Los años 2020 y este 2021 que acaba de terminar han sido años duros en cuanto ajustes de personal se refiere. Si a las 22.589 sucursales de la banca contabilizadas a diciembre de 2020 se le restan las 4.100 agencias que planea suprimir el conjunto del sector, al final del proceso quedarán unas 18.301. Ya a finales de septiembre, y según datos del Banco de España, había en España 20.626 sucursales, situando la red de oficinas de la banca española se situará a niveles de marzo de 1976. En 2021 han dejado la banca más de 18.627 empleados. Pero a este número se le podrían añadir otros cerca de 8.000 trabajadores más, que han pedido adherirse a los respectivos ERE de sus bancos, pero no pudieron acogerse a ellos al estar limitadas las salidas. En todo caso, y aunque queden justes por cerrar, lo cierto es que los expertos creen que el proceso decae y ahora la banca pondrá el foco en los ingresos.
Por lo que se refiere a tendencias de negocio, apuestan porque los canales digitales se consolidarán como el canal principal de distribución. Las ventas digitales superarán el 70% de las ventas totales. También creen que la financiación verde será una línea estratégica. El proceso de descarbonización de la economía, juntamente con la aparición de nuevas tecnologías, abre oportunidades de financiación.
Las ventas digitales superarán el 70% de las ventas totales
Por otro lado, y después de las grandes operaciones de los últimos años, los expertos también creen que la consolidación aún continuará (la fusión de BBVA y Banco Sabadell sigue siendo una apuesta en la mayoría de los bancos de inversión) y la venta de negocios no rentables para liberar capital y reasignarlo a las unidades rentables continuará siendo una prioridad.
Por último, se producirá el retorno de las retribuciones de los accionistas, con buenas perspectivas ya que la rentabilidad por dividendo de la banca española estará por encima de la media al situarse en el 5,6% (más de un punto porcentual que la media del resto de los cien bancos más grandes del mundo por capitalización).
Por su parte, el BCE tiene entre sus objetivos para este año mejorar la gobernanza de la banca. Al supervisor europeo siguen sin gustarle los presidentes ejecutivos, y en España quedan aún algunos, como Carlos Torres o Ana Botín.