A. S. A.
El pasado 19 de enero, el BOE publicó los reales decretos de nombramiento aprobados en el Consejo de Ministros para la renovación del Consejo Económico y Social de España, tras un año del actual Gobierno en plenas funciones. Un relevo de consejeros que, en la práctica, supone un ejemplo del necesario desbloqueo político e institucional para hacer frente a los nuevos retos del futuro. Y en este contexto, Pedro C. Fernández Alén, presidente en funciones de este órgano consultivo del Ejecutivo en materia socioeconómica y laboral, asegura que “reforzar los puentes entre el Gobierno, los interlocutores sociales y la sociedad civil organizada nos inmuniza frente a otras epidemias”, entre las que destaca el paro juvenil o la desindustrialización de España: dos de las últimas amenazas en torno a las que se ha pronunciado una institución formada por 60 consejeros pertenecientes a diferentes grupos: sindicatos, empresarios y sectores agrario, marítimo-pesquero, de la Economía Social, de los consumidores y usuarios y expertos nombrados por el Gobierno.
El CES se caracteriza por su pluralidad y transversalidad.
Así es. Y esta composición plural y heterogénea es determinante para ayudar al Gobierno a elaborar leyes más ajustadas a la realidad, ya que en cada Informe o dictamen intervienen los interlocutores sociales y la sociedad civil organizada, lo que resulta fundamental.
“En España hay que dar un impulso a la inversión pública para evitar el estancamiento económico, reforzar la cohesión social y la vertebración territorial”
¿Por qué la participación de los ciudadanos puede resultar tan crucial?
El CES defiende la participación de los ciudadanos, directamente o a través de organizaciones o asociaciones, en la vida económica y social. Esta transversalidad ha demostrado su utilidad y eficacia siempre que se nos ha encomendado una misión.
Recientemente, el CES aprobó un Informe para mejorar el Sistema de Atención a la Dependencia, en cuya presentación intervino el vicepresidente Pablo Iglesias
Efectivamente, el CES ha pedido una mayor coordinación entre el sistema sanitario y el de atención a la dependencia para mejorar la lucha contra la pandemia. El Informe pretende ayudar a reforzar el SAAD frente a las debilidades que el coronavirus ha puesto de manifiesto.
Este órgano consultivo opina que la reactivación del diálogo y la ampliación de los consensos en torno a la atención a la dependencia brinda la ocasión para abordar de manera consensuada estrategias de coordinación sociosanitaria en beneficio de las personas dependientes, que ahora nos necesitan más que nunca.
¿Cuáles son, desde su punto de vista, las otras epidemias que sufre España?
Lo cierto es que el país atraviesa un momento delicado a nivel sanitario, social y económico. Pero si hay un dato que debería preocuparnos especialmente es el del paro juvenil, que se ha disparado como consecuencia del coronavirus. Cuatro de cada diez jóvenes están desempleados y, desde luego, urge encontrar antídotos contra esta epidemia.
“El CES urge a alcanzar un Pacto de Estado del que emane una Ley de Industria con la que aprovechar al máximo los fondos europeos y acelerar la recuperación”
¿Qué propone el CES, como órgano consultivo en materia laboral?
Es evidente que las recetas mágicas no existen. Pero hace unas semanas presentamos el Informe sobre Jóvenes y mercado de trabajo en España, en el que sugerimos usar parte de los fondos europeos para incentivar la contratación indefinida de menores de 25 años y evitar a medio plazo un boom de jóvenes parados de larga duración.
En cualquier caso, para luchar contra el paro juvenil, las políticas de empleo, sobre todo las activas, han de evaluarse adecuadamente mediante el diálogo con los interlocutores sociales para poner en marcha medidas urgentes que deberían conformar el eje central de la política, puesto que, de ellas, a fin de cuentas, dependerá el futuro social y económico de España.
¿En qué sectores cree que deberían focalizarse los esfuerzos para reducir la tasa de paro?
Claramente en el industrial, ya que pese a ser el que tiene una mayor capacidad para generar un efecto tractor sobre el resto de la economía -además de permitir crear más empleos y de mayor calidad-, ha perdido mucho peso en el PIB.
