Nuria Díaz ■
La guerra de Ucrania ha dejado en evidencia la extrema dependencia que Europa tiene no sólo del gas ruso, sino también de las denominadas tierras raras, un conjunto de 17 minerales, claves para la transición energética y digital porque se usan en la fabricación de fibra óptica, móviles, baterías eléctricas o placas solares y que importamos en un 100%, mayoritariamente de China. Los expertos creen que España cuenta con depósitos en varias regiones españolas, pero se quejan de que no hay suficiente investigación y sí mucha contestación por parte de ecologistas y gobiernos locales que defienden que la explotación minera causa graves daños medioambientales. “En el medio plazo, señala una fuente, habrá que decidir si explotamos nuestros recursos mineros o seguimos dependiendo de las importaciones, con el coste económico y geopolítico que eso conlleva”.
Un reciente estudio de la Universidad de KU Leuven muestra que para cumplir el objetivo de neutralidad climática de la Unión Europea en 2050 se necesitará 35 veces más litio y entre 7 y 26 veces más metales de tierras raras en comparación con el uso actual. Según el documento, la transición energética también requerirá un 30% más de aluminio que el que se emplea hoy en el continente, así como un 35% más de cobre, un 45% más de silicio, un 100% más de níquel y un 330% más de cobalto. Todos estos metales se consideran esenciales para producir vehículos eléctricos y baterías, tecnologías de energía renovable eólica, solar y de hidrógeno, así como la infraestructura de fibra óptica. Y, sin embargo, ni en España, ni en ningún lugar de Europa, hay ahora mismo ningún yacimiento en explotación. Importamos el 100% de estos valiosos minerales y lo hacemos prácticamente en más de un 60% de China.
Y haberlos, todo parece indicar, que los hay. Ricardo Prego, Profesor de Investigación del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC), nos explica que la UE promovió y financió parcialmente el proyecto EURARE, European Rare Earth Element, para abordar la carestía de tierras raras en la industria. En el mapa elaborado por EURARE en 2017 se señalan 76 yacimientos y depósitos de tierras raras en Europa. El mapa recoge en España un depósito en el Campo de Montiel (Ciudad Real) y dos ocurrencias (concentración anómala de un mineral): una en la sierra del Galiñeiro (Pontevedra), y otra en la Rambla de las Granatillas (Almería). No obstante, existen dos más que se localizan en Fuerteventura (Islas Canarias) y en la zona denominada Domo del Tormes (frontera de Salamanca con Zamora). Además de esos lugares, la reciente atención hacia la minería submarina ha llevado al Instituto Geológico Minero de España (CSIC) a marcar otras tres zonas geográficas más de gran interés en la Zona Económica Exclusiva española: el Golfo de Cádiz, el Banco de Galicia y los montes submarinos de las Islas Canarias.
Ni en España, ni en Europa hay ningún yacimiento en explotación. Importamos el 100% de estos valiosos minerales, mayoritariamente de China
¿Por qué entonces no los extraemos? Marc Campeny, investigador del Museo de Ciencias Nacionales de Barcelona, tiene una explicación. “Desde luego falta voluntad política, pero sobre todo es que nos hemos establecido en lo que se denomina en el argot minero como posición “NIMBY”, acrónimo inglés que significa “Not In My Back Yard” (no en mi patio trasero). Es decir, queremos los minerales, pero no queremos la minería”. “Seguimos imaginando la actividad minera, de exploración, como si fuera la del Siglo XIX, o principios del XX; cuando la realidad es que la ley española es muy restrictiva con el tema medioambiental, está muy controlado, no puedes abrir una mina de cualquier manera”.
