La no fusión con el BBVA comienza a tener consecuencias. El consejo de administración de Banco Sabadell ha nombrado a César González-Bueno consejero delegado en sustitución de Jaime Guardiola, que se jubila aunque mantendrá el cargo hasta obtenerse las autorizaciones regulatorias, ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En un comunicado de la entidad, González-Bueno ha considerado un honor dirigir lo que ha definido como una de las instituciones de mejor reputación en España, y ha añadido que el «dispone de una franquicia de primera línea y una base de clientes para crecer y afrontar con éxito el futuro». Ha afirmado que el Sabadell «está ya inmerso en el proceso de adaptación de su modelo de negocio y será altamente competitivo» en un entorno que se transforma a gran velocidad, ha añadido. El nuevo CEO colaborará en el diseño y puesta en marcha de un nuevo plan estratégico, cuyos ejes se harán públicos durante el primer trimestre de 2021.
El presidente, Josep Oliu, ha destacado de González-Bueno su experiencia y su «exitosa» trayectoria al frente procesos estratégicos de innovación, digitalización y reestructuración.
Está «convencido de que contribuirá, de forma decisiva, a impulsar la oferta digital del Grupo», ahora que el banco afronta la aceleración de su estrategia digital y el fortalecimiento de su franquicia doméstica en los mercados que lidera, según el comunicado. Oliu ha elogiado también a Jaime Guardiola, porque desde su incorporación (2007) ha sido «fundamental» para el crecimiento y consolidación del banco, que ha considerado una de las mejores franquicias de España.
César González-Bueno, directivo de banca hace más de 23 años, está vinculado al Sabadell desde marzo de 2020, como consejero de TSB, «lo que le otorga una visión global y conocimiento de la entidad», destaca el comunicado. Fundó ING Direct España; fue consejero delegado de ING en España y Portugal; miembro del Comité de Dirección Global de ING mientras dirigió el banco en Europa para el grupo; dirigió la creación y venta de EVO, y el reflotamiento de Novagalicia Banco antes de su venta a Abanca.
La segunda consecuencia es que el propio Oliu, de 71 años, cederá sus funciones ejecutivas, algo que lleva tiempo reclamando el Banco Central Europeo.