El Banco Santander cerró el primer trimestre de 2022 con un beneficio atribuido de 2.543 millones de euros, un 58 % más que un año antes, unas cuentas en las que han tenido escaso impacto la incertidumbre que supone la guerra de Ucrania, la inflación o los ajustes en las previsiones económicas.
El balance del grupo se mantuvo sólido, gracias a la «normalización de la calidad del crédito» tras liberar provisiones en el cuarto trimestre de 2021. Las dotaciones fueron de 2.101 millones de euros, en línea con el primer trimestre del año anterior.
En cuanto a la solvencia, la ratio de capital de máxima calidad CET1 «fully loaded» se situó en el 12,05 %, descontado el impacto de la compra del bróker estadounidense Amherst Pierpont, completada en abril.
Los créditos aumentaron un 7,6 % y superaron el billón de euros, con una ratio de morosidad que empeoró seis puntos, hasta el 3,26 %, tras el cambio en la definición de impagos. Los depósitos de los clientes, por su parte, se situaron en 957.000 millones.
Por geografías, Europa logró un beneficio ordinario de 1.018 millones de euros, un 32,3 % más, de los que España obtuvo 365 millones (+21 %).
En Sudamérica, la entidad ganó 900 millones de euros (+16,8 %), impulsada por Brasil, donde obtuvo 627 millones de euros (+12 %) y en Norteamérica ganó 806 millones de euros (+7,5 %).
Digital Consumer Bank, la división en la que se incluye Openbank y el negocio de consumo del grupo, también elevó su beneficio ordinario, un 13 %, hasta 282 millones de euros; mientras que el Centro Corporativo se anotó unas pérdidas de 462 millones.
La actividad comercial, así como el alza de tipos de interés oficiales en algunos mercados principales impulsó un 11,3 % el margen de intereses, hasta los 8.855 millones de euros.