Nuria Díaz
España aún está muy lejos de ocupar un lugar destacado en el mercado indio, un mercado con alto potencial, en el que nuestros vecinos franceses o alemanes llevan años liderando proyectos. Sólo unas 300 empresas tienen intereses allí, muchas de ellas pymes, y con poca presencia del Ibex. Sin embargo, hace ya un par de años que el interés de algunos sectores, al calor de los planes del Gobierno indio, ha ido en aumento. Se trata, sobre todo, del de las energías renovables, con Siemens Gamesa a la cabeza; el del ferrocarril, con Talgo; el sector de los componentes de automoción, con Antolín o Cicosa, y el agroalimentario con Congelados de Navarra. Tras meses de acelerón, la pandemia del Covid, que tanta factura está pasando ahora mismo en India, ha paralizado algunos planes, pero aun así se espera que 2021 acabe con alguna alegría, como la reanudación de las subastas eólicas y varias iniciativas de alta velocidad.
India es uno de los países que peor lo está pasando con la pandemia del Covid-19, con un número de nuevos contagios confirmados que ha superado la barrera de los 400.000 por segunda vez desde el inicio del devastador brote el mes pasado y con 4.000 muertes en las últimas 24 horas, antes del cierre de esta edición, y es difícil saber cuando se volverá a cierta normalidad. Ahora, lo primero es solucionar el problema sanitario al que se enfrentan, pero las empresas esperan el retorno a cierta normalidad, también de la economía.
Según The World Economic Forum, la India será el tercer mercado de consumo del mundo tras China y Estados Unidos (EE.UU.), y en 2027 superará al gigante asiático en número de habitantes, con una población estimada de 1.500 millones. No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que las perspectivas de negocio son muchas. Sin embargo, España se lo está tomando con calma. Nuestro país se sitúa en la decimoquinta posición del listado de países inversores en la India, con una cantidad que asciende a los 2.858 millones de dólares desde el año 2000, según el ‘Informe económico y comercial India 2020’ del ICEX. Los flujos de inversión española en 2019 fueron de 19,55 millones de euros, y se concentraron principalmente en la industria de la alimentación, la fabricación de bebidas, el comercio mayorista y la intermediación comercial y en la fabricación de material y equipo eléctrico.
Uno de esos sectores en clara expansión es el de las energías renovables. Wood Mackenzie estima que India, junto con China, EE UU y Alemania seguirán siendo los principales mercados de eólica terrestre, con el 66% de la capacidad instalada en el periodo 2021-2030
Iñaki Soto, director general de Indversis, una firma de consultoría con más de 20 años de experiencia en el mercado indio explica a El Nuevo Lunes que “el peso de la India es relativo en nuestra economía, habrá unas 250 o 300 empresas españolas con intereses en ese mercado, en comparación como las más de 2.500 alemanas o italianas. Es un mercado que España ha dejado de lado hasta ahora pero que, sin embargo, tiene mucho potencial y muchas oportunidades en diversos sectores porque existen planes de expansión concretos por parte del gobierno indio”.
Uno de esos sectores en clara expansión es el de las energías renovables. Wood Mackenzie estima que India, junto con China, EEUU y Alemania sigan siendo los principales mercados de eólica terrestre, con el 66% de la capacidad instalada en el periodo 2021-2030; en el caso de India está previsto que en ese periodo instale 63 GW. “El Covid ha retrasado y cancelado las subastas planeadas, y esto ha recortado las previsiones de instalaciones para los próximos años, aunque se espera que el mercado se recupere en el medio y largo plazo”, señalan desde Siemens Gamesa, una de las grandes empresas en ese mercado. “Concretamente, se espera una subasta de 1,2GW en este 2021”. Ahora mismo la capacidad instalada del grupo en la India alcanza los 7GW. Presente en India desde 2009, cuenta con dos fábricas de palas en Nellore (Andhra Pradesh) y Halol (Gujarat), una fábrica de nacelles en Mamandur (Chennai, Tamil Nadu) y un centro de operaciones y mantenimiento en Red Hills (Chennai, Tamil Nadu).
Desde la Asociación Empresarial Eólica señalan que “tras imponer el confinamiento el 24 de marzo de 2020, todas las empresas no esenciales estuvieron cerradas varios meses. Sin embargo, el Gobierno no planea rebajar su ambicioso objetivo de 175 GW de capacidad de energía renovable para 2022. Así, el MNRE habría solicitado a todas las autoridades estatales y portuarias que identificaran terrenos para establecer centros de fabricación y exportación y ha declarado que brindarán apoyo total a las empresas que planean expandir o establecer bases en India en el sector de las energías renovables.
