El Banco Santander obtuvo un beneficio neto atribuido de 8.124 millones de euros en 2021, y dejó atrás las pérdidas históricas de 8.771 millones registradas en 2020 por el fuerte aumento de dotaciones para afrontar la crisis del coronavirus y el deterioro en el valor de sus filiales en Reino Unido, Estados Unidos y Polonia. La presidenta de la entidad, Ana Botín, ha destacado en un comunicado que los resultados superan en un 25% el obtenido en 2019, antes de la pandemia. Excluido el cargo neto por valor de 530 millones de euros por los costes del ERE acordado con los sindicatos a finales de 2020 y realizado en el primer trimestre de 2021, el beneficio ordinario en 2021 fue de 8.654 millones, un 78% más que su equivalente del ejercicio.
El beneficio ordinario antes de impuestos de 2021 marcó su récord al situarse en los 15.260 millones de euros, un 65% más que el año anterior. Por su parte, los impuestos sobre beneficios alcanzaron los 5.076 millones de euros, un 51% más, lo que se traduce en una tasa fiscal efectiva del 33%.
El banco atribuye este incremento de los beneficios al «repunte de la actividad», con un crecimiento del 4% de los préstamos y del 6% de los depósitos, que permitió un «sólido» aumento de los ingresos por comisiones. En total, los préstamos y anticipos a los clientes se situaron en 918.344 millones, lo que hizo incrementarse los recursos totales hasta los 1,153 billones de euros.
Como consecuencia y gracias al crecimiento en todas las regiones y casi todos los países, los ingresos totales crecieron un 7%, hasta los 46.404 millones de euros. Para 2022, el objetivo de Santander es elevar los ingresos en torno al 5%.
Mirando únicamente las cifras del cuarto trimestre, el beneficio atribuido fue de 2.275 millones, un 4,6% más que en el tercero y el mejor resultado trimestral de los últimos 12 años.