Por sorpresa, y junto al impuesto sobre los beneficios extra de los grupos energéticos, el presidente del Gobierno anunciaba otro para el sector financiero durante su primera intervención en el Debate sobre el Estado de la Nación. “El Gobierno aprobará un impuesto excepcional y temporal a las grandes entidades financieras que ya se están empezando a beneficiar de las subidas de tipos de interés”, dijo Sánchez. Según las palabras de Sánchez, el Gobierno busca con este impuesto especial sobre el sector financiero repartir los beneficios extra del sector derivados de las inminentes subidas de los tipos de interés. Será una tasa que estará en vigor durante dos años y con la que prevé recaudar 1.500 millones de euros al año. Este impuesto gravará a las entidades con una facturación superior a los 1.000 millones de euros. Afectaría a los diez principales bancos españoles: Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter, Unicaja, Abanca, Kutxabank y Cajamar. Quedaría fuera por unos pocos millones Ibercaja.
Aunque aún no se conoce la letra pequeña, la noticia ha sentado como un jarro de agua fría en el sector que inmediatamente vio como sus valores caían en Bolsa. El portavoz de la AEB, José Luis Martínez, asegura que “no conocemos detalles sobre el anuncio. El sector no ha sido consultado ni informado, a pesar de mantener un diálogo permanente con el Gobierno. Los accionistas de la banca española -muchos de ellos pequeños ahorradores – han sufrido ya un castigo en Bolsa por este anuncio, que refleja la improvisación jurídica en que opera un sector tan importante para la economía y la sociedad”. También señala que la eventual subida de tipos de interés del BCE no asegura necesariamente una mejora de la rentabilidad de los bancos, ni se traduce en beneficios extraordinarios, sino que responde a la subida de la inflación y puede provocar una menor actividad económica. “Lo extraordinario han sido los tipos de interés negativos durante muchos años”, afirma. “La banca siempre está ahí para apoyar a las familias y a las empresas a través del crédito. Así sucedió durante la pandemia” explica y asegura además que la banca paga muchos impuestos, superiores a los de otros sectores. “Es una medida dirigida a un sector va en contra del principio de igualdad y distorsiona el mercado. Tampoco se conocen ejemplos de una medida así en los principales países europeos”. Y en eso tiene razón. Por ahora solo un país, Hungría, ha hecho lo propio en el caso de las entidades financieras, cuyas cuentas de resultados empiezan a verse aupadas por la expectativa de aumento de los tipos de interés en los próximos meses.
Sin embargo, no todos los analistas creen que vaya a suponer un gravamen tan catastrófico. La agencia de calificación crediticia S&P considera que el impuesto sobre los beneficios extraordinarios de los bancos anunciado por el Gobierno será “manejable” para las entidades. De este modo, enfría, en una primera valoración, las expectativas negativas para las entidades financieras, que rechazaron esta nueva tributación por el efecto que podría tener sobre su actividad. La multinacional considera que afectará al 12% de los beneficios de los dos próximos años.
Y el Gobierno ya ha anunciado que prohibirá a energéticas y bancos que repercutan en los consumidores la subida de impuestos. La norma de creación de los nuevos impuestos dotará a la CNMC de capacidad para “vigilar y aplicar sanciones” a las empresas que repercutan la subida fiscal en el precio final.