Nuria Díaz
“Aún hay margen para más fusiones bancarias”. Con estas palabras el gobernador del Banco de España ha alentado a las entidades a seguir buscando la rentabilidad perdida. Y los bancos han escuchado. Con la fusión de Caixabank y Bankia en marcha y posiblemente lista para el primer trimestre del año que viene, ahora anuncian noviazgo Unicaja y Liberbank, cuya unión daría lugar al quinto banco nacional con más de 100.000 millones de activos. Pero no son los únicos. En la últimas semanas, Sabadell, Kutxabank y BBVA, todos ellos reconocidamente abiertos a fusiones, también habrían tenido acercamientos. En unos meses, podría cambiar, y mucho, el tablero de la banca nacional.
La pasada semana el gobernador del Banco De España, Pablo Hernández de Cos, comparecía en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Congreso para explicar el Informe Anual del Banco de España, y pese a la importancia de los datos macro que encerraba su exposición, la situación financiera se llevó el protagonismo. Tres mensajes principales. El primero: hay que evitar a toda costa una nueva crisis financiera porque en caso contrario la recuperación sería mucho más «dramática y persistente». El segundo: el deterioro financiero de empresas y hogares impactará plenamente en las entidades bancarias en los próximos trimestres, por lo que el pago de dividendos y la política de remuneraciones deberá seguir siendo «muy prudente». Mejor inexistente. Y, por último, Hernández de Cos ha señalado que “aún hay margen para más fusiones bancarias”. No es la primera vez que lo dice, pero ahora, con la operación en marcha de Caixabank y Bankia, sus palabras parecen más premonitorias como señala un analista del sector. Que la banca debe fortalecerse y ser más rentable es el nuevo mantra que alienta la concentración. Pero de las palabras de Cos se traduce también que no vale todo. O mejor dicho, que no valen todas. “Habrá que analizar operación a operación”, ha señalado. “Si no hay sinergias, si no mejora la rentabilidad, si solo es obsesión por ser más grandes, no tiene sentido”.
Los primeros que se han lanzado a tratar de ver si lo suyo tiene el sentido que cos reclama, descontando ya la operación de Caixabank y Bankia, son Unicaja y Liberbank. Dos viejos conocidos. Se podría decir que se han dado una segunda oportunidad porque ya intentaron una operación en 2019 que no llego a buen puerto porque no se pusieron de acuerdo en la ecuación de canje. “Siempre es la ecuación de canje” señala una fuente del sector. Pero también el reparto del poder. En esta ocasión, la Fundación Unicaja espera poder subir temporalmente su participación en el banco, que ahora supera el 49%, para evitar que tras concretar una ecuación de canje con Liberbank su peso se situara por debajo del 30%.
“Habrá que analizar operación a operación”, ha señalado. “Si no hay sinergias, si no mejora la rentabilidad, si sólo es obsesión por ser más grandes, no tiene sentido”, señala Hernández de Cos
Ahora, y con gran parte del trabajo hecho porque han vuelto a contratar a los mismos asesores que hace un año, tienen más alicientes para superar los escollos que puedan surgir en la fase de ‘due dilligence’ en la que ya reconocen estar: que el baile de fusiones ha comenzado y que la crisis económica provocada por el coronavirus les acecha. Unicaja contará con los servicios de asesoramiento de Uría Menéndez, PwC y Mediobanca. Por su parte Liberbank estará asesorada por Ramón y Cajal, Deloitte y Deutsche Bank.
La combinación de los negocios de Liberbank y Unicaja daría como resultado la creación de la quinta entidad por volumen de activos en España, con más de 108.826 millones de euros por detrás del nuevo grupo CaixaBank-Bankia, Santander, BBVA y Sabadell, pero por delante de Bankinter, Abanca, KutxaBank e Ibercaja. Sumaría una red de 1.608 oficinas en España y una plantilla integrada por 9.972 trabajadores. Sin embargo, a nivel de cuota de mercado, ambas entidades tan solo alcanzarían el 5% del volumen de depósitos y el 4% en préstamos, lo que hace apuntar a algunos analistas, que la suya podría ser una fusión abierta a otras entidades. Por el momento, apuntan, también que generaría unos ahorros de costes de en torno a 100 millones de euros anuales, y que tendrían que asumir una reestructuración de, al menos, el 10% de la red. Por regiones se complementan bien: Unicaja domina en Andalucía y Castilla y León; Liberbank lo hace en Asturias, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Sin embargo –y seguro que aquí, aunque no lo ha dicho, aparecería el ‘pero’ del gobernador del Banco de España–, esto también genera menos solapamientos y por tanto, menos reestructuración para ahorrar costes. En su comparecencia en el Congreso, Hernández de Cos, alertaba del peligro de mantener “entidades sobredimensionadas”, es decir aquellas que no son capaces de ahorrar costes para ser más rentables.
