La crisis del coronavirus / Virginia Miranda
El consumo de renovables en la UE apenas supera el 20%. Eso significa que cerca del 80% tiene su origen en los combustibles fósiles, entre ellos el gas natural procedente de Rusia que, desde el ataque de Putin sobre Ucrania, se ha convertido en un problema de primer orden para los Estados miembros. Por eso, por la sostenibilidad medioambiental y también económica, “es fundamental acelerar el desarrollo renovable”. José María González Moya, director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), representa a un sector con un alto potencial por ser España uno de los países de la Unión con mayores y mejores recursos, por eso hay que seguir apoyando “a la industria española y potenciar el mercado doméstico” para competir en el mercado global, defiende. Con medidas en materia de I+D y con fondos como los Next Generation que, señala, están “generando cierto efecto tractor”. En las empresas y en el empleo. Tanto que, si se acelera su desarrollo, la previsión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) sobre nuevos puestos de trabajo para esta década podría incrementarse, sostiene, un 50%. Preguntado por lo que le pide a la Administración, habla de “certidumbre. Certidumbre en cuanto al desarrollo, los objetivos, la forma de retribuir estas energías de cara al futuro”.
Los fondos europeos están pensados con criterios de digitalización y sostenibilidad. ¿Cómo se traduce en el nivel de inversión en el sector que representa? Los Next Generation han destinado ayudas de 660 millones de euros para la implantación de estaciones de autoconsumo en las empresas y se prevé que se amplíen hasta los 1.320 millones.
Uno de los principales focos de los fondos, más de una tercera parte, estará dedicado a la transición ecológica, en particular al sector energético, para llevar a cabo esa transformación. Ya están en marcha todos los fondos en materia de autoconsumo, también fondos en materia de PERTE renovables, proyectos de interés estratégico en materia de hidrógeno, de almacenamiento…, aunque los más avanzados y en funcionamiento son los relativos al autoconsumo.
“Se prevé la creación de 200.000 puestos de trabajo que, si aceleramos y vamos más allá en los objetivos, podrían llegar a los 300.000 en esta década”
También hemos visto cómo se han habilitado en materia de comunidades energéticas. En todo caso, es una buena noticia que buena parte de esos fondos se dediquen a la transición ecológica y, de manera específica, a la energética. Bienvenidos son. Están además generando cierto efecto tractor sobre la industria renovable. Fundamentalmente, aquellas partidas que ya se están aprobando para el autoconsumo.
Además de las consecuencias en los procesos de producción y la sostenibilidad, ¿qué efectos sobre la creación de nuevas empresas y puestos de trabajo se prevé con este nivel de inversión?
Tenemos un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que prevé una creación de empleo cercana a los 200.000 nuevos puestos de trabajo. Todo lo que sea recibir ayudas para en desarrollo renovable en cualquier materia, no solo en autoconsumo, también en hidrógeno verde, comunidades energéticas y veremos a ver otras nuevas partidas, ayudará. Ya estamos comprobando cómo se crea empleo y riqueza. Todavía no tenemos cerrados los datos de 2021 pero en 2020, incluso con la pandemia de por medio, el sector fue resiliente y, en gran parte de las tecnologías, se crearon nuevos empleos. No de forma acuciante porque la crisis hizo mucho daño a toda la economía en general; si el resto perdió en torno a un 15% de puestos de trabajo, desde el sector renovable creamos ligeramente o no destruimos en algunas áreas.
En todo caso, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el instrumento de planificación que está en vigor, sí prevé un volumen de generación de empleos que, en caso de que aceleremos e incluso vayamos más allá en los objetivos, podamos llegar a los 300.000 empleos en esta década.
¿Qué le parece que la Comisión Europea haya concedido al gas natural y a la energía nuclear las etiquetas de “verde” y “sostenible”, la denominada taxonomía verde, lo que se traducirá en la posibilidad de recibir parte de las inversiones que podrían ir a las renovables?
Creemos que es un error. La política europea siempre ha centrado los esfuerzos en materia de sostenibilidad y desarrollo futuro en las energías realmente verdes como son las renovables, las que no generan impactos en materia de residuos ni en emisiones de CO2. Es un cambio en la taxonomía europea, parece que empujado por algunos Estados miembros que tienen fuertes intereses en gas y, en particular, en nuclear, y por desgracia ahora estamos viendo que depender del gas nos está pasando factura. Nosotros entendemos que la taxonomía debería ser muy clara en cuanto a que las inversiones realmente sostenibles son las renovables. Hay otras tecnologías que vamos a necesitar durante los próximos años pero, cuanto antes las abandonemos y centremos todos nuestros esfuerzos en materia renovable, mejor.
“Hay otras tecnologías que vamos a necesitar los próximos años pero, cuanto antes centremos todos nuestros esfuerzos en materia renovable, mejor”
Las consecuencias económicas de la crisis del Covid y el alza de precios provocaba en 2021 un aumento de la potencia instalada de autoconsumo con energías renovables. ¿Va al ritmo necesario para alcanzar la previsión del Gobierno para 2030?
Deberíamos estar en tasas de crecimiento de entorno a los 6.000 megavatios año. No sólo en materia de autoconsumo, sino en todas las renovables. Gracias al empuje del autoconsumo, sí que es verdad que estamos cerca de esas tasas, un poco por debajo de la senda esperada de desarrollo renovable para conseguir los objetivos de 2030.
Pero estamos viendo que el permitting, sobre todo en materia ambiental, está condicionando el desarrollo renovable. El Gobierno ha legislado incluso dando prórrogas para conseguir unos determinados hitos, pero las autorizaciones están tardando mucho en llegar, tenemos cierto atasco administrativo y no hay proyectos tan maduros y listos como para llegar a las tasas de desarrollo de 2030, aunque no estamos lejos.
