Mercedes Cobo
Uno de sus principales objetivos dentro de su política de Banca Responsable es liderar la transición hacia una economía baja en carbono. La entidad se ha comprometido a alcanzar cero emisiones netas en 2050 para apoyar los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Una medida que se aplicará tanto para la propia actividad del grupo, que es neutro en carbono desde 2020 en sus propias operaciones, como para todas las emisiones de sus clientes derivadas de cualquiera de los servicios de financiación, asesoramiento o inversión que ofrece.
Combatir el cambio climático y aumentar el uso de energías renovables sin perjudicar al suministro y las inversiones son los grandes retos a los que se enfrenta España, en materia de sostenibilidad, para lograr un sistema energético sostenible. Banco Santander es consciente de que el cambio climático es el principal reto al que se enfrenta la sociedad, y de la necesidad de frenar el calentamiento global y evitar un daño irreparable para nuestro planeta.
En 2030, Santander habrá dejado de dar servicios financieros a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan en más de un 10% del carbón térmico
De hecho, su presidenta Ana Botín ha reconocido que “somos uno de los mayores bancos del mundo y por eso tenemos la responsabilidad y la oportunidad de apoyar la transición ecológica y animar a más personas y a empresas a ser más sostenibles” En este contexto, la entidad ha dado el paso definitivo en su compromiso con el planeta y se ha fijado sus primeros objetivos de descarbonización con la ambición de alcanzar cero emisiones netas en 2050. Un plan que, en palabras de Botín, aunque “queda muchísimo por hacer, es un gran avance”.
Para conseguirlo, el banco alineará en 2030 su cartera de generación de energía eléctrica al Acuerdo de París, empezando por dos medidas: la entidad dejará de dar servicios financieros en 2030 a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan en más de un 10% del carbón y, en segundo lugar, eliminará su exposición a la minería de carbón térmico en todo el mundo.
Estas son las primeras de una serie de medidas que forman parte de una hoja de ruta de mayor alcance y que la compañía dará a conocer a lo largo de los próximos meses.
Pero además, para alcanzar su ambición de reducir a cero sus emisiones netas, Santander, que fue líder mundial en financiación de energías renovables en 2020, trabajará con sus clientes para apoyarles en la transición hacia una economía baja en carbono de la mano de sus equipos especializados en la materia.
Y, como tercera línea de batalla para alcanzar las cero emisiones netas en 2050, Santander trabaja en la huella medioambiental del banco.

Santander ha logrado la neutralidad de carbono de su propia actividad mediante el uso de energía renovable y otras iniciativas de eficiencia, así como con la compensación de las emisiones restantes
De hecho, la entidad ya ha logrado la neutralidad de carbono de su propia actividad en 2020 mediante el uso de energía renovable y otras iniciativas de eficiencia, así como con la compensación de las emisiones restantes.
Este plan de compensación pone el foco en 5 proyectos ubicados en 5 países diferentes avalados y verificados por los estándares internacionales más reconocidos del sector:
Reforestación en Alcoroches (Guadalajara, España)
De la mano de CO2 Revolution, este proyecto está restaurando las cubiertas vegetales afectadas por el incendio sufrido en 2012 en un espacio protegido de alto valor ecológico. La reforestación se desarrolla mediante un novedoso sistema de plantación masiva, utilizando Big Data para seleccionar los lugares óptimos, semillas inteligentes con mayor garantía de supervivencia y drones para la plantación que reducen costes y aumentan volumen.
Proyecto de energía eólica Oaxaca III en México
A través de Climate Trade, se trata de un parque eólico de 309 megavatios (MW) de potencia instalada, en marcha desde 2011 y desarrollado por Acciona. La energía se suministra a la red eléctrica mexicana, lo que reduce sus emisiones de gases de efecto invernadero. En México, la generación de energía eléctrica se basa principalmente en combustibles fósiles.
Planta hidroeléctrica “Salto Pilão” en Argentina
Desarrollado a través de la empresa Chooose, consiste en reducir las emisiones mediante la utilización de fuentes de energía renovable con la construcción de una planta hidroeléctrica de 182 MW de capacidad, desarrollada por el Consórcio Empresarial Salto Pilão – CESAP. El proyecto contribuye al crecimiento sostenible, lo que reduce la demanda del sistema eléctrico nacional y evita parte del impacto negativo que causa la construcción de grandes centrales hidroeléctricas.
Para conseguirlo y facilitar la transición a una economía baja en carbono, la entidad alineará en 2030 su cartera de generación de energía eléctrica al Acuerdo de París
Proyecto de disminución de emisiones óxido nitroso en Krefeld, Alemania
A través de Ecoterrae: el objetivo es la reducción catalítica del ácido nítrico, N2O, en el interior del quemador de amonio de la planta de N2O de la multinacional COMPO en Krefeld. El ácido nítrico tiene un gran uso en la fabricación de fertilizantes. Con esta medida puede evitarse la emisión de 118.000 t de CO2 a la atmósfera en un contexto en el que la reducción de N2O no reporta beneficio ni existe obligación legal de realizarla.
Recuperación de gas en el vertedero Blue Source en Spartanburg (Carolina del Sur, Estados Unidos)
El proyecto consiste en la construcción y operación de una infraestructura de recolección y destrucción de gas de relleno sanitario. Este gas recolectado se dirige a una instalación de generación de energía térmica que desplaza a la energía generada por combustibles fósiles en Carolina. El proyecto está desarrollado por Spartanburg County, Milliken Company y Lockhart Power en sus diferentes fases.
En 2020, el banco fue líder mundial en financiación de energía renovable, tanto en términos de la cantidad de transacciones como de sus importes
100% neutro en carbono
La neutralidad en carbono se alcanza cuando una empresa decide afrontar un compromiso para dejar de emitir C02 a la atmósfera y cuando no se pueden eliminar, al menos tratar de compensar dichas emisiones. En el caso del Santander, este hito lo consiguieron a finales de 2020, tras un largo recorrido en el que se ha medido el consumo energético de la entidad, los residuos de papel y las emisiones derivadas de sus profesionales. Por otra parte, el banco también está avanzando para conseguir, en 2025, que el 100% de la electricidad que utiliza proceda de fuentes renovables en todos los países en los que opera y para 2021, haber eliminado el uso de todo el plástico innecesario de un solo uso en sus oficinas y edificios.