A.S.A.
“Moderada y prudente”. Es así como define Martín Godino la reforma laboral recién aprobada por el Gobierno, tras el consenso con los agentes sociales. El socio director de Sagardoy Abogados considera además que las empresas ganan en flexibilidad con la nueva regulación de los fijos discontinuos, que puede ser un instrumento útil “para recoger aquellas actividades intermitentes, muy habituales en nuestro tejido productivo”, para señalar que un mensaje inequívoco de que la actual regulación “ha funcionado” es que los despidos no se han tocado. Godino, que en casi todos los ERE de las entidades financieras ha estado sentado en la mesa de conversaciones, explica en este sentido y también en esta entrevista que “la necesidad del sector financiero de ajustar su tamaño y estructura de costes era evidente” por el cambio de modelo, la digitalización y por el contexto de tipos de interés negativos.
Es la «primera vez en la historia» que «una reforma laboral obtiene el respaldo unánime de los agentes sociales… pero, ¿estamos ante una reforma de mínimos?
No creo que pueda hablarse de una reforma de mínimos. Se abordan temas trascendentales como la contratación temporal, cuyo modelo es completamente nuevo, la regulación de las contratas y subcontratas, la articulación entre los convenios sectoriales y los convenios de empresa o el régimen de ultractividad. Materias todas de indudable trascendencia. Pero no siendo de mínimos es cierto que, y eso es elogiable, no es tampoco de máximos, porque no modifica de manera radical el modelo global diseñado en anteriores intervenciones legislativas. Por eso he dicho que me parece una reforma moderada y prudente.
¿El Gobierno les consultó en algún momento sobre los cambios?
La respuesta es que no. Otra cosa es que hayamos hecho saber nuestra opinión como expertos, que por supuesto lo hemos hecho, como otros muchos colegas.
“El riesgo de recuperar la ultraactividad indefinida es la petrificación de la negociación colectiva, pero estoy seguro de que para evitarlo el camino es la negociación colectiva permanente y continuada”
¿Cuál es el aspecto fundamental, a su juicio, de la reforma que se acaba de pactar?
Sin duda el nuevo modelo de contratación temporal y su combinación con el refuerzo de una figura que pasará a ser muy relevante que es el contrato de fijos discontinuos, que permitirá combinar la indefinición del contrato con la prestación intermitente de servicios. Porque es una materia que además no se tocó en la reforma del 2012 y que claramente estaba necesitada de una revisión en profundidad, como ahora se ha hecho.
¿Las empresas ganan en flexibilidad con la nueva regulación de los fijos discontinuos?
Sin duda, la regulación de los fijos discontinuos es más flexible que hasta ahora y puede ser un instrumento útil para recoger aquellas actividades intermitentes, muy habituales en nuestro tejido productivo, que se repiten en el tiempo pero que no son permanentes durante todo el año.
Con la nueva ley ¿se va a acabar con la lacra de la temporalidad?
La temporalidad no puede acabarse nunca del todo porque hay actividades que necesariamente tienen una duración limitada en el tiempo y que pueden ser objeto de un contrato de trabajo. Pero sí creo que en el medio plazo el nuevo modelo diseñado reducirá de manera apreciable la tasa de temporalidad, sin olvidad que a ello debe contribuir también la actuación de las administraciones públicas, cuya tasa de temporalidad sigue siendo más elevada que en el sector privado.
Habrá que dotar de más medios a la Inspección de Trabajo…
Yo no creo que la solución a los problemas laborales venga de una intensificación de la labor de policía de la Inspección, que por supuesto tiene una función importante. El éxito de la reforma, de ésta y de cualquiera, está en que el tejido social y productivo adopte como suyos las pautas que introduce la Ley. Y para eso hace falta más pedagogía y trabajo de la negociación colectiva y de las empresas que persecución sancionadora.
Ustedes participaron también como asesores de Rajoy en la reforma de 2012, que no se ha derogado… ¿Se felicita por eso?
Nuestra intervención en la reforma del 2012 fue la misma que ahora, aportar nuestras ideas y opiniones para apoyar un mejor funcionamiento de nuestro mercado de trabajo y por tanto contribuir a la recuperación económica que se produjo después. Y por supuesto me parece una opción madura y sensata la de mantener los aspectos clave de aquella reforma, como fueron la nueva ordenación de los mecanismos de flexibilidad interna y externa, que ahora prácticamente no se tocan.
