La Entrevista de la Semana / Mercedes Cobo ■
“Mientras la inflación siga sin mostrar señales de tendencia hacia el objetivo de los bancos centrales, los tipos de interés mantienen cierto riesgo al alza. No obstante, el repunte ya registrado en las curvas soberanas y las curvas de crédito suponen un atractivo para los inversores que hacía años que no observaban”, señala Nereida González. Indica que no se puede perder de vista los recientes acontecimientos bancarios, “con foco en EE UU, pero cierta tensión en Europa, lo que sigue poniendo encima de la mesa que las carteras institucionales necesitan una presencia especial de activos defensivos”.
La inflación, las subidas de tipos, la volatilidad… ¿Vamos hacía un modelo económico distinto? ¿Cómo va a afectar a los inversores?
Estamos en un momento del ciclo económico distinto, de eso no hay duda. Llevamos años acostumbrados a tipos de interés bajos, incluso negativos en el área euro, con un entorno de inflación baja o inexistente, y ahora vemos todo lo contrario. La subida de los precios, que tuvo como origen el incremento de los precios energéticos y los atascos en las cadenas de suministros globales tiene ahora otras fuentes: efectos de segunda ronda sobre precios subyacentes.
“Europa y Asia emergente pueden ser las regiones con mayores oportunidades este año”
Está claro que en este entorno la reacción de los bancos centrales tiene que ser contundente y clara, con una subida de tipos de interés con cierta intensidad para tratar de controlar unas tasas de inflación muy por encima de sus objetivos. Los inversores ya sufrieron esto el año pasado con un año que no ha tenido precedentes en los mercados: no ha habido refugio, salvo las materias primas durante parte del año. El origen de estas cesiones de los activos de riesgo fue el ajuste de las expectativas de tipos de interés para los bancos centrales, llevando incluso a que, en la actualidad, la volatilidad este más presente en la renta fija y los tipos de interés que en la renta variable.
Mientras la inflación siga sin mostrar señales de tendencia hacia el objetivo de los bancos centrales, los tipos de interés mantienen cierto riesgo al alza. No obstante, el repunte ya registrado en las curvas soberanas y las curvas de crédito suponen un atractivo para los inversores que hacía años que no observaban.
Tampoco se puede perder de vista los recientes eventos bancarios, con foco en EEUU, pero cierta tensión en Europa, lo que sigue poniendo encima de la mesa que las carteras institucionales necesitan una presencia especial de activos defensivos.
¿Cuáles son sus perspectivas para los mercados para este año? ¿Seguirán subiendo los tipos
Mientras la inflación siga sin mostrar señales de tendencia a la baja y las sorpresas sigan siendo principalmente al alza, los bancos centrales seguirán subiendo los tipos de interés y podrían mantenerlos altos durante más tiempo del esperado hace un año. No obstante, todo esto ya estaría descontado en el mercado, con la única duda de cómo los eventos recientes en el sector bancario pueden impactar sobre la política monetaria.
Por un lado, los bancos centrales tienen claramente definido un objetivo de estabilidad de precios que marca que las tasas de inflación se sitúen, en el largo plazo, en el entorno del 2%. De hecho, se lleva meses mencionando el mantra de que los bancos centrales se verán casi obligados a provocar una recesión para conseguir controlar el avance de los precios. Si finalmente el origen de esa recesión viene por el lado de una crisis financiera liderada por pequeños bancos, puede ser un coste asumible que no tiene porqué frenar las subidas de tipos de interés de los bancos centrales.
Cabría esperar que, teniendo en cuenta el incremento acumulado de tipos de interés de referencia tanto por parte de la Fed como del BCE desde que iniciaron este ciclo de subidas de tipos de interés, así como los efectos base de la energía entre otros factores, las tasas de inflación deberían tender a la baja y, consecuentemente frenarse las subidas de tipos de interés.
¿Será el año de la recesión?
Durante el año pasado, casi todos los analistas anticipaban una recesión en el área euro que se materializaría en el primer trimestre de este año. Se esperaba que el invierno fuera duro por un posible evento de escasez de gas que provocase cortes en los servicios de calefacción. No obstante, esto no ha tenido lugar: se ha registrado un invierno relativamente cálido en Europa y la oferta de gas, impulsada por el gas natural licuado, no ha escaseado. También los fondos del programa Next Generation han tenido un mayor impacto sobre la economía del esperado, China ha dejado de poner un palo en la rueda del crecimiento global… en definitiva, las previsiones se han revisado al alza para el área euro hasta eliminar de los escenarios base de previsiones una recesión económica.
