Nuria Díaz
La Autoridad Bancaria Europea, la EBA, por sus siglas en inglés, acaba de publicar su último informe trimestral en el que le da una de cal y una de arena a la banca española. Si bien señala que ha ganado más que antes del Covid y ha mejorado su rentabilidad gracias a los procesos de fusión y los recortes, también señala que en lo que respecta a la morosidad queda mucho por hacer. Algo superior a la media y con un nivel de solvencia inferior, los expertos creen que el pico se alcanzará a mediados de este año. En el segundo trimestre finalizan el grueso de los periodos de carencia de los créditos ICO, y será ahí cuando se vea quién es capaz de hacer frente al pago de la cuota, y qué bancos quedan más expuestos. Por el momento, todos aseguran que “lo tienen controlado”.
«La calidad de los activos ha mejorado, pero existe preocupación por los préstamos que se han beneficiado de moratorias y los esquemas de garantía pública, sobre todo debido a la incertidumbre general por Ómicron», advierte la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) en su último informe trimestral de riesgos. Los 131 bancos europeos analizados por el organismo que preside el español José Manuel Campa, y con datos a cierre de septiembre de 2021, tienen en balance 378.000 millones en créditos con avales estatales, de lo que el 20,1% estaba categorizado con ‘vigilancia especial’, una categoría que lo dice todo. El 6%, directamente como ‘moroso’. Aun así, la tasa de morosidad de los bancos europeos ha mejorado y se redujo del 2,3% de junio al 2,1% al cierre de septiembre.
La banca española es aún la tercera con mayor ratio de activos dudosos (4,5%), solo por detrás de la francesa y la italiana y por delante de la media europea, que es del 2,9%.
Desde la patronal bancaria, AEB, restan importancia a esa cifra: “el sector bancario avanza adecuadamente en sus niveles de capital, que se encuentran muy por encima de los requerimientos oficiales. Esto ha permitido a los bancos apoyar a familias y empresas en los momentos más difíciles de la pandemia, y estar ahora en disposición de seguir haciéndolo y de contribuir a la recuperación económica. Para cumplir con este cometido parten de unos niveles de eficiencia muy por encima de la media europea, con unos costes ajustados a los ingresos y unos precios de los servicios que garanticen las inversiones necesarias para mantenerlos y mejorarlos. Avanzar en la rentabilidad del negocio es una condición indispensable para reforzar su sostenibilidad en el futuro”.
La banca española es aún, según el último informe de la EBA, la tercera con mayor ratio de activos dudosos (4,5%), sólo por detrás de la francesa y la italiana y por delante de la media europea, que es del 2,9%
Con todo, el problema que ven los expertos es que auguran que empeorará en este año que acaba de comenzar. La analista financiera de AFI, Marta Alberni señala que “el volumen de operaciones clasificadas en Stage 2 se encuentra en niveles superiores a los del periodo prepandemia y se mantiene particular atención en la evolución de la calidad crediticia de las operaciones respaldadas por los programas de ayudas, de los cuales el sector bancario español ha hecho un uso más intenso que otros de los principales sectores bancarios europeos”, subraya. “En el caso de las moratorias, aunque gran parte de ellas se encuentran ya expiradas, presentan un deterioro significativo de la calidad crediticia con una tasa de mora en el caso de las moratorias aún activas del 6% y un porcentaje en Stage 2 del 33% para el conjunto europeo. En el caso de las operaciones avaladas, estas cifras se muestran más contenidas con una tasa de mora del 2,5% y una proporción de operaciones clasificadas en vigilancia especial que se ha incrementado progresivamente durante 2021 hasta situarse aproximadamente en el 20%. Este punto genera un especial foco de atención en la medida en que parte de estas operaciones mantienen aún activos los periodos de carencia con los que fueron concedidos y podrían generar un repunte de la morosidad a medida que dichos períodos vayan finalizando durante el primer semestre de 2022”. Se refiere la analista a los créditos ICO, que las entidades financieras han distribuido a través del mecanismo de financiación con aval del Estado. En total, unos 131.000 millones de euros a empresas con problemas de solvencia por la pandemia, de los que unos 74.000 millones han ido a pymes y autónomos, un segmento especialmente vulnerable. Se trata pues de un riesgo latente de la banca que podría dar algún susto en el segundo semestre del año.