Ricardo Prego añade a este respecto que, tanto a nivel internacional, como nacional, el reto es encontrar las formas de explotar los recursos de las tierras raras de una manera viable económica y medioambientalmente. “Existen experiencias en la UE, USA, Canadá y Australia, explica, con tecnologías afines a sus legislaciones para proteger el medio ambiente de la minería, sus emisiones y desechos. El medioambiente no es óbice para asegurar el suministro de tierras raras”. Cita Prego a la experta Kathryn Goodenough cuando asevera que “la mayor barrera para asegurar el suministro de tierras raras a Europa es la dificultad de las empresas para hacer rentables las explotaciones. Existe una gran dependencia con los precios, que están marcados por los vaivenes de los inversores en Bolsa y el equilibrio de oferta y demanda”. Y advierte: “no se puede olvidar el componente geoestratégico. La posición de China es casi de monopolio, de ahí la crisis internacional de 2009-2013 en los precios de los elementos de las tierras raras. Junto a esos aspectos globales en España existe además una oposición a toda explotación minera por parte diversos grupos ecologistas y partidos políticos. No conviene olvidar tampoco que España no tiene industria intermedia para procesar y aprovechar los metales extraídos de las tierras raras. Convendría, al menos promocionar la investigación científica y técnica de nuevas propiedades para esos elementos claves en nuestra sociedad de alta tecnología, promover su fructífero registro patentes y la explotación de las aplicaciones”
Matamulas, Ciudad Real: monacita para varios lustros
El único proyecto que había en España y que estaba llamado a ser el único de Europa está paralizado porque su informe medioambiental no consiguió el visto bueno de la Junta de Castilla-La Mancha, por afectar al hábitat del águila imperial, del lince y el sisón. Se trata del yacimiento de tierras raras de Matamulas, entre los municipios de Torrenueva y Torre de Juan Abad (Ciudad Real). Allí, la empresa australiana Quantum pretendía extraer la monacita gris, un fosfato de tierras raras magnéticas imprescindible para fabricar los imanes permanentes que se utilizan en vehículos eléctricos, robots y generadores eólicos. La empresa ha explicado que durante los 10 años previstos para la explotación se extraerían 30.000 toneladas métricas que asegurarían el 60% de las necesidades europeas para ese periodo. Unas previsiones con las que está de acuerdo Vicente Gutiérrez, presidente de la Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y Metalurgia (Confedem), que señala que el yacimiento de Matalasmulas, está en la categoría de reservas (un paso más a la categoría de recurso, porque ya se ha valorado mediante un sondeo de exploración), estimadas en cantidad suficiente como para abastecer a España y Europa durante, al menos, 15 años.
También sitúa el presidente de la patronal minera en la categoría de reservas el proyecto de Valdeflores, en Cáceres, para extraer litio, uno de los minerales considerados «críticos» por su alta demanda y su limitada oferta. Su precio se ha disparado en las últimas semanas tras la invasión en Ucrania que, precisamente, alberga un enorme yacimiento pendiente de explotar.
Cáceres, el mayor yacimiento de litio de Europa
El valle de Valdeflores, posee el que se cree que es el mayor yacimiento de litio de Europa. La multinacional australiana Infinity Lithium lleva más de cinco años gestionando los permisos para una mina cuya construcción está actualmente detenida, aunque hace pocos meses hizo la última modificación del proyecto, que pasó a convertirse en totalmente subterráneo con la promesa de que no se modificaría el paisaje.
Gutiérrez señala además que hay más proyectos sobre litio, aún sin determinar reservas. Y añade “La fluorita tiene ya minería activa y reservas bien calculadas desde hace años, es un material crítico bastante abundante en España. Lo mismo le pasa al Estroncio, somos los primeros productores de Europa. En otros casos, Bismuto, Cobalto, Vanadio, siguen en recurso y se están planteando proyectos de exploración. Proyectos presentados hay 28 en fase avanzada (reservas) y unos 90 en fase previa (recursos todavía), de diferentes materias. Hay varios de Wolframio (también llamado Tungsteno), de Tántalo, de Fluorita y, por supuesto, de Cobre, Plata, Zinc, en la faja pirítica andaluza”.
