Nuria Díaz
Los principales bancos españoles cierran 2020, el año de la pandemia y el peor en décadas, con unas pérdidas globales de más de 5.500 millones de euros debidas, sobre todo, a las millonarias provisiones realizadas para hacer frente a las consecuencias económicas del Covid. Cerca de 8.000 millones de euros. El Banco Santander se apunta el peor dato, con las primeras perdidas anuales de su historia, 8.700 millones de euros. El mejor, Caixabank que con 1.381 millones de resultado es la entidad que protagoniza la menor caída del beneficio. Pese a los números rojos y las pérdidas, los analistas son optimistas. Creen que el segundo semestre fue mucho mejor que el primero, y que no hay problemas de solvencia. Los bancos también deben participar de este optimismo porque, mirando de reojo al BCE, anuncian dividendos.
‘Annus horribilis’. La gran banca española no cerraba un ejercicio tan malo desde que en 2012 perdieran 1.653 millones en total, tras la gran crisis hipotecaria. Pero los números son hoy aún peores. Las mayores entidades financieras españolas -Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter- se anotaron el año pasado unas pérdidas conjuntas de 5.553 millones de euros, frente a los más de 13.500 millones de euros de beneficios logrados un año antes. “No es comparable”, señala una fuente del sector. “El Covid lo cambia todo”. Las cuentas de todas las entidades se han visto afectadas, no solo, pero si muy especialmente por los cerca de 8.000 millones que han provisionado para hacer frente a futuros impagos por la pandemia.
“Ha sido uno de los años más difíciles de la historia del Santander”, admitía Botín. La banquera destacó que, pese a las enormes provisiones, el banco había logrado un beneficio ordinario relevante, 5.081 millones, y mantener la ratio de capital de máxima calidad en el 11,89%.
La peor parte se la lleva el Santander, el último en rendir cuentas y que ha presentado un dato sin precedentes. Por primera vez en su historia, la entidad que preside Ana Botín ha cerrado un ejercicio en números rojos, con unas pérdidas contables de 8.771 millones de euros, frente a los 6.515 millones que ganó en 2019, tras aumentar las dotaciones hasta los 12.173 millones, para hacer frente a la crisis del coronavirus unos 3.500 millones de esa cantidad, y además asumir un deterioro contable del valor de sus filiales en el Reino Unido, Estados Unidos y Polonia por valor de 12.600 millones que no afecta a la solvencia. “Ha sido uno de los años más difíciles de la historia del Santander”, admitía Botín. La banquera destacó que, pese a las enormes provisiones, el banco había logrado un beneficio ordinario relevante, 5.081 millones, y mantener la ratio de capital de máxima calidad en el 11,89%, entre los más bajos de Europa.
El capital del Santander subió el año pasado del 11,65% al 11,89%, dentro de su objetivo de que esté entre el 11% y el 12% pero todavía de los más bajos del sector. Botín ha argumentado que, aunque no prevé que sea necesario, el banco podría duplicar este año sus provisiones sin que ello afectase a su solvencia y ha defendido que ese colchón es el que explica que no eleve su objetivo de capital y haya retomado el pago de dividendos.
El habitual lugar del Santander como el banco de mayores ganancias ha sido ocupado rápidamente por Caixabank. La entidad que preside Jordi Gual ha ganado en el último ejercicio 1.381 millones de euros, un 19 % menos, tras provisionar 1.252 millones por la COVID-19, y ha logrado mantener los ingresos derivados del negocio bancario -margen de intereses, comisiones y seguros-, con 8.310 millones de euros (-0,1%), y ha reducido tres décimas la tasa de morosidad, hasta el 3,3%. ha logrado mantener el ritmo comercial con una «mejora generalizada» de las cuotas de mercado. Gracias a ello los ingresos core se han mantenido estables en 8.310 millones de euros. Consigue el volumen de negocio (créditos+recursos) más alto de su historia: 659.332 millones de euros, con un crecimiento del 7,8%.
Muy cerca de Caixabank se queda el BBVA con 1.305 millones, un 63% menos, debido a las provisiones para afrontar la crisis del coronavirus y al deterioro del valor de su filial en Estados Unidos, vendida en noviembre pasado, que ha supuesto un cargo de 2.084 millones. Las cuentas se benefician de la venta de los seguros a Allianz, que supuso unas plusvalías de 300 millones. Carlos Torres tenía presente el cuarto trimestre de 2020, cuando el beneficio del BBVA fue de 1.329 millones, lo que lo convierte en el mejor trimestre en dos años. Y, sobre todo, en lo que más insistió Torres en la presentación de resultados: los más de 8.000 millones de capital que ingresará en junio por la filial de EE UU. En el lado malo, la tasa de morosidad subió del 3,8% en 2019 al 4% el año pasado. El banco elevó la cobertura de los impagados del 77% al 81%. La rentabilidad sobre los recursos propios (ROE) —sin contabilizar las plusvalías por la venta de Allianz y por la filial de Chile ni las minusvalías del fondo de comercio de Estados Unidos—, ha caído del 9,9% en 2019 al 6,9% en 2020. En cuanto a la solvencia medida por la ratio de capital de máxima calidad, el CET 1 fully loaded, se situó en el 11,73%, lo que le sitúa en la parte baja del ranking europeo.