Provisiones
“Se espera que en el segundo semestre comience a notarse el aumento del saldo de dudosos que podría alcanzar su pico en cuarto trimestre y el primero de 2023”, señala la analista financiera de Renta 4, Nuria Álvarez. “Esto no quiere decir que la dotación a provisiones vaya a ir en aumento en la misma proporción dado que las provisiones extraordinarias constituidas en 2020 deberían mitigar el impacto”, concluye. De hecho, ante esta previsión de la evolución de los impagos, los bancos se mantienen prudentes a la hora de liberar provisiones en España. De hecho, el Banco de España ya alertó a finales del año pasado, en la presentación del informe de Estabilidad Financiera, que hay entidades que tienen que realizar más provisiones ante el riesgo del deterioro crediticio, puesto que el 40% de los bancos no cubrirían todas sus pérdidas.
La ratio de mora del Santander en España a cierre del tercer trimestre de 2021 era de 5,99%. Y en el caso del BBVA, del 4%, y en el caso de Caixabank, los créditos dudosos a esa fecha ascienden a 13.955 millones de euros, incluyendo lo que ha aportado Bankia, y que ha registrado caída en el trimestre. La mora se ha mantenido durante todo el año en el 3,6%, aunque crece respecto al 2020 por la incorporación de Bankia.
El Banco de España ya alertó a finales del año pasado que hay entidades que tienen que realizar más provisiones ante el riesgo del deterioro crediticio, puesto que el 40% de los bancos no cubrirían todas sus pérdidas
Los expertos apuntan a que esa morosidad de la banca crecerá hasta el 6,5% en 2022 impulsada por el fin de las carencias de los ‘créditos ICO’.
Y no es que no hayan hecho un esfuerzo para reducir activos dudosos. Todas las entidades, muy especialmente Santander después de digerir Popular, seguida de Caixabank se han deshecho de carteras millonarias cuyos compradores han sido fondos como Cerberus o Blackstone.
En solvencia, los bancos españoles, como ocurre desde hace mucho tiempo, están en penúltimo lugar, solo por delante de Grecia, con un nivel de solvencia inferior al 13%, frente al 15,4% de media.
El beneficio y la rentabilidad, al alza
Pero no todo es desconfianza por parte del regulador europeo. También resalta las mejoras. Por ejemplo, que la banca europea ha recuperado su rentabilidad tras el bache del inicio de la pandemia el pasado año. De hecho, sus datos, en general, superan a los registrados justo antes de iniciarse la crisis sanitaria del Covid. En conjunto, los 131 mayores bancos de la Unión Europea se volvieron más rentables en el tercer trimestre de 2021, con el apoyo del Gobierno durante la pandemia ayudando a reducir el volumen de préstamos que se vuelven morosos, señaló ayer el organismo de control bancario de la UE, encabezado por José Manuel Campa.
Si se analiza la banca española, su rentabilidad era en el tercer trimestre de 2021 de las más elevadas de Europa. La rentabilidad de los bancos españoles tomados en la muestra fue del 12,1% entre julio y septiembre, cuando la media de los 29 países analizados se quedó en el 7,7%, de acuerdo con el análisis de la EBA.
Además, en el caso de España, los seis bancos cotizados españoles cerrarán las cuentas de 2021, que empezarán a presentar a finales de mes, con un beneficio agregado de 20.142 millones de euros. Se trata de un aumento del 45% respecto a los 13.874 millones reportados en 2019, el último ejercicio previo al Covid.