Nuria Díaz
Todo parece indicar que el año que viene seguirá marcado para la banca por las fusiones, la competencia creciente de las ‘fintech’ y los procesos de adelgazamiento de sus plantillas y sus oficinas para ganar rentabilidad. Los bancos tendrán que hacer frente en 2021 al final de las moratorias en un entorno de tipos de interés negativos que complica su rán su negocio tradicional. Además, el proyecto de poner en marcha un euro digital por parte del BCE parece coger cierta forma, aunque los expertos creen que sigue ‘en pañales’ y que habrá que esperar para que sea una realidad.
29 de diciembre, en el tiempo de descuento como aquel que dice del año 2020, casi con las uvas en la mano, se anunciaba la segunda fusión bancaria del año, que culminará en el que acaba de empezar. Los consejos de administración de Unicaja Banco (63.000 millones en activos) y Liberbank (46.000 millones) aprobaban definitivamente la unión, que tiene la forma de fusión por absorción (de Liberbank por Unicaja), y que llevaban buscando desde hacía tiempo. Se ha establecido una ecuación de canje en la que el peso de la entidad malagueña en el banco resultante será del 59,5%, por un 40,5% para Liberbank. Precisamente el peso específico de cada uno de los actores en el resultado final fue lo que dio al traste en mayo de 2019 con un primer intento de fusión.
El actual presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, de 73 años, será el presidente ejecutivo de la entidad combinada, que mantendrá el nombre de Unicaja Banco, mientras que Manuel Menéndez, ocupará el cargo de consejero delegado, el mismo que tiene en Liberbank. Esta estructura se mantendrá dos años a contar desde que la fusión sea efectiva, previsiblemente a mediados de 2021. En ese momento, “el Consejo de Administración modificará el modelo de gobernanza de Unicaja Banco, de modo que la Presidencia del Consejo pase a ser no ejecutiva [como recomienda el BCE] y se adapten las funciones del Consejero Delegado”, puesto que será “reevaluado”. Se decidirá entonces quién lo ocupa.
La fusión Unicaja-Liberbank supone el nacimiento del quinto banco español en activos y en depósitos y el sexto en términos de crédito. Destacan las dos entidades que la unión les permite tener presencia en el 80% del territorio español sin apenas solapamiento geográfico
El acuerdo supone el nacimiento del quinto banco español en activos y en depósitos y el sexto en términos de crédito bruto. Destacan además las dos entidades que la unión les permite tener presencia en el 80% del territorio español sin apenas solapamiento geográfico, ya que la malagueña Unicaja está asentada fundamentalmente en Andalucía y Castilla León, mientras Liberbank, suma de Cajastur-Banco Caja Castilla La Mancha (CCM), Caja Cantabria y Caja Extremadura, está presente, sobre todo, en esas comunidades. Según el documento de la fusión, la entidad resultante, que tendrá su domicilio social en Málaga, será líder en cuatro comunidades.
La entidad combinada arrancará con una plantilla de casi 10.000 empleados, 6.274 procedentes de Unicaja y 3.698 de Liberbank. El proyecto de fusión especifica que la entidad combinada analizará los “solapamientos y duplicidades”, pero que aún no se ha tomado ninguna decisión en materia de empleo. No obstante, se da por hecho que habrá una reducción de plantilla.
La nueva Caixabank se echará a andar
Si la de Liberbank y Unicaja se hará efectiva hacia mediados de este año 2021, antes, en el primer trimestre previsiblemente lo estará la de CaixaBank con Bankia, creando el mayor banco del país. La tercera y la quinta entidad bancaria española se integrarán para crear el primer banco del país, con un volumen de activos de más de 600.000 millones de euros, unas 6.000 sucursales y cerca de 47.000 trabajadores. La nueva CaixaBank, que mantendrá su sede en Valencia, estará presidida por José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, mientras que Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, mantendrá este cargo.
Algunos analistas incluso opinan que podríamos ver una reedición el intento de fusión de finales de noviembre, del Sabadell y el BBVA, que rompieron negociaciones porque no se pusieron de acuerdo ni en la ecuación de canje ni en algunos aspectos de reparto de los órganos de decisión. Su unión hubiera dado lugar al segundo grupo financiero del país, pisándole los talones al nuevo CaixaBank. El Sabadell comunicaba que su intención es seguir en solitario y anunció el desarrollo de un nuevo plan estratégico, focalizado en el mercado doméstico, que presentará al mercado en los primeros meses de 2021. En los próximos meses, además, César González-Bueno se incorporará a la entidad como nuevo consejero delegado en sustitución de Jaime Guardiola, que se jubila tras trece años en el cargo, y el presidente Josep Oliu aprovechará este relevo para dejar sus funciones ejecutivas, siguiendo las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE). Pero son pocos los que opinan que Sabadell continuará en solitario.