En este sentido, el CES urge a alcanzar un Pacto de Estado del que emane una Ley de Industria con la que aprovechar al máximo los fondos europeos y acelerar la recuperación tras la pandemia.
¿Cuáles deberían ser los objetivos de esa Ley?
En opinión del CES, la Ley debería sentar los principios básicos de actuación para elaborar una estrategia a medio y largo plazo con la que reindustrializar el país en línea con las Directrices Generales de la Nueva Política Industrial Española 2030 enmarcadas en la Agenda del Cambio del Gobierno y alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las recomendaciones de la Agenda 2030 de la Comisión Europea.
De igual modo, el CES reclama una mayor presencia de la industria manufacturera en los proyectos tractores incluidos en la Agenda Digital, que contiene medidas distribuidas en 10 ejes estratégicos. En concreto, considera que los compromisos contenidos en el Pacto Verde europeo serán una oportunidad para modernizar nuestra industria y prepararla para competir mejor.
¿Qué otras vacunas se deben inyectar a la economía española?
En España hay que dar un impulso a la inversión pública para evitar el estancamiento económico, reforzar la cohesión social y la vertebración territorial, aumentar el potencial de crecimiento a largo plazo del bienestar, y movilizar y orientar la inversión privada hacia ámbitos estratégicos.
En este escenario, el CES propone desligar la inversión pública de los escenarios económico y político para aprovechar al máximo los fondos europeos y acelerar la recuperación. La definición de los proyectos debe realizarse a partir del análisis coste-beneficio y de eficiencia, buscando siempre el logro de resultados. Y también es necesario mejorar la colaboración público-privada para desarrollar proyectos de especial relevancia en el marco del Plan de Recuperación.
“Urge un programa ambicioso de inversión pública con un alto componente en intangibles como la educación o la investigación”
Ya para finalizar, ¿cómo ve el futuro de España?
Vivimos inmersos en una época incierta e imprevisible. Pero para circular hacia el futuro tendremos que alternar las luces largas con las cortas para evitar posibles deslumbramientos y cegueras. Así, mientras que a corto plazo convendrían planes específicos de recuperación para los sectores más afectados (turismo, automóvil, o bienes de equipo); a medio y largo plazo se requiere un plan de recuperación con un programa ambicioso de inversión pública, con alto componente en intangibles como la educación, la investigación o la digitalización, que cuente con el refuerzo de la colaboración público-privada y que actúe de palanca de una inversión privada, actualmente atenazada por altos niveles de incertidumbre.
Nuestro futuro parece estar hoy más que nunca en manos de médicos y científicos, pero los demás no podemos permanecer de brazos cruzados. Debemos actuar en la medida de nuestras posibilidades, con responsabilidad y valentía, mostrando un compromiso firme en la batalla contra el virus. Porque ésa debe ser la gran victoria a conquistar.
Al Timón
Pedro C. Fernández Alén es un hombre ecuánime, amante de la conversación, con un talante que le lanza hacia la búsqueda del diálogo y el consenso. Un atributo que cada día demuestra como presidente en funciones del Consejo Económico y Social de España (CES), cargo que ostenta desde el 26 de junio de 2020 y que simultanea con el de secretario general de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME). Licenciado en Derecho, complementó su formación con un máster de Dirección de Empresas Constructoras e Inmobiliarias (MDI). Además, es técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales, Agente de la Propiedad Inmobiliaria y diplomado en Derecho Inmobiliario y Urbanismo.
Dentro del CES, fue nombrado consejero en noviembre de 2007, y desde entonces ha presidido la Comisión de Trabajo de Salud, Consumo, Asuntos Sociales, Educación y Cultura en 2011 y 2014; y la Comisión de Trabajo de Relaciones Laborales, Empleo y Seguridad Social en 2012 y 2016.
Gran conocedor de la economía española y del ecosistema empresarial, es miembro de la Junta Directiva de la CEOE y anteriormente fue secretario general de la Confederación Nacional de la Construcción y secretario de la Fundación Laboral de la Construcción.
Entusiasta de la música y el cine, su mayor afición son sus hijos, en quienes se emplea en cuerpo y alma. Porque de la educación de los jóvenes, en su opinión, depende el futuro de España.