Nuria Díaz
Relevo generacional en el Ibex-35. Marta Ortega, la hija pequeña del fundador de Inditex, Amancio Ortega, ocupará a partir del próximo mes de marzo la presidencia del grupo, que abandona el hombre que hizo posible el que todos los expertos califican como ‘el milagro de Inditex’. En las casi dos décadas en la compañía, la ha convertido en líder indiscutible del sector retail, ha multiplicado por siete el valor en Bolsa y por cinco las ventas y ha llevado la marca a 96 mercados, en una expansión internacional sin precedentes. Ahora, su sucesora, que no tendrá carácter ejecutivo y que se acompañará de Óscar García Maceiras como consejero delegado, y de un comité de dirección más ‘gallego’, tendrá que mantener el equilibrio entre familia y empresa, ahondar en la digitalización y en las políticas de sostenibilidad y ganar rentabilidad. El listón está muy alto.
Una carrera meteórica y que no empezó como suele ser habitual. A mediados de 2005 Pablo Isla fue nombrado consejero delegado de Inditex, tras ser escogido por una empresa de cazatalentos, cuando presidía la tabaquera Altadis. Enseguida, se vio que el dueño del grupo, Amancio Ortega, y el nuevo CEO, congeniaban. Seis años después el magnate gallego le entregó la presidencia de la compañía, confió en su estrategia y el tiempo le ha dado la razón. Los datos avalan a Isla, mejor que ninguna otra cosa: desde su llegada, Inditex ha multiplicado su valor hasta convertirse en la primera empresa de España por capitalización bursátil (era la séptima) y conseguir incluso el hito de los 100.000 millones de euros de valoración, aunque ahora cotice por debajo de esa cifra. En estos 17 años, Inditex no ha hecho sino crecer.
Cuando Isla llegó a Inditex las ventas eran de algo más de 5.500 millones. En 2019 llegaron a los 28.286. Después llegó la pandemia y las cosas se pusieron feas para todos, pero, aun así, salvó los muebles con unas ventas de 20.000 millones, gracias a las ventas ‘online’
Cuando Isla llegó en 2005, las ventas de la corporación eran de 5.569 millones de euros. Casi tres lustros después, en 2019, llegaron a los 28.286 millones. Cinco veces más. Después llegó la pandemia y las cosas se pusieron feas para todos, pero, aun así, el grupo salvó los muebles con unas ventas de algo más de 20.000 millones, gracias en gran medida al impulso que dio a las ventas online, que prácticamente se duplicaron de un año a otro hasta alcanzar los 6.612 millones. Y subiendo. La compañía ha ganado 1.272 millones de euros en la primera mitad de su actual ejercicio fiscal, que arrancó el pasado febrero, frente a las pérdidas de 195 millones en el mismo periodo del año pasado. Hoy Inditex es un gigante presente en 96 mercados, con 6.789 tiendas -frente a las 2.692 de 2005- y 174.000 empleados.
Con Isla al frente, la omnicanalidad ha sido la piedra angular del plan estratégico. Hay que recordar que desde el inicio de la pandemia el grupo textil empezó un plan para invertir unos 2.700 millones en digitalización. Desde hace unos años a la compañía ya no le importa el número de tiendas, sino la superficie comercial de la compañía. Su salida se prevé tan discreta como lo fue su entrada y su mandato. «Voy a estar centrado en hacer la transición, que representa la culminación de mi compromiso con Inditex y con Amancio Ortega”.
La sucesora se rodea de familia y directivos gallegos
Una transición que, señalan fuentes del sector, se veía venir. Sobre todo, desde que la hija pequeña del fundador de la firma llevara meses cobrando mayor protagonismo mediático. «Siempre estaré donde la empresa me necesite más», declaró en septiembre en una entrevista con el estadounidense ‘Wall Street Journal’. A sus 37 años, Marta Ortega será la presidenta más joven del Ibex 35 y la cuarta mujer en la cúpula directiva entre las grandes cotizadas.
