Nuria Díaz
BlackRock es el principal inversor del Ibex-35 en general, y de la banca española en particular. Controla alrededor de un 20% en total de los accionariados de los principales bancos, con una inversión de unos 6.000 millones de euros y subiendo. En estos momentos es el primer accionista del BBVA (5,91%), del Santander (5,42%) y del Sabadell (3,37%), aunque está también presente en Bankinter (5%), CaixaBank (2,99%) y Bankia (3%). Los analistas señalan que no busca sólo rentabilidad, porque si no, hace tiempo que la falta de ésta, lo habría hecho poner pies en polvorosa. El superfondo de inversión de Larry Fink parece más bien querer participar en la orientación empresarial y social de sus participadas. Sin consejeros y sin ruido, lo que no significa sin influencia, señalan los expertos. Ahora, el interés está en el baile de fusiones.
No es el único súper fondo que está presente prácticamente en todas y cada una de las empresas del Ibex, los bancos especialmente, pero si es el que más dinero tiene invertido. Le siguen los Vanguard (que tienen un nada despreciable 15% de la banca española) o los Norges Bank, pero a cierta distancia. Pero es que BlacRock tiene cerca de un 20% y eso es mucho dinero invertido. Aunque fluctúa casi a diario según coticen las acciones, aproximadamente ese 20% vale según los analistas unos 6.000 millones de euros. No es de extrañar que les ocupe y preocupe lo que esté por venir tras el baile de fusiones.
El BBVA es el banco en el que más participación tiene el fondo estadounidense y donde más estable se ha mantenido. Un 5,9% desde principios de 2019. En el caso del Sabadell, hace solo unos días, subía su participación del 3,317% al 3,381%, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De haber llegado a buen puerto el intento de fusión de estas entidades, que al cierre de esta edición se frustraba al considerar el banco que preside Josep Oliu insuficiente el precio ofertado y decidir que prefiere seguir en solitario por el momento, BlackRock se hubiera convertido también en el primer accionista de la entidad fusionada.
El BBVA es el banco en el que más participación tiene el fondo estadounidense y donde más estable se ha mantenido. Un 5,9% desde principios de 2019
No ha sido su última compra reciente. Prácticamente al tiempo que compraba ‘sabadelles’, subía también su posición en Bankinter desde el 4,815% anterior al 5,028% actual, convirtiéndose en el tercer accionista del banco que dirige María Dolores Dancausa.
Con lupa también han mirado los analistas la participación del gigante en la otra operación en ciernes de la de fusión de CaixaBank y Bankia. En la primera BlackRock controla actualmente cerca de un 3% del banco, lo que le convierte en su segundo accionista solo por detrás de la Fundación La Caixa (40%). En el caso de Bankia, el fondo estadounidense afloró una participación por primera vez el pasado mes de mayo, y ahora tiene una participación similar a la de Caixabank, y solo por detrás del FROB, por lo que ese 3% será también su participación en la entidad resultante si no realiza movimientos significativos.
También es el primer accionista del Banco Santander, con un 5,42%, en una relación que se remonta a 2010.
“El gigante silencioso”
A pesar del duro castigo en bolsa sufrido desde el inicio de la pandemia, de la falta de rentabilidad, y de la ausencia de dividendo, estos fondos, Blackrock sobre todo, se han mantenido ‘fieles’ al Ibex y a la banca.
En la entidad que preside Ana Botín es el primer accionista, con una participación del 5,426% del capital desde el 24 de octubre de 2019, según los registros del regulador. También es primer accionista en BBVA, con una participación en este caso del 5,917%, invariable desde abril de 2019. ¿Por qué? . Seguramente hay varias razones. Una, como señala Fernando Rojas, analista de banca de AFI, es que “los grandes fondos de inversión son los máximos accionistas de los bancos en todo el mundo, no solo de los bancos españoles. La orientación de estos fondos es a largo plazo, es decir, inversiones estables sobre estos bancos. Por otro lado, la intención es también participar en la orientación empresarial y social de dichas entidades, así como sus aportaciones a la sociedad (ESG, tecnología, fomento de la educación financiera…)”. Por eso, todo parece indicar que permanecerán tras las fusiones “si la orientación es esa, apunta Rojas, y si se forman bancos más estables, resilientes, solventes y rentables, pues tiene sentido que permanezcan en los bancos, sobre todo en la banca española que hay que aplaudir la proactividad que han tenido en esta ronda de integraciones, adelantándose a otros sistemas como el alemán o el francés”.
Tanto en el BBVA como en el Sabadell, el fondo que dirige el carismático Larry Fink, es el primer accionista de ambas, y lo hubiera sería también de la nueva entidad fusionada, operación ahora en suspenso
La segunda razón, señalan fuentes del sector, es que su interés no es solo pecuniario, que también, sino de influencia. Hace solo unos días, el chairman y CEO de BlackRock, Larry Fink, participaba junto a Ana Botín, telemáticamente, pero compartiendo charla y pantalla, en la Conferencia Internacional de Banca 2020 organizada por el Santander. Habló de jubilaciones, de teletrabajo, de países buenos para invertir, y hasta de transición ecológica. Lenta, si tiene que elegir. “Si decimos mañana a las empresas que deben ser 100% verdes tendríamos una depresión”, señalaba. Y recordó que los fondos están obligados por ley en EE. UU. a mirar las ganancias como único criterio. “Yo intento usar datos analíticos sobre cómo el cambio climático puede suponer un riesgo para una inversión, pero no quiero acabar en la cárcel por no haber maximizado el retorno”. “BlackRock- explica a EL Nuevo Lunes un experto- influye allí donde está”, y nos pone como ejemplo que el Banco de España le pidió asesoramiento en el diseño de la Sareb. En España, sus inversiones no llevan aparejadas, hasta ahora, presencia alguna en los consejos de administración de los bancos. La influencia es más sutil. No en vano The New York Times lo llama “el gigante silencioso”.
Larry Fink, el hombre más poderoso imparte doctrina
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha elegido a la antigua responsable de la Reserva Federal (Fed) Janet Yellen como secretaria del Tesoro. Pero durante varias semanas, el nombre que sonó para ocupar este cargo fue el de Larry Fink que, de hecho, se manejó ya por Hillary Clinton cuando se postuló para presidenta y fue derrotada por Donald Trump. Este es el nivel. Los analistas del sector no acababan de creerse su candidatura porque la influencia del todopoderoso CEO de BlackRock es mayor cuanto más silenciosa, lo que no casa con una responsabilidad política de ese calibre. Silenciosa pero firme. Desde 2015, Fink publica en la página web de BlackRock, cartas públicas dirigidas a los inversores y a los CEO del mundo. En la edición de 2018, titulada’ A Sense of Purpose’, destacó la necesidad de que las empresas tuvieran un propósito corporativo, así como estrategias a largo plazo. Esta idea la retomó en 2019, en su carta’ Purpose & Profit’, donde señaló la relación estrecha entre el propósito y el beneficio empresarial. En enero de 2020, Fink publicó su carta ‘A Fundamental Reshaping of Finance’, donde hizo hincapié en cómo el cambio climático redefinirá el capitalismo tal y como lo conocemos hoy en día.