necesarios para fabricar de forma autónoma y competitiva un vehículo eléctrico conectado completo».
SEAT cuenta con poder fabricar 500.000 coches eléctricos en la planta de Martorell a partir de 2025, siempre que consiga las ayudas públicas que demanda. Concretamente se prevé el lanzamiento de un vehículo eléctrico urbano
Una reivindicación que viene haciendo desde hace tiempo los principales fabricantes y que había llevado incluso a reuniones del más alto nivel como la del consejero delegado de Grupo Volkswagen, Herbert Diess, en Moncloa para hablar con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez para pedir “acompañamiento gubernamental” en este proceso de electrificación que Seat ha reconocido imprescindible. Wayne Griffiths, al frente de Seat desde el 1 de octubre del año pasado decía recientemente que “España no se puede permitir perder este tren”. Y parece que, ahora sí, todos los agentes implicados están de acuerdo. Seat, entre ellos.
“Creemos que es parte de nuestra responsabilidad electrificar España. Hace 70 años, pusimos a este país sobre ruedas. Nuestro objetivo, ahora, es poner a España sobre ruedas eléctricas”, subrayó Griffiths, que añadió que esa transformación persigue también mantener el empleo de la compañía. Por ello, ha anunciado que cuenta con poder fabricar 500.000 coches eléctricos en la planta de Martorell a partir del 2025, siempre que consiga las ayudas públicas que demanda tanto al Gobierno español como a Bruselas. Concretamente se prevé el lanzamiento en cuatro años de un vehículo eléctrico urbano, de un tamaño similar al Arona, y a un precio de entre 20.000 y 25.000 euros, para todo el grupo.
Para ello la planta de Martorell necesitará reformas que, aunque desde la compañía no han cifrado, fuentes del sector estiman que podría costar en torno a 2.400 millones de los 5.000 millones que ya el año pasado anunciaron que invertirían hasta 2025.
La llegada de los futuros eléctricos de Volkswagen no serán los primeros. Stellantis (el grupo resultante de la fusión entre PSA y FCA) ya fabrica vehículos 100% en sus tres plantas españolas
En realidad, explican fuentes del sector, Martorell ya ha comenzado su transformación hacia la electrificación con la producción de las variantes híbridas enchufables de los modelos Seat León y Cupra León, así como del Cupra Formentor e-Hybrid. Actualmente, la planta, inaugurada en febrero de 1993 cuenta con más de 9.000 empleados y ensambla seis modelos distintos en tres líneas de producción: Seat Ibiza, Seat Arona, Seat León, Cupra León, Cupra Formentor y Audi A1.
Inversiones millonarias
La llegada de los futuros eléctricos de Volkswagen no serán los primeros. Stellantis (el grupo resultante de la fusión entre PSA y FCA) ya fabrica vehículos 100% en sus tres plantas españolas. En concreto, en Vigo ensambla el todocamino compacto Peugeot e2008, en Figueruelas (Zaragoza) hace el Opel Corsa e y en Villaverde (Madrid) produce el Citroën eC4. Además, en los próximos meses se iniciará la producción en masa de las variantes a batería de las furgonetas hechas en la planta viguesa. La Peugeot Partner/Rifter, la Citroén Berlingo, la Opel Combo y la Toyota Proace City tendrán una versión cero emisiones.
Según datos de Anfac, la patronal del sector, además de las de Stellantis y Seat, las siguientes fábricas producen (actualmente o a lo largo de este 2021) vehículos electrificados, ya sean eléctricos puros o híbridos enchufables: Mercedes-Benz en Álava; Nissan en Barcelona; Hispano Suiza Cars en Barcelona; Ford en Almussafes (Valencia), y Renault en las dos factorías de Palencia.
La planta de Martorell necesitará reformas que, aunque desde la compañía no han cifrado, fuentes del sector estiman que podrían costar en torno a 2.400 millones de los 5.000 millones que ya el año pasado anunciaron que invertirían hasta 2025
La apuesta está clara. Anfac también señala que durante 2019 (el último año del que tienen cifras) las marcas automovilísticas en España han invertido más de 2.700 millones de euros en proyectos de I+D enfocados hacia la nueva movilidad. Y en los últimos cinco años se han invertido más de 13.000 millones de euros. Según sus datos, de las plantas españolas salieron 159.315 vehículos de los denominados “alternativos”: los eléctricos (en sus dos variantes), más los de gas natural. Supone multiplicar por 3,4 las 46.272 unidades del año precedente. Así, este tipo de vehículos (turismos, comerciales e industriales) alcanza ya el 7,02% de la cuota de producción total.
Si aprovechamos esta oportunidad, con los fondos europeos de trasfondo, hay consultoras que prevén que en 2025 nuestro país supere las 500.000 unidades anuales en la fabricación de vehículos eléctricos e híbridos enchufables. Dentro de unos años, España podría ser, según estas fuentes, el tercer país de Europa con mayor producción de vehículos con batería, tras Alemania y Francia. Para 2026, un 10% de los coches serán 100% eléctricos, mientras que casi el 7% contará con motorización enchufable.
Despiece
Las baterías, el quid de la cuestión, con pelea territorial en ciernes
La ministra de Industria señalaba hace unos días que la primera fábrica de baterías se ubicaría “cerca de Martorell”, algo que parece plausible puesto que viene encadenado aun acuerdo con Seat para su puesta en marcha. Sin embargo, y dada la cantidad de proyectos de baterías que aspiran a recibir fondos europeos, Reyes Maroto tuvo que matizar que el enclave aún no está decidido. En cualquier caso, lo que está claro es que hay un interés territorial creciente por convertirse en la ubicación de alguna de estas nuevas fábricas.
Aragón tiene su propio proyecto y a favor su ubicación intermedia entre dos fábricas (la de Martorell y la de Pamplona de Volkswagen). El alcalde de Vigo, Abel Caballero, explicaba hace unas semanas que la Zona Franca de Vigo también ha presentado ante Industria un manifiesto de interés para captar esa inversión. En Extremadura, el grupo Phi4tech plantea un proyecto industrial de baterías en la Plataforma Logística del Suroeste Europeo de Badajoz, basándose en el litio que explotará Lithium Iberia en la mina de Las Navas, en Cáceres. Por su parte, la Comunidad Valenciana tiene su propio proyecto bajo el paraguas de la Alianza Valenciana de Baterías, en el que lleva trabajando dos años y que lidera Power Electronics. En ese caso, el socio automovilístico tendría que ser Ford, que tiene en Almussafes la gran factoría de la comunidad, aunque, en principio, no está integrado en el consorcio. Además, una alianza formada por Extremadura, País Vasco, Navarra y Andalucía ha presentado otro manifiesto de interés que plantea la construcción de una fábrica de baterías de estado sólido en el País Vasco. La batalla territorial está servida.