A por las infraestructuras
Junto a las renovables, los expertos creen que el ferrocarril será la otra oportunidad de oro. Según datos del ICEX, aunque India cuenta con la red ferroviaria más extensa del mundo (sólo por detrás de EE. UU., Rusia y China), el Gobierno planea realizar grandes proyectos e inversiones que permitan modernizar y ampliar la red de infraestructuras ferroviarias. El Gobierno indio destina una enorme cantidad de recursos a proyectos ferroviarios. Los últimos presupuestos para el año fiscal 2021-2022, fuertemente expansivos, han centrado su aumento en el gasto una vez más en las infraestructuras, añadiendo más de 1.250 millones de euros a los proyectos de infraestructuras de transporte.
Hace seis años, el Gobierno indio apostó por transformar el sector agroalimentario, y ahí es donde entran en juego algunas empresas españolas como Congelados de Navarra, que ha montado uno de los mayores proyectos de verduras congeladas en la región de Punjab
La empresa española Talgo, pese al parón que esos planes han sufrido por el Covid, mantiene su actividad comercial en India, un país que tendrá grandes necesidades de material rodante en las próximas décadas. En febrero del añio pasado, Patentes Talgo cerró un contrato para la remodelación de 28 coches de la Serie 6 propiedad de Talgo, para la compañía KSL Systems Private Limit con el objeto de operarlos en India. El interés de Talgo por ese mercado viene de lejos. En el verano de 2016, la empresa ferroviaria española Talgo inició su última fase de pruebas en la India con el objetivo de reducir en al menos cuatro horas el recorrido entre Nueva Delhi y Bombay, quince días después de haber batido el récord de velocidad en los ferrocarriles del gigante asiático.
Tecnología agroalimentaria
Otro de los sectores con presencia española es el de la industria agroalimentaria. “Destaca en especial todo lo que tiene que ver con la tecnología y procesado de alimentos” señala el director general de Indversis, Iñaki Soto. “Mucha gente lo desconoce, pero India es el tercer productor mundial de frutas y verduras, pero carece de una industria de almacenamiento, transporte, envasado, distribución… y desaprovecha tanto, como toda la fruta y verdura que se consume en Reino Unido en un año, señalan algunos estudios. Hace seis años el Gobierno indio aposto por transformar este sector (la agricultura y la ganadería emplean al 50% de la población) y ahí es donde entran en juego algunas empresas españolas como Congelados de Navarra que ha montado uno de los mayores proyectos de verduras congeladas en la región de Punjab”. También están otras empresas del ramo como Gallina Blanca.
Fuentes del sector señalan que también hay una importante presencia de empresas de componentes de automoción como Antolín o Cicosa, o de seguridad como Prosegur o de moda como Inditex y Mango. “Otro sector con muchas posibilidades de negocio es el de la tecnología, las Smart city por ejemplo”, señala Soto.
Colaboración bilateral
Además, existe un marco de colaboración bilateral entre España e India (Programa ISIP) que tiene como objetivo la promoción y financiación de proyectos de desarrollo tecnológico e innovación conjuntos entre empresas y entidades españolas e indias.
En el marco de este programa actualmente se están implementando tres iniciativas sectoriales en Biotecnología –entre el CDTI y el Departamento de Biotecnología de India (DBT)–, en Energías Renovables –entre el CDTI y el Ministerio de Energías Nuevas y Renovables de India (MNRE)–, y una iniciativa con alcance multisectorial entre el CDTI con el Departamento de Ciencia y Tecnología (DST) de India y la agencia Global Innovation and Technology Alliance (GITA), una alianza público privada entre el DST y la Confederation of Indian Industry (CII).
Como resultado de la implementación del Programa ISIP a fecha de hoy se han certificado un total de 42 proyectos de cooperación tecnológica conjunta entre empresas españolas y entidades indias por valor de 33 millones de euros y que, a su vez, representa un compromiso financiero directo del CDTI de alrededor de 18 millones de euros mediante créditos blandos y tramos no reembolsables o con subvenciones a través del programa Innoglobal en el periodo 2016 a 2018.
Con los aranceles hemos topado
Para el consultor Iñaki Soto, que tras estar al frente de una empresa del sector de automoción en India durante más de 12 años, decidió emprender en el mundo de la consultoría con Indversis, y lleva ya en contacto con este mercado más de 20 años, “las cosas han cambiado mucho, en la manera de hacer negocios allí. Cuando funde la consultora tardé más de seis meses y ahora podría hacerse en mes y medio. Uno de los grandes cambios fue la reforma fiscal que se hizo en 2017, aunque es cierto que en la gestión con la administración sigue habiendo un grave problema con la corrupción. Todo va despacio.”. “En 2021 hay un hito que sería muy importante y es que se retomara el acuerdo libre comercio UE -India, porque eso bajaría los aranceles que ahora mismo encarecen muchísimo algunos productos españoles que como el aceite de oliva está en todos los supermercados pero con unas tasas del 45% es difícil encontrarlo a menos de nueve euros, un artículo de lujo para los indios como las aceitunas o el vino”.