¿Torres y Oliu juntos serían rentables?
¿Serán capaces de hacerlo las otras dos entidades cuyos nombres suenan insistentemente en el mercado de las fusiones?. Pues relativamente. Según un reciente informe de Credit Suisse, que reconoce que BBVA y Sabadell están abocadas a entenderse, la operación tiene más sentido para ganar tamaño, pero no para sacar grandes sinergias de la operación, como las que sí generarán Caixabank y Bankia. «El cálculo de una hipotética fusión muestra una capacidad relativamente limitada para absorber los costes de integración y de morosidad, manteniendo un CET1 por encima del 11%», según esgrime el equipo de análisis. En la misma línea están los expertos de Morgan Stanley, que catalogan la posible fusión de «positiva para el sector». Sin embargo, estiman unos costes totales para llevarla a cabo de alrededor de 4.000 millones de euros, lo que obligaría a la entidad presidida por Carlos Torres a llevar a cabo una ampliación de capital. Con todo, la hipotética fusión de BBVA con Sabadell parece irresistible ya que situaría su balance, en torno a 605.000 millones de activos, ligeramente por encima del del Santander.
También hay analistas más proclives a ver las bondades de esta fusión y nos recuerdan que las sinergias territoriales son significativas: en julio de 2014, BBVA compró por 1.100 millones Catalunya Banc; en 2016 se fusionaron, lo que le sirvió para aumentar considerablemente su cuota en Cataluña, hasta prácticamente el 25% y 2,6 millones de clientes.
La unión de Liberbank y Unicaja daría como resultado la creación de la quinta entidad por volumen de activos en España, con más de 108.826 millones, por detrás de CaixaBank-Bankia, Santander, BBVA y Sabadell, pero por delante de Bankinter, Abanca, KutxaBank e Ibercaja
También sumarían una cuota de mercado en depósitos de clientes del 24%, por encima de la del Santander y un volumen de créditos de 288.000 millones, el 35% del negocio, también por encima de la entidad que preside Ana Botín. Además, señala otro analista, “el BBVA se ha centrado más en el crédito a la gran empresa, mientras que el Sabadell lo ha hecho con las pymes”, lo que también les hace compatibles.
Sin embargo, el gobernador dejó caer también que si de verdad los bancos querían ganar tamaño las fusiones debían ser transfronterizas, una opción que los analistas no contemplan. El mismo informe de Credit Suisse al que antes aludíamos también contempla el sobrecoste en capital regulatorio que tendría una fusión ‘transfronteriza’, complicada en el momento actual debido a las bajas valoraciones que dificultan la posibilidad de hacer frente a una gran ampliación de capital. Por ejemplo, la fusión entre Santander y Deutsche Bank requeriría un aumento del 1% de capital regulatorio mientras que la de BBVA con entidades francesas como BNP o Société Générale obligaría a incrementar un 0,5% del capital. Además, apenas habría duplicidades, y por ende, no habría ahorro de costes. Por eso, aunque tanto el BCE, como la EBA, repitan que hay en Europa más bancos de los necesarios, no parece que, por el momento, vayan por ahí los tiros.
Los ‘descolgados’ también se mueven
Según todos los analistas, antes o después, Abanca, Bankinter o Kutxabank, también se verán inmersas en procesos de fusión. Algunas como Bankinter, han reiterado una y otra vez su vocación de independencia, para lo que cuenta con el respaldo de un balance saneado. Bankinter mantiene sus planes de sacar a Bolsa su filial aseguradora Línea Directa antes de marzo de 2021, si las circunstancias económicas y de mercado lo permiten. El caso de Abanca es diferente. La caja que preside el venezolano Juan Carlos Escotet siempre se ha mostrado abierta a uniones, incluso en posición compradora. Lo intentó con Liberbank el año pasado pero tampoco salió bien. Y por su parte Kutxabank, también se ha convertido como Liberbank en un objeto de deseo. La pasada semana, en el mercado se especulaba con que el Banco Sabadell habría contactado con BBVA y Kutxabank de cara a una posible fusión, si bien desde el banco presidido por Gregorio Villalabeitia se ha asegurado que no está negociando, en este momento, ninguna operación corporativa, aunque no es algo que descarten si se presenta una opción interesante.