¿Es el momento de la renta fija? ¿Y de la renta variable?
En ambos activos hay oportunidades, si bien puede cobrar más protagonismo del habitual en las carteras la renta fija frente a la renta variable: tras años de tipos de interés en el 0%, por fin se pueden tomar posiciones en este activo con bastante seguridad de obtener rentabilidades positivas a vencimiento.
¿En qué mercados ve más oportunidades?
Europa y Asia emergente pueden ser las regiones con mayores oportunidades este año. Por una parte, las sorpresas en crecimiento y confianza tienen como principal origen Europa. Frente al temor a un invierno duro, con una oferta de gas escasa, se han diluido y parece que el consumo mantiene un buen ritmo a pesar de las subidas de los precios y los tipos de interés. Por otra parte, la apertura de China y el hecho de que el Covid pase al olvido o un segundo plano sirve también de impulso para la economía de los países de Asia Pacífico (además de a la propia Europa). No sólo la reactivación interna de la economía china supone un impulso al crecimiento global, sino que la reactivación del turismo en países colindantes será una de las fuentes de reactivación económica clave este año.
¿Cómo se presentan los mercados emergentes?
Como siempre que existe una fuerte subida de tipos de interés, los emergentes pueden llegar a sufrir. Hasta el momento han tenido grandes anclas que han apoyado un buen comportamiento a principios de este año, como es el precio elevado de las materias primas (apoyando a aquellos países de carácter exportador, principalmente en Latam), un ciclo económico adelantado (los emergentes subieron los tipos de interés antes que los países desarrollados, contando así con un diferencial de tipos de interés que les favorece) o el aguante del ciclo económico global.
No obstante, si los bancos centrales en países desarrollados siguen tensionando las condiciones financieras ante las presiones inflacionistas, el comportamiento de los países emergentes puede llegar a resentirse. Ya han sido algunos países pequeños, quizá no considerados emergentes, pero si frontera, los que han sufrido eventos de tensiones internas (Egipto, Bangladesh, Sri Lanka, Pakistan…) ante el fuerte incremento de sus costes de financiación. Serán precisamente aquellos países que más dependan de financiación exterior y que no cuenten con un mercado interno de deuda (deban endeudarse en divisas fuertes como el USD o el EUR) los que corren un mayor riesgo en el actual contexto.
¿Es momento de invertir en estos mercados? ¿China debe estar en cartera?
Los mercados emergentes ofrecen cualidades de diversificación en las carteras que hace que sea casi obligatorio contar con ellas en las carteras, en mayor o menor medida y siempre que el inversor lo soporte: la volatilidad de los mercados emergentes tiende a ser superior a la media de los mercados desarrollados. Como antes comentaba, en un entorno de tensionamiento de condiciones financieras, unidas a un renovado sentimiento de incertidumbre, puede no ser óptimo para sobreponderar el peso de los mercados emergentes en las carteras.
En todo caso, la decisión de invertir en mercados emergentes siempre tiene que venir acompañada de cierta diferenciación. No es lo mismo el mercado (o la economía) de China que el de Brasil. Por ejemplo, aquellos países que están en un punto del ciclo más adelantado frente a los países desarrollados y que podrían empezar a plantear una bajada de tipos de interés pronto desde niveles muy elevados, como puede ser el caso de Brasil o India, podría resultar interesantes para tomar exposición a renta fija.
“Puede cobrar más protagonismo del habitual en las carteras la renta fija frente a la renta variable”
China es un mercado que tiene que estar en cartera: es un mercado que sigue ganando peso en los índices mundiales, tanto en renta fija como en renta variable, a medida que su mercado se abre a inversores internacionales. En cualquier caso, por el momento del ciclo en que se encuentra China, quizá sea más interesante contar con mayor peso en renta variable frente a la renta fija de este país. La recuperación de la actividad y la necesidad del Gobierno de recuperar la reputación dañada, de alguna manera, por la gestión del Covid y los cambios regulatorios, podrían permitir un año sin sobresaltos en este país. Como se mencionó anteriormente, para que una cartera se pueda beneficiar por completo de la reapertura de la economía china también tendría que tener exposición a la región de Asia Pacífico, quien se espera que obtenga sinergias desde este país.
El Personaje y su Imagen
Nereida González es CAIA y analista de mercados y asesora financiera en la Agencia de Valores R3 PWM. Cuenta con cerca de diez años de experiencia en el sector financiero, formando parte del equipo de Afi Research antes de su incorporación a R3. Además, es profesora colaboradora de diferentes escuelas de negocios, como Afi Escuela, y universidades como la Universidad de Oviedo.