La Crisis del Coronavirus / Virginia Miranda
Las pymes, que representan el 99,8% del tejido empresarial español, aún siguen acusando los efectos de la pandemia. Sólo el 60% ha recuperado los niveles previos al Covid y este año la caída en el número de empresas es de casi 45.000 respecto al año previo a la crisis. Los datos son de Cepyme, que reclama “sensibilidad” al Gobierno con la realidad que viven estas compañías, recordando que no han llegado las compensaciones por los cierres parciales, reclamando “flexibilidad” para que “adecúen sus plantillas y puedan sobrevivir”, pidiendo más medidas fiscales sobre el recibo de la luz y considerando que “no es el momento” de subir el salario mínimo. Lo cuenta su secretario general, Luis Aribayos, quien plantea como reto a corto y medio plazo de la confederación y las organizaciones que la componen conseguir que “la micropyme se plantee acceder” a los fondos europeos. “Es fundamental avanzar en la transformación digital y en la sostenibilidad y debemos trabajar entre todos para conseguirlo”, sostiene. Nos encontramos en un “cambio de era que obliga en muchos casos a cambios en los modelos de negocio” porque, asegura, “nos jugamos mucho a la hora de competir”.
Hace más de año y medio que el país echaba el cierre a causa de la pandemia y más del 70% de la vacunación permite hablar de paulatino regreso a la normalidad. Las pymes, sin embargo, no llevan el mismo ritmo. Dicen desde Cepyme que sólo el 60% ha recuperado los niveles previos al Covid.
La caída en el número de empresas es de casi 45.000 menos que en 2019. Con la crisis de 2008 perdimos más de 100.000 y ni siquiera antes de la pandemia llegamos a recuperar ese tejido productivo. Por eso es tan importante que no se pierdan empresas, porque se cierran con relativa facilidad y cuesta muchísimo volver a consolidar ese tejido productivo. Desde Cepyme alertamos una y otra vez de que la mayoría han tenido que cerrar durante las restricciones y no han sido compensadas económicamente. Veremos en breve los datos definitivos, pero el Banco de España estimaba que la mitad de las compañías españolas estuvieron en pérdidas en el año 2020. Eso está provocando un importante deterioro de los balances que hace muy difícil la situación de la pyme.
“Pensamos que no se cumplen las condiciones para subir el SMI. Con los datos de destrucción de empresas, el objetivo es apuntalar la recuperación”
¿Reparten culpas en ese cierre de empresas?
No tiene sentido obligar a una empresa a cerrar y no compensarla por ello. Instrumentos como los ICO han sido muy importantes en determinadas compañías, pero no olvidemos que se trata de un préstamo que hay que devolver. Los ERTEs han sido muy importantes para mantener capital humano, pero más allá de una parte de las cotizaciones sociales de las empresas y a diferencia de otros países, no ha habido una compensación. La pandemia empezó hace año y medio y las empresas todavía no han recibido compensación por esos cierres. Eso está teniendo graves consecuencias en el tejido productivo y va a tener grandes consecuencias en materia de competitividad. España ha sido el país de la OCDE que mayor caída del PIB ha tenido, una caída del 10,8%. En otros países, además de que ha sido menor, ha habido compensaciones directas a las empresas con más celeridad, con menos restricciones y en mayor cuantía. Nada va a tener que ver la situación de una pyme en Francia o Alemania con la que tiene una compañía en España. No debemos olvidar nunca la realidad del tejido empresarial español. El 99,8% de las empresas en España son pymes y el 94,7% son micropymes, es decir, tienen menos de diez trabajadores y una facturación inferior a dos millones de euros. Las pymes son la columna vertebral del tejido productivo y el avance del bienestar. Pero no en España, en Europa, ya que representa dos tercios del empleo y hay que ser conscientes de esa realidad para llevar a cabo medidas que ayuden a esa pequeña y mediana empresa.
¿Cuántas empresas siguen en ERTE? Habrá prórroga para mantenerlos, pero parece que para bonificar el regreso a la actividad.
Según los últimos datos, son más de 260.000 trabajadores los que siguen en ERTE, concentrados principalmente en la restauración, el alojamiento y el comercio; más de la mitad pertenecen a estos sectores. Dado que acaba el periodo estival, ha llegado el momento de modificar el sentido de esos ERTEs y es necesario dotar de flexibilidad a las empresas para que adecúen sus plantillas y puedan sobrevivir. Siempre decimos lo mismo; una empresa de ocho trabajadores, en la situación en la que estamos, es preferible que prescinda de dos empleados si así puede seguir adelante.