“El éxito de la reforma, de ésta y de cualquiera, está en que el tejido social y productivo adopte como suyos las pautas que introduce la Ley”
Los despidos no se han tocado, por ejemplo, algo que pedían los sindicatos y eran líneas rojas para la patronal
Señal inequívoca de que la regulación actual es equilibrada y funciona razonablemente bien.
Sin embargo, se recupera la ultraactividad y se fortalece el convenio sectorial, y los sindicatos lo aplauden… ¿Y usted?
El riesgo de la recuperación de la ultraactividad indefinida es la petrificación de la negociación colectiva, pero estoy seguro que para evitarlo el camino es la negociación colectiva más permanente y continuada, no solo cuando toca renovar el convenio. Y sinceramente me parece que tiene sentido una mayor protección del convenio sectorial, como ahora se hace.
La reforma revisa el ERTE actual y crea el mecanismo Red que, al principio, no convencía ni a empresarios, ni a sindicatos. ¿Qué opina de este mecanismo tal y como ha quedado recogido en la reforma?
Es un mecanismo complejo, cuya utilidad habrá que medir con el tiempo. Pero puede servir en situaciones de crisis venideras, en determinados sectores y en coyunturas especialmente desfavorables y concentradas den determinadas actividades o en periodos concretos de tiempo.
Casi todos los ERE de las entidades financieras han tenido a Martín Godino en la mesa de conversaciones, ¿no es así?
Sí, las entidades financieras han confiado en nuestra capacidad para articular acuerdos equilibrados que dieran solución a un problema real de tamaño y competitividad que ha afectado a todo el sector. Y afortunadamente todos los procesos ha concluido con acuerdo.
18.627 empleados han salido como resultado de los seis expedientes de regulación de empleo en 2021, una cifra que supera con creces a los afectados por ERE en 2013, el peor año de la crisis financiera. ¿Qué ha pasado?
El sector financiero se encuentra en un cambio de modelo, sobre todo por los cambios derivados de la digitalización y el consiguiente cambio en el modo de actuación de los clientes. Si se añade un contexto de tipos de interés negativos sostenido durante años, la necesidad del sector de ajustar su tamaño y estructura de costes era evidente.
¿Los ERE han sido una vía de escape para muchos empleados que, al parecer, estaban sufriendo una gran presión?
Bueno, no lo veo exactamente así. Lo que creo es que los empleados del sector son plenamente conscientes del proceso de reconversión que vive el mismo y han optado en muchas ocasiones por buscar otros caminos al amparo de la posibilidad pactada en los acuerdos alcanzados con los sindicatos.
¿Ha habido más voluntarios de los que se esperaba?
La verdad es que sí, seguramente por lo señalado anteriormente.
Dicen los sindicatos que las condiciones de estos ERE han sido peores que en acuerdos anteriores. ¿Qué opina?
Cada momento es distinto, la comparación no tiene mucho sentido. Pero no hay diferencias sustanciales respecto de acuerdos precedentes.
¿Habrá nuevos ERE?
Pues no tengo ni idea. Pero no son nunca una buena noticia, para nadie.
Al Timón
Martín Godino es Socio Director de Sagardoy Abogados.
Su formación académica comenzó en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid donde se licenció en Derecho. Más tarde, obtiene el grado de Doctor en Derecho por la Universidad de Alcalá de Henares. Completa sus estudios con el Máster en Derecho del Trabajo y Seguridad Social y el Diploma de Práctica Procesal que obtiene en la Escuela de Práctica Jurídica de la UCM.
Actualmente imparte clases de Derecho del Trabajo en el Master de Acceso a la Abogacía de la Universidad Carlos III de Madrid, en el Master de Acceso a la Abogacía de la Universidad CEU San Pablo y en el Master de Relaciones Laborales de la Universidad Complutense de Madrid. Participa como ponente en los programas formativos de la Sagardoy Business&Law School y es director del Máster Executive Avanzado de Relaciones Laborales. En 2017 fue nombrado como uno de los 30 mejores abogados del mundo por la revista Euromoney y también fue galardonado con el Client Choice Award, en los años 2015, 2017, 2019 y 2020, distinción que se otorga en función de la opinión de las empresas tanto españolas como multinacionales con presencia relevante en el mercado.
Martín ha sido también condecorado en 2021 con la Cruz Distinguida de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
Y a pesar de esta apretada actividad profesional, Martin Godino se escapa, cada vez que puede “a disfrutar de Asturias para desconectar cuando puedo permitírmelo”.