El Banco Santander se anotó unas pérdidas de 9.048 millones de euros durante los nueve primeros meses de este año, frente a un beneficio de 3.732 millones de euros registrado un año antes. La entidad sigue lastrada por el cargo contable realizado en el trimestre pasado por 12.600 millones con el que actualizó el fondo de comercio de sus filiales y los créditos fiscales o activos fiscales diferidos (DTAs). El Santander hizo este cargo ante el deterioro de las perspectivas económicas a raíz de la covid-19. Como se comunicó en el segundo trimestre, “este ajuste no afecta a la posición de liquidez ni de solvencia” del banco. En este contexto, el banco obtuvo un beneficio ordinario de 3.658 millones de euros en los primeros nueve meses de este año, un 41% menos que en el mismo periodo del año anterior, por las mayores provisiones relacionadas con la pandemia, así como por el deterioro de los tipos de cambio que golpean todos los márgenes de la cuenta de resultados. Tanto el margen de intereses como el margen bruto tuvieron caídas de casi el 10% hasta septiembre, pese a la mejora de los resultados por operaciones financieras, que subieron un 85% en los nueve primeros meses del año. Los ingresos en los nueve primeros meses se situaron en 33.355 millones de euros, un descenso del 10%, influido por la caída de las divisas frente al euro, mientras que las comisiones se redujeron un 14%. En cuanto a la distribución del beneficio, el 41% procede de Sudamérica, el 39% de Europa y un 20% de Norteamérica. Solo Brasil aporta el 30% del total, aunque en septiembre ha ganado un 11% en euros constantes, es decir, sin aplicar el tipo de cambio de las divisas. Respecto a España, la entidad justifica la caída de resultados del 58% se debe a las mayores dotaciones, solo compensadas parcialmente por la caída de costes.
Desde el inicio de la pandemia, ha financiado 71.700 millones para autónomos y empresas, de los que 27.600 millones tienen garantía del ICO. Ha concedido 18.000 moratorias hipotecarias, de consumo o tarjetas. Cuenta con 27.053 empleados, un 9% menos que hace un año, y 3.110 oficinas, un 20% menos. Y aunque su consejero delegado, José Antonio Álvarez, no quiso dar más detalles en la presentación de resultados, todo parece indica que la entidad prepara un ERE para 3.000 empleados.