“Existe un importante deterioro de los balances que hace muy difícil la situación de la pyme”
¿Qué le parece el anuncio del presidente del Gobierno para reducir el recibo de la luz? ¿Cree que va a suponer un alivio para las pymes?
Cuando buena parte del tejido productivo español lucha por sobrevivir con una mochila llena de piedras, le ponemos otra más. ¿Qué pedimos al Gobierno desde Cepyme? Sensibilidad hacia una pequeña y mediana empresa que llega exhausta al mes de septiembre. En el ámbito personal podemos adecuar nuestros hábitos domésticos, un pequeño negocio no. Tiene que asumir el coste del recibo de la luz y, en muchos casos, no puede trasladarlo al producto final y al cliente. ¿Medidas? El IVA. El Gobierno está recaudando más IVA al 10% a los precios actuales que el que recaudaba a los precios habituales al 21%. En cualquier caso, reitero, pedimos sensibilidad con la realidad de la pyme para que no sigan desapareciendo empresas que luego cuesta mucho recuperar y que son las que generan empleo.
El Gobierno va a subir el salario mínimo interprofesional (SMI), pero las patronales dicen que lastrará la recuperación. ¿Cuándo creen que el tejido productivo español estaría en condiciones de que el SMI alcance el 60% del salario medio, de acuerdo con la Carta Social Europea?
Se puede llegar a cualquier compromiso electoral y, como no puede ser de otra manera, cumplirlo. Pero el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores, que señala que es una potestad del Gobierno, establece cuatro aspectos a tener en cuenta. Uno es la coyuntura económica general, y seguimos más de cuatro puntos por debajo del PIB de 2019, con récord de deuda, con un déficit del 8%… Otro es el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional y, además del número de personas en ERTE, cabe mencionar el récord de paro juvenil y los autónomos sin actividad. Otro es la productividad media nacional, y estamos en productividad negativa. Y, por último, el índice de precios al consumo. A este respecto, tendríamos que valorar el IPC subyacente quitando la electricidad y deberíamos ver no sólo el IPC de 2021, también el de 2020 que fue negativo. Pensamos entonces que no se cumplen las condiciones para subir el salario mínimo. Esto no quiere decir que no creamos que se deba subir. A lo mejor el año que viene empezamos a ver otro escenario económico y es el momento de valorar la cuantía, pero realmente pensamos que no es el momento. Ante la situación económica, con los datos de destrucción de empresas, el objetivo es apuntalar la recuperación.
“Pedimos sensibilidad para que no sigan desapareciendo empresas que luego cuesta mucho recuperar y que son las que generan empleo”
En medio de este contexto económico llegan los fondos europeos, que han de ayudar a la recuperación y están destinados a proyectos digitales y sostenibles. ¿Las pymes españolas están preparadas para responder a estos requisitos?
Es imprescindible. Desde Cepyme lo resumimos en una frase: si estos fondos de recuperación no llegan a la pyme, serán un fracaso. Si el 99,8% de las empresas son pymes, si se quedan en una mínima representación, realmente serán un fracaso. Los antecedentes no son buenos, ni en ejecución de fondos europeos de anteriores convocatorias ni en el caso más reciente de esas compensaciones por las pérdidas sufridas en la pandemia y que han sido un fracaso a la hora de repartirlas. Pero es fundamental avanzar en la transformación digital y en la sostenibilidad de la pequeña y mediana empresa y debemos trabajar entre todos para conseguirlo. En ningún caso va a suponer un choque o dicotomía entre gran empresa y pyme. Es más, en muchos casos la pyme necesita de la gran empresa para desarrollar proyectos que realmente sean beneficiosos para la economía española.
Un panadero en una localidad de tamaño medio, una ganadera con una pequeña explotación o el dueño de una escuela de idiomas en una gran ciudad. ¿Cualquier pequeño o mediano empresario puede acceder a las ayudas? Esos requisitos de digitalización y sostenibilidad exigirán, en muchos casos, una reformulación de algunos negocios.
Sin lugar a dudas. Ese es el objetivo que perseguimos desde Cepyme y desde todas nuestras organizaciones. Esa es la realidad del tejido productivo español y tenemos que conseguir llegar a él. Debemos lograr que esa micropyme se plantee acceder a estos fondos. Muchas no consideran que vayan con ellas y la inmensa mayoría de las empresas de este país nunca ha pedido una subvención. Tienen un tamaño tan pequeño que les supone un gran esfuerzo y a lo mejor han tenido una experiencia negativa. Pero es fundamental que micropymes y sectores intensivos en empleo como, por ejemplo, el comercio, lleven a cabo esa parte de transformación digital. Para ello es necesaria la cercanía de la última milla por parte de todas las Administraciones, para que las ayudas acaben llegando a la pequeña y mediana empresa.
