Nuria Díaz ■
La banca española ha hecho un gran esfuerzo en los últimos años por deshacerse de activos tóxicos que pusieran en riesgo la mejora de las ratios de morosidad pero, como dice un analista, aún queda mucho por barrer para que la limpieza sea completa. Alrededor de 45.000 millones en ladrillo y carteras de créditos fallidos siguen en los balances de los principales bancos que, después de un par de años pandémicos de parálisis, ahora quieren acelerar procesos. Una de las razones: el fin de la moratoria concursal y de la carencia de los ICO podrían provocar, según el BCE y el Banco de España, un estallido súbito de la morosidad bancaria tras el verano. Todo el mundo está vigilante.
“La venta de carteras de fallidos o activos tóxicos ha estado parado durante los dos últimos años y es ahora cuando los bancos están volviendo a recuperar ritmo con este tipo de operaciones” señala la analista financiera de Renta 4, Nuria Álvarez, que por otro lado reconoce que son operaciones que en muchos casos se hacen con la mayor de las discreciones y solo se hacen públicas si la cuantía es reseñable y les obliga a dar cuentas.
Así, por ejemplo, algunas fuentes del sector señalan que la mayor operación en marcha es la que tiene el Banco Santander para el traspaso de entre 800 y 1.000 millones en hipotecas refinanciadas, pero no hay confirmación oficial al respecto. La operación se habría puesto en marcha a principios de este año y ahora estaría en su fase final. Y vendría a sumarse a casi otros 450 millones de antiguos créditos inmobiliarios que ya se habrían resuelto.
En el último informe anual del Santander figura una cartera de créditos dudosos de 2.625 millones, más una de inmuebles de algo más de 4.000, lo que arroja un total de 6.700 millones en activos tóxicos
En el ultimo informe anual del banco que preside Ana Botín, figura una cartera de créditos dudosos de 2.625 millones de euros, más una de inmuebles de algo más de 4.000 millones, lo que arroja un total de 6.700 millones en activos tóxicos.
En el caso de Caixabanbak, y teniendo en cuenta que son datos tras la fusión con Bankia, el saldo de activos dudosos, sumando créditos e inmuebles a la venta, se acerca a los 16.000 millones de euros. Y también tendría operaciones en marcha, aunque tampoco confirmadas, como la cartera de créditos denominada Guggenheim que sumaría alrededor de 500 millones de euros.
El BBVA, por su parte, aún tiene unos 14.000 millones de activos dañados en balance después de que el año pasado cerrara un acuerdo para transferir al fondo de inversión y capital riesgo KKR una cartera de préstamos y activos inmobiliarios (conocida como ‘Dakar’), con un valor bruto aproximado de 700 millones de euros. En los últimos tres años, BBVA ha cerrado varias operaciones de venta de carteras de préstamos, en su mayoría de crédito promotor e hipotecario. En diciembre de 2019, BBVA cerró sus dos mayores ventas de préstamos fallidos: la venta de una cartera con un valor bruto de 2.500 millones de euros (cartera ‘Juno’) y el traspaso de una cartera compuesta por créditos fallidos a pequeñas y medianas empresas, con un valor bruto aproximado de 2.100 millones de euros (cartera ‘Hera’).
Kutxabank ha decidido poner a la venta una cartera de NPLs (créditos impagados) que ha sido valorada en 275 millones de euros y por la que, según fuentes del sector, hay varios interesados.
En los últimos días también se ha publicado que Banco Sabadell estaría buscando candidato para vender una cartera de créditos dudosos cuyo valor total asciende a 1.000 millones de euros. Se trataría de una cartera compuesta a partes iguales por créditos al consumo fallidos y créditos dudosos concedidos a empresas y la entidad podría estar comenzando a recibir las ofertas por ella.
La reducción de activos dudosos que ha llevado a cabo el sector bancario desde el pico máximo de morosidad alcanzado en 2013 ha sido muy significativo. En concreto, se ha pasado desde un máximo de tasa de morosidad cercano al 14% en 2013 a los niveles actuales en el entorno del 4,1%, manteniéndose una tendencia a la baja a pesar del impacto negativo de la pandemia como consecuencia de las medidas extraordinarias implementadas y de la intensa gestión de los activos improductivos que han mantenido las entidades bancarias en estos últimos dos años”, señala Marta Alberni, analista del Área de Banca de AFI.
