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El PNV lo ha cobrado caro blindando un cupo infumable Unos Presupuestos para medio año, continuistas y salvados por el empate
■ N. L. Nunca como el pasado miércoles se ha podido percibir con tanta nitidez que los Presupuestos Generales del Estado, la primera ley económica es un acontecimiento mayormente político. Hasta el último momento, unas horas antes de que el ministro Cristóbal Montoro los defendiera en el primer trámite para su aprobación en el Congreso de los Diputados, el de la eliminación de las enmiendas a la totalidad, Mariano Rajoy no estaba seguro de contar con los disputados votos del Partido Nacionalista Vasco. Y lo ha conseguido por la mínima, con un empate a 175 que se decide a favor del Gobierno. Prohibido, pues, que ningún diputado se ponga enfermo, sufra un accidente o incurra en despiste letal. Los populares replican, con razón, que tampoco puede fiarse uno de un PSOE partido en tres. Rajoy paga un alto precio al PNV Son además Presupuestos de poca entidad. Son cuentas de mínimos, de ir tirando, aplicables a menos de la mitad del ejercicio pues no parece probable que tengan efectos hasta el verano. Lo son también de mínima ambición, continuistas con algún guiño social dirigido a Ciudadanos, a las Comunidades Autónomas, y, con manifiesto escepticismo al PSOE cuya Gestora purga la abstención que le proporcionó el gobierno al Partido Popular. Montoro, que no puede reprimirse en las réplicas a la oposición, le ha dado la razón al deslenguado holandés, presidente del Eurogrupo y su homólogo como ministro de Finanzas de Holanda, cuando éste, finalmente, se ha arrepentido de haber dicho: “Como socialdemócrata considero la solidaridad extremadamente importante. Pero quien pide, también tiene obligaciones. No puedo gastarme todo mi dinero en copas y mujeres y seguidamente pedirle su apoyo.” Montoro, que no es socialdemócrata aunque hay gente del PP que asegura que le queda algún resabio de su pasado izquierdista, remachó la frase del holandés sin colegir sus consecuencias: “Salimos de la borrachera del gasto y algunos quieren irse de copas para celebrarlo”. Se lo puso a huevo a la oposición: “O sea, que para usted el gasto social es para tomarse unas copas”. En realidad, Mariano Rajoy sólo ha conseguido una tregua de apenas un semestre. La gran prueba tendrá lugar cuando en el próximo otoño, tras un trimestre de que pueda aplicarse lo presupuestado para este año tendrá que conseguir que se aprueben los de 2018. Predomina la idea de que, de no conseguirlo, tendrá que adelantar las elecciones. Es lo que concluyeron los miembros del Consejo de Sabios de El Nuevo Lunes en los desayunos económicos que publicamos la semana pasada. Sin embargo, Mariano Rajoy es un virtuoso de mantenerse en la cuerda floja parlamentaria. “¿Otoño –dirá remedando a Don Juan Tenorio–, tan largo me lo fiáis?”.
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