Nuria Díaz ■
Reino Unido no pasa por su mejor momento. Tras el Brexit, la inestabilidad política, unida a la debilidad de la libra, y en plena crisis europea por la guerra de Ucrania, amenaza la inversión de las empresas españolas que, de hecho, se ha reducido, al tiempo que se producían algunas importantes desinversiones, como la de Amey por parte de Ferrovial o de parques eólicos marinos por parte de Iberdrola. En cualquier caso, todas las compañías consultadas aseguran que, pese a todo, se trata de un mercado que les costó conquistar, consideran fundamental y en el que van a quedarse a la espera de tiempos mejores.
El Brexit fue un punto de inflexión, un antes y un después en la inversión española en Reino Unido que a comienzos de los 2000, empujada en parte por las continuas devaluaciones y la inseguridad jurídica en Latinoamérica, vio en el mercado británico, abierto y lleno de oportunidades en sectores estratégicos su nuevo El Dorado. Las grandes operaciones se sucedían. La mayor la protagonizó Telefónica al adquirir la compañía O2 en 2005 por unos 26.000 millones de euros, seguida un par de años después con la compra por parte de Iberdrola de ScottishPower Renewables por 17.000 millones. Telecomunicaciones, energía y no podían faltar las constructoras, como Ferrovial que se convirtió de un plumazo en el principal accionista de varios aeropuertos británicos, entre ellos el más importante de la capital, Heathrow. Un mercado que para la familia del Pino llegó a aportar el 30% de la facturación total de la compañía. No ha vuelto a haber transacciones de esa categoría. Es más, según los datos del ICEX, en 2021 la inversión en este mercado fue de 7,9 millones, cuando el 2017 había sido de más del doble. Según datos de Refinitiv, el valor de las adquisiciones españolas en Reino Unido durante los nueve primeros meses de 2022 asciende a 243 millones de dólares (unos 250 millones de euros), mínimo similar a los registrados en los primeros años del Brexit (2016-2018). Lo cierto es que la ralentización de las inversiones ha sido lenta pero continua. Tras el punto de inflexión del Brexit llegó, según los expertos, la mala gestión del Covid por parte del Gobierno de Boris Johnson y sus escándalos, lo que desembocó en un abrupto cambio de Gobierno con la llegada y salida, visto y no visto de Liz Truss y ahora, un nuevo primer ministro, Rishi Sunak, el tercero en apenas tres años en el que están puestas todas las esperanzas de recuperar la estabilidad política. “Es necesaria, resaltan las mismas fuentes, para hacer negocios”. “De hecho, mucha inversión se ha ido desviando a EEUU y también a Australia”, concluyen.
El valor de las adquisiciones españolas en Reino Unido durante los nueve primeros meses de 2022 asciende a unos 250 millones de euros, al nivel de los primeros años del Brexit
Pero lo cierto, y aunque hay desinversiones en marcha, los analistas quitan hierro al asunto porque, señalan, “lo que estamos es una crisis global”. “El caso de Reino Unido, una economía rica y con seguridad jurídica incluso a pesar del Brexit, y que además quiere a las empresas españolas, no preocupa demasiado. Es cierto que la inestabilidad actual puede tener impacto en la rentabilidad de algunas empresas, pero en un mercado como este se está en el medio y largo plazo. Las ganancias importantes son a largo plazo y no lo que pase en un ejercicio puntual”.
Es más, algunos analistas creen que la debilidad de la divisa, unida a las bajas valoraciones, podría provocar un aluvión de ofertas públicas de adquisiciones (opas) sobre empresas británicas que están baratas. Pero lo cierto es que las empresas españolas están más bien en posición de verlas venir…
Soltando lastre
…o directamente vendedoras. Ferrovial por ejemplo ha vendido su filial británica de servicios Amey por 455 millones, 19 años después de su compra. El socio de uno de los fondos compradores es Philip Hammond, exministro de Economía. Ahora se especula con la posibilidad de que el grupo español venda su 25% en el aeropuerto de Heathrow.
Telefónica y Liberty Global también estarían planeando vender su 50% de Cornerstone Telecommunications Infrastructure Limited (CTIL), sociedad que agrupa las torres en Reino Unido de su joint venture Virgin Media O2 y Vantage, controlada por Vodafone, que controla el otro 50% del capital. La sociedad tiene 15.000 emplazamientos y contratos a largo plazo con ambos accionistas.
Cellnex, por su parte, ha elegido al operador británico Wireless Infraestructure Group (WIG) como la empresa compradora de las 1.100 torres de las que va a desprenderse en Reino Unido para poder hacer realidad la compra de los emplazamientos de CK Hutchison en ese país.
En su programa de desinversiones no estratégicas, Iberdrola decidió vender una participación de hasta el 49% de East Anglia Three, uno de los parques eólicos marinos más grandes, con una capacidad de 1.400 MW
En su programa de desinversiones no estratégicas, Iberdrola decidió vender una participación de hasta el 49% de East Anglia Three, uno de los parques eólicos marinos más grandes, con una capacidad de 1.400 MW. La construcción de este parque se ubica en la costa del Mar del Norte en Reino Unido y estima un periodo de construcción final a 2026, fecha en la que se supone entrará en producción. Aun así, desde Iberdrola señalan que este mercado es ‘core’ para ellos, y que tienen un plan muy ambicioso de inversiones en redes, solar, almacenamiento y eólica marina y terrestre. Recientemente, ScottishPower lanzó una campaña para contratar 1000 empleados nuevos tras haber asegurado 16 nuevos proyectos de renovables como consecuencia de las últimas licitaciones adjudicadas por el Gobierno británico.
Por lo que respecta al Santander, el banco, en la actualidad, tiene abierta la venta de varios edificios corporativos y terrenos en Reino Unido, una operación que se prevé que se cierre para la segunda parte de 2023. Pero su apuesta sigue firme. En los primeros nueve meses de 2022, han tenido un buen desempeño pese al entorno complejo por el aumento de la inflación y de los tipos de interés. El beneficio ordinario fue de 1.138 millones de euros y los ingresos crecieron el 10%, apoyados en el aumento del margen de intereses (+12%), beneficiado por la subida de tipos y la resiliencia del mercado hipotecario, mercado en el que se desarrolla el 80% de la actividad del banco que preside Ana Botín en Reino Unido.
Planes sigue habiendo
Renfe, por ejemplo, anunciaba hace unos días que está analizando entrar en el servicio ferroviario de Reino Unido como uno de los socios estratégicos de Grand Union Trains para operar un nuevo servicio comercial entre Londres y Carmarthen (Gales).
Renfe participaría en la operación aportando su experiencia en servicios comerciales, así como su conocimiento de la operación liberalizada ofreciendo un servicio de altas prestaciones. De materializarse el proyecto, que aún se encuentra en fase de revisión por parte del regulador británico (ORR), éste supondría el primer proyecto de Renfe en Reino Unido.
La propuesta de GUT prevé una importante inversión para la prestación del servicio, que podría contar con la participación de Serena Industrial Partners, una firma de capital privado independiente de España comprometida con el desarrollo de infraestructuras sostenibles en el Reino Unido.
Grand Union Trains (GUT) es una compañía ferroviaria británica que está desarrollando nuevos servicios de viajeros para operar entre el sur de Gales y Londres. Los directivos de GUT han impulsado anteriormente otros servicios de open access, entre ellos el denominado Grand Central, que después vendieron a Arriva, filial de DB.