“En muchos casos la pyme necesita de la gran empresa para desarrollar proyectos realmente beneficiosos para la economía española”
¿Disponen estas empresas de la información y orientación públicas suficientes para acceder a ellas?
Creo que todavía no. En el mes de julio se aprobó el plan español por parte de la Comisión Europea y ahora tenemos varios años por delante para conseguir que la pequeña y mediana empresa de cualquier provincia española dé el paso adelante para acceder a estos fondos y aborde una digitalización que requiere de una transformación cultural. El informe DESI [Índice de Economía y Sociedad Digital] de la Comisión Europea es claro; suspendemos en capital humano, en digitalización y en implementación de tecnologías en las pymes. Ahí es donde tenemos que actuar y donde nos jugamos mucho a la hora de competir. Siempre ha sido muy difícil ser empresario y empresaria, pero en este momento tienen un mérito adicional. Por la dificultad económica y el enorme esfuerzo que ha supuesto esta pandemia y por el cambio de era en que nos encontramos, que obliga en muchos casos a cambios en los modelos de negocio.
Desde Cepyme, ¿qué pautas aconsejan seguir a las pymes para verse beneficiadas por los fondos?
Desde Cepyme y las más de 3.000 organizaciones que la componen trabajaremos con las distintas Administraciones para hacer una labor de difusión sobre las ayudas. ¿Qué le diría a cualquier pequeña y mediana empresa? Que tiene que creer, comprobar de qué manera pueden favorecer estos fondos a su compañía y estar atenta a las distintas convocatorias. Las organizaciones empresariales trabajaremos los próximos años para concienciar e informar a todas las empresas españolas para que tengan en cuenta los fondos europeos. En casi todos los sectores, nos encontramos en un momento de cambio de modelo y es necesario adecuar las empresas para poder seguir compitiendo.
“Es necesaria la cercanía de la última milla por parte de todas las Administraciones, para que las ayudas acaben llegando a la pequeña y mediana empresa”
¿La unión hace la fuerza? ¿Qué valoración le merecen los PERTEs? Esa colaboración público-privada con la participación de Administraciones, empresas y centros de investigación.
Soy un profundo convencido en el ámbito profesional, soy vicepresidente de un clúster donde el objetivo es la transferencia de conocimientos y donde unimos centros de conocimiento como universidades, CSIC, etcétera, con grandes empresas, con pequeñas empresas y con startups. En ese ecosistema es donde se desarrolla la innovación y donde tenemos que trabajar para poder competir en un mundo que, en otras latitudes, cuenta con mayores recursos económicos para llevarlo a cabo. Es un modelo muy interesante y, sin duda, la pyme tiene que jugar un papel crítico. España es un país muy bueno en investigación científica y tenemos que seguir desarrollando y apostando por esa transferencia de conocimiento al mundo empresarial.
Cuando haya acabado la pandemia y el reparto de fondos, ¿cree que saldremos mejores y más competitivos como economía?
De momento, los datos son tozudos. El endeudamiento lleva una senda muy peligrosa, el déficit, terrible. La ministra de Hacienda ha dicho que no lo vamos a cumplir hasta el año 2025. Esta crisis ha tenido un impacto muy importante en el balance de las empresas y tendremos que mejorar mucho para recuperarnos del esfuerzo que hemos tenido que hacer. Las heridas que ha dejado esta terrible pandemia en nuestra economía son muy importantes y las tendremos que resolver cuanto antes. Es importante volver a la consolidación fiscal y para ello habrá que empezar a oír hablar de reducción de gasto. Las empresas y los ciudadanos se han apretado mucho el cinturón para poder sobrevivir y las Administraciones también lo tendrán que hacer.
De un vistazo
Luis Aribayos Mínguez era nombrado secretario general de Cepyme en marzo de 2021.
Anteriormente era director de Economía y Transformación Digital de dicha confederación.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y MBA en el IE Business School, completa su formación con diversos programas de alta dirección como el Programa Superior en Lobby & Advocacy. Gestión intereses públicos y privados y el Programa Superior de Dirección de Transformación Digital, ambos en el IE Business School.
En los últimos años, su actividad profesional se ha desarrollado en el ámbito de las organizaciones empresariales, ocupando el cargo de secretario general de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE) y la vicepresidencia del Clúster Tecnológico OnTech Innovation.
Anteriormente desarrolló su actividad en compañías como Isolux, IE Business School y como profesional independiente, iniciando su actividad en la empresa familiar.