TCI ‘maneja’ las infraestructuras españolas
El fondo británico es el segundo accionista de AENA, acreedor de las autopistas quebradas y ahora actor principal en la guerra de opas por Abertis

El fondo británico The Children’s Investment Fund (TCI) se ha convertido en un actor principal en el proceloso mundo de las infraestructuras españolas. Fundado y dirigido por el carismático Chris Hohn, su vocación no es sólo invertir, sino también influir, lo que le ha valido no pocos desencuentros con el Gobierno de Mariano Rajoy. TCI tiene un 11% de AENA, algo menos de un 2% de REE, y desde hace sólo unos días, algo más de ese mismo porcentaje en Abertis, comprado en plena guerra de opas y con la intención, señalan todas las fuentes del sector, de intervenir en la principal batalla empresarial del momento. Además, es acreedor de Abengoa y de las quebradas autopistas de peaje, cuyo futuro aún está en el aire.
■ Nuria Díaz
El pasado 21 de septiembre The Children’s Investment Fund (TCI) desembarcaba en el capital de Abertis, al tomar un 1,098% de su capital social, justo en el momento en el que el mercado aguardaba la autorización de la OPA lanzada al grupo de concesiones por la italiana Atlantia y antes también de que ACS decidiera finalmente lanzar una oferta competidora. En ese momento y dado que era uno de los fondos que Florentino Pérez había contactado en su búsqueda de apoyos financieros para lanzar su esperada contraopa, los analistas entendieron que podría ser una señal de que finalmente TCI apoyaría la opción ACS frente al intento de compra de los italianos. Pero no fue así. Apenas quince días después de su desembarco en Abertis, el fondo británico elevaba su participación hasta el 2,67% y además manifestaba públicamente su apoyo a Atlantia. “Creemos que la unión de Abertis y Atlantia daría como resultado un operador global de infraestructuras, diversificado y con crecimiento significativo flujo de caja”, ha indicado el fondo en un comunicado.
De esta operación pueden extraerse dos conclusiones. La primera es que TCI quiere Abertis a toda costa. No es la primera vez que lo intenta. Antes del verano su fundador Chris Hohn, a través de AENA, otra de sus participadas y en cuyo consejo se sienta, movió los hilos para, junto con el ex presidente José Manuel Vargas, con el que compartía su visión estratégica para el futuro del gestor aeroportuario, tratar de que AENA lanzara una oferta. Una intención que el Gobierno frenó en seco a través de Enaire, firma a través de la que el Estado controla el 51% de la operadora de aeródromos y lo que, entre otras cosas, provocó la salida de Vargas.
La segunda conclusión a ojos de los analistas del sector es que, alineándose con la italiana Atlantia en la ‘operación Abertis’ en vez con la opción española de Florentino Pérez, TCI vuelve a protagonizar un desencuentro con el Gobierno español que ha mostrado abiertamente sus reticencias a la opción italiana y desde un principio ha tratado de animar alguna alternativa con capital español.
En AENA, con su 11% del capital, lo que le convierte en segundo accionista tras el Estado, las discrepancias con el Gobierno fueron muchas. No solo por el intento abortado de compra de Abertis. Las discrepancias entre TCI y el Gobierno se originaron bastante antes por la condición de pública de Aena, lo que, en opción del fondo y también de su presidente, impedían la compañía tomar decisiones con agilidad. Tras la marcha de Vargas, el fondo británico abogó por un nuevo presidente de perfil más empresarial que político, asique la llegada del ex secretario de Estado Comercio, Jaime Garcia-Legaz, no ha sido de su agrado. García-Legaz que ha reconocido que existe un debate con el resto de los accionistas, con TCI a la cabeza, sobre la conveniencia de una mayor privatización, ya ha lanzado un aviso a navegantes: el Estado seguirá controlando el 51% del capital de AENA.