El fin de los ICO, prueba de fuego
Si la venta de carteras de fallidos o activos tóxicos ha estado relativamente parada durante los dos últimos años, ¿por qué ahora los bancos están volviendo a recuperar el ritmo? Entre otras razones, los avisos de los reguladores pueden tener mucho que ver. El BCE lleva tiempo advirtiendo de que teme un estallido súbito de la morosidad bancaria tras el verano. El supervisor está convencido de que el fin de la moratoria concursal y de la carencia de los ICO serán una prueba para el sector y muy probablemente eleve el nivel de impagos.
En los últimos trimestres, el Banco de España ha detectado un deterioro en la calidad crediticia de los ICO. El 22,7% del crédito garantizado a través del ICO está clasificado en vigilancia especial, según datos a marzo, lo que representa un incremento de 6,4 puntos porcentuales respecto a junio de 2021. Este tipo de préstamos está potencialmente en riesgo de impago. Los bancos no comparten esa alarma y aseguran que están tranquilos y, aseguran, ‘provisionados’.
La morosidad de los créditos concedidos por los bancos a particulares y empresas aumentó ligeramente al 4,55% en mayo. La ratio de morosidad se sitúa así en el mismo nivel del mes de febrero y suma dos meses de suaves subidas
La morosidad sube a la chita callando
La morosidad de los créditos concedidos por los bancos, cajas y cooperativas a particulares y empresas aumentó ligeramente al 4,55% en mayo, frente al 4,53% de abril. La ratio de morosidad se sitúa así en el mismo nivel del mes de febrero y suma dos meses de suaves subidas. Y aunque es un tercio de la que se registraba hace ocho años, esta claramente bajo vigilancia porque, aunque lentamente, no deja de subir. Según un reciente informe del European Bank Lending Economic Forecast, elaborado por EY sobre previsiones de préstamos bancarios en la zona euro, la tasa de morosidad bancaria en España se elevará hasta el 4,6% en 2022, frente al 4,3% de 2021.
De ahí las provisiones. CaixaBank ya anunció en la presentación de sus cuentas una provisión en el primer trimestre de 214 millones de euros. Medida adaptada, según el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, “a lo que pueda estar por venir”. Una provisión similar, 200 millones, ha realizado también el BBVA, debido al impacto sobre la economía global que estarían teniendo las sanciones impuestas a Rusia, a pesar de que la exposición directa es limitada.
La EBA detecta un primer impacto de la guerra en la banca: bajadas de solvencia y rentabilidad
Los niveles de solvencia y rentabilidad de los bancos europeos retrocedieron «ligeramente» en el primer trimestre del año, entre los primeros síntomas de deterioro en la calidad de los activos, relacionados con las tensiones geopolíticas, según la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés). De este modo, el panel de riesgos de la EBA para el primer trimestre del año, en el que participaron 160 bancos representativos de más del 80% del sector, apunta a «altos índices de capital y liquidez e indica los primeros signos de deterioro en la calidad de los activos, entre otros, relacionados con las tensiones geopolíticas». En concreto, la solvencia de las entidades, medida por la ratio media de capital de máxima calidad CET1 fue del 15%, frente al 15,5% del cuarto trimestre de 2021, como consecuencia del aumento de los activos ponderados por riesgo (RWA). En el caso de la banca española, la ratio de morosidad se mantuvo estable en el 3% en los tres primeros meses de 2022
A nivel europeo, la EBA señala que la calidad de las exposiciones bajo medidas de apoyo anteriores «sigue siendo motivo de preocupación» y calcula que los préstamos totales con moratoria vencida alcanzaron los 649.000 millones de euros, un 7,8% menos que a finales de 2021. En el caso de las entidades españoles, la cifra sumaría 147.500 millones de euros, un 2,4% menos que el trimestre anterior, solo por detrás de los 180.900 millones de los bancos franceses. La EBA advierte, como ya lo han hecho el BCE o el BdE en España, de que, si bien el empeoramiento de las condiciones macroeconómicas y la incertidumbre relacionada con la guerra hasta ahora no han resultado en un aumento importante en el coste del riesgo para el sector bancario europeo, la liberación de medidas de cobertura relacionadas con la pandemia de Covid-19 podría haber mitigado el aumento en las provisiones para pérdidas crediticias.