Las CC AA tienen la última palabra
Respecto a porque algunos proyectos tiran para adelante y otros no, el presidente de Confedem lo tiene claro: “esto depende de las CCAA”. Así, explica que “en Andalucía se está trabajando muy bien, los plazos son aún largos, más de 3 años en el mejor de los casos, pero se puede decir que «están por la labor». Tiene minas activas, proyectos avanzados y en fase previa. Tienen en preparación una estrategia de materias primas. Le siguen Castilla-León, que ya modificó sus leyes interiores para permitir el uso de del suelo como extractivo y tiene, cómo Andalucía, los tres tipos de actividad, minería, avanzados y previos. Asturias es también ha preparado una estrategia de materias primas y es proactiva, con los tres tipos de actividad. Los plazos en estas dos últimas están en el entorno de los 5 años. Otras comunidades como Galicia, lo están analizando, van algo detrás de las más activas. Murcia y Madrid trabajan bien pero aquí hay muy pocos proyectos metálicos por no ser zonas «agraciadas». Lo mismo Castilla-La Mancha, dónde la administración ha frenado el proyecto de Tierras Raras Matamulas con argumentos que están en los tribunales de Casación todavía”.
El único proyecto de tierras raras que había en España, el de Matamulas en Ciudad Real, está paralizado por la Junta de Castilla-La Mancha
Otra empresa con conflictos con la administración, la central en este caso, es Berkeley Energía, a la que el Gobierno denegó la autorización para una planta de concentrado de uranio en Retortillo (Salamanca) y ahora acaba de anunciar que ha iniciado un nuevo programa de exploración, centrado en baterías y minerales críticos en España, con objetivo en litio, cobalto, estaño, tungsteno y tierras raras para “identificar oportunidades”.
A los contratiempos en las CCAA, se une que las posibilidades están delimitadas por la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, impulsada por la ministra Teresa Ribera, que prohíbe nuevos permisos de extracción y que es muy reticente con la minería, de la que en un reciente acto en Extremadura decía que “es algo que en Europa está olvidado desde hace mucho tiempo». Aunque ha reconocido la «necesidad» de determinados materiales, como el litio abogando por que esa extracción se haga «con todas las garantías» medioambientales.
Proyecto MAGEC-REEsearch: indicios potentes
en Canarias
No es que no haya proyectos de exploración en Europa, es que tampoco hay muchos de investigación sobre el potencial existente. Por eso llama especialmente la atención el proyecto MAGEC-REEsearch (Materiales para Avanzada Generación de Energía y exploración de tierras raras), en Canarias. Una investigación financiada por el Gobierno de Canarias, que ha mostrado en varias ocasiones su apoyo e interés a la iniciativa, recibiendo a sus impulsores y calificándola su presidente, Ángel Víctor Torres de “revolucionaria y con una capacidad tremenda de transformación”. Financiado también por el Ministerio de Economía a través de su Programa de Retos I+D, el proyecto es multidisciplinar e interuniversitario entre la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de La Laguna, con la colaboración además del Instituto Español de Oceanografía y el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona. Y también ambicioso. Desde 2012 estudia donde se encuentran concentraciones de estas tierras raras en este territorio insular, pero también cómo la síntesis de materiales luminiscentes que contienen elementos de las “Tierras Raras” puede aplicarse en la mejora de la eficiencia de las energías renovables, desde las células solares fotovoltaicas hasta la generación de hidrógeno a través de procesos de fotocatálisis del agua en el actual campo conocido como “fotosíntesis artificial”.
“Para ello también se exploran las salinas tradicionales de Canarias como “laboratorio natural”, a modo de fotorreactores solares de agua de mar para la generación sostenible de “hidrógeno verde”, señala Jorge Méndez, físico e investigador principal del proyecto, que afirma que “hay indicios potentes de tierras raras en Canarias, tenemos que investigar más, porque aunque esta fase no implica el desarrollo de un proyecto minero, ningún proyecto minero puede iniciarse sin llevar a cabo esta fase”. La investigación, señala Méndez, abarca la exploración geológica en rocas volcánicas y sedimentarias, tanto terrestres (en especial la superficie de Fuerteventura) como en una veintena de montes submarinos de Canarias junto a las costas de Lanzarote y Fuerteventura.