Si bien sus deseos de influir políticamente no han dado sus frutos, no puede decirse lo mismo del rendimiento económico de sus inversiones. TCI pagó 671 millones de euros por el 7,71% que posee de manera directa en el gestor de aeropuertos, que en la actualidad está valorado en 1.777 millones de euros. Una ganancia de más de 1.000 millones. A esto hay que añadir –señalan los analistas- los dividendos distribuidos por la empresa en este periodo: 2,71 euros brutos con cargo a los resultados de 2015.Posteriormente, TCI declaró el 3,607% del capital de Aena a través de instrumentos financieros derivados denominados CFDs. En total, declara a la CNMV el control sobre el 11,321%.
Prestamista y acreedor
Sus inversiones en AENA y Abertis son las más relevantes pero no las únicas. De manera mas discreta se ha movido, por ejemplo, en REE el fondo con domicilio social en las islas Caimán cuenta en la actualidad con 10,76 millones de acciones de REE, valoradas en 202,6 millones de euros, lo que ha reducido su participación por debajo del 2%, aunque llegó a tener casi un 3%. La firma articula su participación en torno a contratos de derivados con vencimientos en 2019. Tras deshacer parte de sus posiciones, la firma de inversión se mantiene como el tercer principal accionista de REE, por detrás de la SEPI, que tiene un 20%, y de Capital Research, que declara un 2,99%.
Además, el año pasado, varios fondos de inversión, entre los que figura The Children Investment (TCI) y Taconic Capital, compraron a los principales bancos acreedores cerca de 700 millones de deuda de las autopistas quebradas, con descuentos de hasta el 90%. Actualmente, la deuda bancaria de las ocho autopistas de peaje en quiebra asciende a unos 3.700 millones de euros. Los bancos más expuestos, los nacionales, se han deshecho de una parte de la masa .
También son acreedores de Abengoa, En 2015, The Children's Investment (TCI), a través de Talos Capital, ha llegado a un acuerdo con el grupo Abengoa para prestarle 130 millones de dólares (unos 120 millones de euros al cambio actual) usando como garantía acciones de la filial Abengoa Yieldco.
Hohn, el inversor atípico
■ Chris Hohn dirige un
fondo, Children`s
Investment Fund,con
nombre angelicalpero
maneras para muchos, “temibles”. Y es que Hohn
no es ni un millonariao ni
un inversor al uso. Creó la
compañía en 2003 y
desde entonces ha
logrado incrementar y
mucho la fortuna con la
que ya contaba antes por
su trabajo como estratega
de Apax Partners y
Perry Capital.
El empresario ha
descrito su fondo como "la antítesis" de un hedge
fund. "Somos lo opuesto.
Ellos invierten a corto,
nosotros a largo. Ellos
cargan altas comisiones y
nosotros bajas. Nosotros
corremos riesgos". La
rentabilidad del fondo el
año pasado fue del 14%.
Pero ese apoyo no es
gratis.
Influir a cambio
de financiar
Frente a otros fondos de
inversión que solo buscan
entrar, salir y ganar, TCI ha
dejado claro que busca
influir. Por eso, en muchas
de las empresas donde
invierte, exige cambios de
gestión o plantea
operaciones corporativas.
En España, se ha visto
claro en AENA, donde por
mucho tiempo trató de
que el Estado disminuyera
su participación para tener
las manos libres en una
potencial expansión
internacional.
Fuera de nuestras
fronteras tampoco se ha
andado con chiquitas.
Por ejemplo, pidió a
Airbus que vendiera
Dassault, y tamién forzó la
dimisión del consejero
delegado de Deutsche
Börse, desde su posición
de accionista mayoritario
con un 8% del capital, en
un intento de sacar
adelante una fusión con
Euronext.
Hohn tambén ha
intentado cambiar la
política retributiva de los
ejecutivos de Volkswagen,
empresa en la que ha
invertido ha invertido
1.200 millones de euros.
Volviendo a nuestro
país, muy sonada fue su
pelea con la Comisión
Nacional de los Mercados
y la Competncia (CNMC)
a cuenta de las tasas
aeroportuarias. TCI recurió
en 2015 ante la Audiencia
Nacional los criterios
tarifarios de la CNMC por
considerar que suponían
un impacto económico
acumulado sobre el valor
de Aena superior a los
1.000 millones de euros. |
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