Marta Ortega lleva 15 años vinculada a la empresa, aunque nunca ha ocupado ningún cargo en el consejo ni en ninguna dirección. Antes de su nombramiento, ocupaba un puesto sin nombre oficial desde el que se dedicaba a supervisar los diseños y la comercialización de la ropa de mujer, así como a gestionar la imagen de la marca. Ahora, los retos son muchos, pero sin duda el mayor, señala una fuente, “es mantener la empresa en ese nivel en un momento tan complicado”. Además, tendrá que hilar fino para mantener el equilibrio entre la familia y la empresa. Y es que además de ella, en la alta dirección de la compañía, y al frente de 2 grandes enseñas del grupo, están 2 tíos de la heredera y nueva presidenta: Óscar Pérez Marcote, al frente de Zara; y Jorge Pérez Marcote, responsable de Massimo Dutti. Y su marido Carlos Torretta, en 2019 asumió la gestión de la comunicación de Zara.com.
Marta Ortega tendrá que hilar fino para mantener el equilibrio entre la familia y la empresa. Y es que además de ella, en la alta dirección de la compañía, están dos de sus tíos: Óscar Pérez Marcote, al frente de Zara; y Jorge Pérez Marcote, responsable de Massimo Dutti
En hay analistas que señalan que estará rodeada de una empresa no solo más ‘familiar’ sino también más ‘gallega’. Junto a su nombramiento, la compañía ha aprobado la creación de un comité de dirección dentro su estructura organizativa. Este nuevo comité de dirección está formado por directivos gallegos de nacimiento o de adopción o sea directivos que llevan décadas afincados en A Coruña. En este nuevo órgano de dirección de la compañía están los máximos responsables en el funcionamiento de Zara, Pablo del Bado -el ejecutivo que fundó Pull & Bear dentro de Inditex- y los directores generales de Zara y Massimo Dutti, Óscar y Jorge Pérez Marcote, hermanos de Flora Pérez Marcote, la esposa de Amancio Ortega.
Y más en concreto, la nueva presidenta de Inditex tiene ante si el reto de la digitalización y la sostenibilidad, dos palancas activadas por Isla, pero con las que aún queda trabajo por hacer, igual que con la rentabilidad. Isla avanzó, por ejemplo, hace tan solo unos meses, su intención de adelantar 10 años su objetivo de ser una empresa libre de emisiones netas de carbono en 2040.
Un líder discreto con resultados nada discretos
Discreto, inteligente, visionario, dialogante, educado, buen comunicador y con un talento especial para influir sobre los equipos. Así nos definen a EL Nuevo Lunes a Pablo Isla, un ejecutivo de larga trayectoria que comenzó con su licenciatura en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, seguida en 1988, con sólo 24 años, de su ingreso en el Cuerpo de Abogados del Estado como número uno de su promoción. Entre 1989 y 1991 formó parte del servicio jurídico del Ministerio de Transporte y Comunicaciones y, más tarde, pasó a la dirección General del servicio jurídico del Estados y fue delegado español ante la Comisión de las Nacionales Unidas para la Unificación del Derecho Mercantil Internacional. En 1992, mediante una excedencia, dio el salto al sector privado y se incorporó a la asesoría jurídica de Banco Popular, donde permaneció hasta 1996. En aquel momento, fue nombrado director general de Patrimonio del Estado en el Ministerio de Economía y Finanzas, pero dos años después regresó a la entidad financiera (esta vez como secretario general), hasta que a mediados de 2000 fue nombrado presidente del consejo y copresidente de Altadis en sustitución de César Alierta, que había dado el salto a Telefónica. De ahí, el salto fue a Inditex. Donde no le ha ido nada mal, con importantes logros y premios, destacando el que recibió en 2017 cuando fue elegido el mejor consejero delegado del mundo por Harvard Business Review, y en 2020 Forbes le escogió como el mejor CEO de la década. Tras casi una década como presidente ejecutivo, Isla cuenta con un plan de jubilación de más de nueve millones y casi dos millones de acciones de la dueña de Zara, y ha estado siempre en lo más alto del ranking de retribuciones del selectivo. Percibió una remuneración total de 5,88 millones de euros durante el ejercicio 2020, una cantidad inferior en un 5% respecto a los 6,2 millones de 2019. Esos 5,88 suponen la retribución más baja de Isla en los últimos años. En el ejercicio 2015 llegó a superar los 12 millones de euros entre diferentes conceptos.
Ahora no ha querido decir que planes tiene para su futuro más allá de asegurar una transición tranquila en la empresa gallega, pero los expertos señalan que llamadas no le faltaran.