El Banco Santander obtuvo un beneficio atribuido de 5.849 millones de euros hasta septiembre, lo que le permite distanciarse de las pérdidas de 9.048 millones que registró un año antes en lo peor de la crisis de la covid, cuando tuvo que renunciar al beneficio en favor de la prudencia y dotar cuantiosas provisiones. Hasta septiembre, la ganancia ordinaria global va ya por 6.400 millones, por lo que Álvarez considera que están «en el camino para que sea factible» recuperar los niveles de beneficios prepandemia. La diversificación geográfica del Grupo le benefició una vez más, después de que las tres grandes áreas donde opera, Europa, Norteamérica y Sudamérica, contribuyeran de forma similar al beneficio del grupo, en torno al 30 %.
En Europa, el beneficio ordinario fue de 2.293 millones de euros, casi el doble que un año antes, en tanto que en Norteamérica alcanzó los 2.288 millones tras crecer un 122 %, y Sudamérica aumentó el 31 %, hasta los 2.471 millones de euros.
La entidad elevó un 2,8 % su margen de intereses (un 7 % sin tipos de cambio), que incluye la mayor parte de los ingresos, hasta los 24.654 millones de euros, gracias a los mayores volúmenes de créditos y depósitos, entre otras razones.
A cierre de septiembre, más de la mitad de las ventas, un 54 %, se hicieron a través de canales digitales frente al 44 % del año anterior, con lo que la cartera de clientes de ese canal roza los 47 millones y supera los 150 millones en todo el mundo y en todos los canales.
El crecimiento del uso de servicios digitales contribuyó a mejorar la eficiencia hasta el 45,6 % frente al 46,8 % de septiembre de 2020. También mejoró la solvencia, ya que la ratio de capital de máxima calidad CET1 «fully loaded» se situó en el 11,85 % y se mantuvo en la parte alta del rango objetivo de hasta el 12%.