Según CC OO, los próximos meses podrían suponer la salida de al menos 20.000 trabajadores más por las fusiones que ya están en marcha y que implican ajustes masivos de plantillas, lo que situaría la plantilla por debajo de las 150.000 personas
“Las fusiones seguirán en 2021, señala un analista, pero probablemente, dentro de las entidades de menor tamaño”. El Santander, la entidad presidida por Ana Botín, con la integración del Popular aún muy reciente, insiste en que su estrategia de crecimiento seguirá apoya en la compra de plataformas tecnológicas. Y Bankinter tampoco parece querer pareja de baile. Aunque todo está abierto.
A la cola en bancarización
Lo que sí está claro que continuará será el proceso de adelgazamiento de las entidades vía cierre de oficinas, EREs y despidos. Según los datos recopilados por Comisiones Obreras (CC OO), sindicato mayoritario en el sector, los bancos (y las antiguas cajas de ahorros) han amortizado cerca de 100.000 puestos de trabajo desde 2008 teniendo en cuenta las altas y las bajas, hasta contar con una plantilla de 173.447 empleados. Sin embargo, el proceso parece imparable y en los próximos meses podría suponer la salida de al menos 20.000 trabajadores más por las fusiones que ya están en marcha y que implican ajustes masivos de plantillas, lo que situaría la plantilla por debajo de las 150.000 personas. Con estos datos, España estará a la cola de la Eurozona en nivel de bancarización, según refleja el ‘Informe sobre la evolución del empleo en el proceso de reestructuración del sector financiero 2008-2020’ elaborado por CCOO. El informe recoge que el sector financiero español ha experimentado 120.311 salidas y 26.294 entradas de empleados entre 2008 y 2019. El BCE cifra los puestos amortizados en 103.050 empleos netos desde 2008 (-37,3%), cuando en toda la zona euro la reducción ha sido de 423.546 empleos (-18,9%). En paralelo, la reducción de oficinas ha ido más lejos: se ha cerrado el 48% de la red que existía en 2008, un total de 22.061. En el mismo periodo, en Europa se han clausurado el 32,6% de las sucursales.
¿Arrancarán las pruebas piloto del euro digital?
¿Será 2021 el año en el que un banco central saque por primera vez una moneda digital?. El Banco Central Europeo (BCE) estudia la viabilidad de un euro digital para Europa alejada del modelo bitcoin, que muestra una elevada volatilidad. Ante la amenaza de que las criptomonedas privadas como el proyecto Libra de Facebook puedan crecer a un ritmo más alto de lo previsto, el banco emisor ha acelerado los trabajos preparatorios para concebir las características básicas de un nuevo medio de pago digital en Europa respaldado por la institución y se prevé la puesta en marcha de pruebas piloto a lo largo de este 2021. Se ha puesto en marcha una consulta pública, abierta hasta el 12 de enero del 2021, para profundizar en los posibles usos futuros de una moneda digital, sus características deseables o potencialidades como medio de pago. Esa encuesta se está realizando tanto entre empresas como entre particulares.
Por su parte, en España se anunció el pasado mes de septiembre que se comenzaría a testar el Central Bank Digital Currency (CBDC). Cinco entidades: Santander, BBVA, Sabadell, Bankia y CaixaBank serían las encargadas de dar comienzo a una fase de prueba. Iberpay, la creadora de Bizum, es la elegida para centralizar el proyecto, que es a su vez la propietaria de los fondos y la encargada de emitir los tokens a los bancos, quienes los repartirían a sus clientes.
Si se toma como referencia al Banco de China, que es el pionero, lleva más de cinco años y todavía están en la primera fase del yuan digital.
Un efecto que se pretende del euro digital es un mayor control de los capitales. La propia Christine Lagarde, presidenta del BCE, aseguró que sería una buena arma para luchar contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
Pese a tanto interés y tanta prueba lo cierto es que los expertos creen que el proyecto avanza despacio.