Bankia se despide
Por lo que respecta a los resultados de Bankia, la entidad cerró 2020, su último ejercicio en solitario antes de la fusión con CaixaBank, con un beneficio de 230 millones de euros, un 57,6% menos que en 2019, tras haber efectuado 505 millones en provisiones extraordinarias para hacer frente a la situación creada por la pandemia del Covid-19. pesar de la caída del beneficio neto, el resultado del negocio puramente bancario creció un 3,8%, hasta 1.336 millones, una cifra récord en los últimos tres años. El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró en la presentación de resultados que el banco mantiene su «músculo comercial», lo que le da fuerzas ante la fusión con CaixaBank, y destacó el «espectacular» cuarto trimestre del banco.
Por lo que respecta al Sabadell, logró en 2020 un beneficio de 2 millones de euros, un 99,7% menos que los 768 que logró en 2019, tras provisionar 2.275 millones por la pandemia, ajustar plantilla y vender las últimas carteras problemáticas procedentes de la CAM. Sin las pérdidas de TSB, su filial británica, el beneficio del banco hubiera sido de 222 millones de euros, un 71 % menos; el banco espera recuperar posiciones en 2021 gracias a un menor volumen de provisiones por la COVID y a una aportación positiva de su sucursal en el Reino Unido.
El habitual lugar del Santander como el banco de mayores ganancias ha sido ocupado rápidamente por Caixabank. La entidad ha ganado en el último ejercicio 1.381 millones, un 19% menos, tras provisionar 1.252 y ha logrado mantener los ingresos bancarios
Bankinter redujo su beneficio un 42 % hasta 317 millones, por las mayores provisiones para hacer frente a la pandemia, y se centrará este año en poder sacar a bolsa su aseguradora, Línea Directa, y volver a ganar más de 500 millones de euros en 3 años.
La consejera delegada de la entidad, María Dolores Dancausa, valoró estas cuentas, que incluyen una dotación de provisiones de 242,5 millones, y también destacó que Bankinter descarta fusiones con otras entidades.
Lo cierto es que, pese a los números, los analistas son optimistas. “en general los resultados han mostrado un segundo semestre mejor que el primero en cuanto a la evolución de los ingresos y las provisiones”, señala la analista financiera de Renta 4, Nuria Álvarez. “En positivo cabe destacar el crecimiento del crédito de manera generalizada, apoyado por los créditos ICO y el avance en muchos casos de las comisiones netas”. Por su parte, Maria Rodriguez, analista financiera en AFI, también señala que no hay problema de solvencia. “En términos de exceso de solvencia sobre el requerimiento del supervisor, la entidad mejor posicionada es Bankia, aunque ese exceso de solvencia será utilizado en la fusión que está en curso con Caixabank, para acometer los gastos extraordinarios por reestructuraciones y el deterioro de los préstamos dudosos que afloren de esta última crisis”, señala.
Y ahora… a por el dividendo
Pese a todo, los banqueros dan por concluido lo peor y ya han pedido al Banco Central Europeo (BCE) su autorización para poder retribuir a los accionistas con cargo a 2020. El BCE decidió en diciembre levantar el veto a los dividendos, pero solo en parte y con condiciones. Así, los bancos solo podrán repartir como dividendo un tope del 15% de los beneficios acumulados en 2019 y 2020 o que no sobrepasen 0,20 puntos del ratio de capital CET1. El único que ha optado por este modelo conservador y ha comunicado al BCE su decisión de no repartir dividendo a cuenta del ejercicio de 2020 hasta después de septiembre, ha sido el Sabadell. El Banco Santander ha anunciado un dividendo de 0,0275 euros brutos por acción con cargo a 2020 en metálico, que es la cantidad máxima permitida. El BBVA se ha comprometido a un dividendo ordinario de 0,059 euros brutos por acción con cargo a 2020, que rentan, actualmente, un 1,48%, ajustándose a los límites marcados por el BCE.
La nueva Caixabank, pendiente de cerrar su fusión antes del verano, ha anunciado un dividendo de 0,0268 euros brutos por acción, calculado sobre un beneficio proforma de CaixaBank y Bankia juntos de 2020 y ajustándose al 15% de payout máximo permitido.
Bankinter fue la primera entidad en desvelar el importe del dividendo que retribuirá con cargo al año pasado. Serán 0,05 euros brutos por acción, que rentan actualmente un 1,04.