¿Qué le piden a la Administración para acelerar esos proyectos?
Son muchas cosas las que necesitamos. La principal es certidumbre. Certidumbre en cuanto al desarrollo, los objetivos, la forma de retribuir estas energías de cara al futuro. Pero el principal escollo lo tenemos en esta materia, en el permitting. Nos encontramos con este problema en pequeñas instalaciones de autoconsumo, que en muchas ocasiones ven dificultades a la hora de obtener sus autorizaciones, y en las grandes. Fundamentalmente, los problemas suelen venir por ahí.
“Estamos viendo que el ‘permitting’, sobre todo en materia ambiental, está condicionando el desarrollo renovable”
2022 lo hemos empezado con una guerra y un alza de precios del petróleo y del gas natural. ¿Un mayor desarrollo de las renovables habría contenido las consecuencias del conflicto en Ucrania sobre la energía?
Sin duda. El desarrollo renovable incide de forma directa sobre los precios. Evidentemente, cuanto menos dependamos del gas, que no tenemos y está en un entorno de precios absolutamente desorbitado, mejor. En España hemos hecho un desarrollo renovable muy fuerte en los últimos años que se vio lastrado durante cierto periodo por una moratoria. El hecho de contar con más renovables puede hacer que estemos dependiendo menos de ese gas que, por desgracia, marca el precio en los mercados. La respuesta es que sí, que un mayor desarrollo renovable nos ayudaría a contener los precios.
“Hay que acelerar el desarrollo renovable. No sólo por nuestros objetivos en materia de energía y clima, sino por nuestras propias economías”
Existe también un grave problema de abastecimiento, sobre todo para nuestros vecinos europeos. ¿Hasta dónde podrán llegar las renovables para reducir los riesgos
Por desgracia, el consumo de renovables a nivel europeo todavía es bajo. Estamos hablando de una media en la Unión de poco más del 20% en 2020. Es decir, cerca del 80% del consumo energético de la UE depende, sobre todo, de combustibles fósiles, además de energía nuclear y otras tecnologías. La Comisión y todos los Estados miembros están redoblando sus apuestas por cambiar esta proporción. Las consecuencias de la crisis de precios del año pasado, unidas al conflicto en Ucrania, nos están haciendo darnos cuenta de que es fundamental acelerar el desarrollo renovable. No sólo por nuestros objetivos en materia de energía y clima, sino por nuestras propias economías.
Uno de los problemas que se está subrayando estos días es la falta de interconexiones de España con Europa. En nuestro país hay mucha tarea pendiente y ahora nos lo demandan desde el resto de la Unión, donde habían prestado poca atención y es en este nuevo contexto cuando parecen tener interés. ¿Cuál es su opinión?
Las interconexiones de España con el resto de la Unión todavía están muy limitadas. Teníamos un objetivo de interconexión en 2020, ahora extrapolado a 2030, mucho más elevado. Esto está lastrando las posibilidades de poder desarrollar un mercado único, un mercado más interconectado.
“Es una lástima que el nivel de interconexión todavía sea bajo. Es una tarea pendiente desde hace años y será bueno abordarla”
Estamos viendo cómo estos días se habla de la posibilidad de que España exporte gas, porque tiene la capacidad de transformar el gas natural licuado, que nos viniera por barcos, a las redes europeas, pero es una lástima que el nivel de interconexión todavía sea bajo. Es una tarea pendiente desde hace años y será bueno abordarla. Lo ideal para España sería incrementar la capacidad de interconexión para poder exportar energía, y energía eléctrica de origen renovable, dado que es de los países de la Unión con mayores y mejores recursos renovables.
Al margen de la coyuntura actual, ¿qué creen desde APPA que habría que hacer para reducir el precio del recibo de la luz en los hogares y en las empresas?
Contener el recibo en un entorno de precios como el actual es difícil. El Gobierno ya está tomando medidas en materia fiscal, en la protección de los consumidores vulnerables… Nosotros creemos que hay que seguir apostando por la transición energética, seguir apostando por las renovables y tratar de depender, cuanto antes, lo menos posible del gas. La Comisión Europea ha aprobado el toolbox, es decir, parte de sus herramientas y estrategias para contener esos precios. Pero, sin duda, un mayor desarrollo renovable puede ayudar a contener esos precios y lo veremos en el medio plazo.
¿Cuál será el futuro de las energías renovables? ¿Pasa por la eólica marina flotante?Entre ellas, sin duda. El desarrollo renovable debería ser un desarrollo equilibrado. Apostando por todas las tecnologías y contemplando no sólo el precio, también el valor de cada una de ellas. No es lo mismo obtener una energía barata como la solar fotovoltaica en los movimientos de mayor radiación o la eólica, que tiene una capacidad de volumen de energía mayor no dependiendo tanto de las horas de sol, sino de que estén más distribuidas.
“Hay que apostar por todas las tecnologías contemplando no sólo el precio, también el valor de cada una de ellas”
También hay otras energías renovables que tienen capacidad de gestionar a partir de residuos. Lo ideal es un mix equilibrado apostando por todas ellas porque tenemos unos recursos renovables muy buenos. Tenemos un sol y un viento estupendos, tenemos agua, tenemos biomasa. La energía eólica marina también tiene su protagonismo y lo va a tener en los próximos años. Vamos a apostar por ella y nos va a ayudar a desarrollar el sector.
Quería preguntarle por otras últimas innovaciones tecnológicas. Por molinos más pequeños que alteren menos el entorno natural o placas solares más eficientes.
En materia de innovación tecnológica, lo que estamos viendo los últimos años es una mayor eficiencia de todo. Tanto en el mundo solar como en el eólico. Somos capaces de generar mayor cantidad de energía en menos espacio y con menor afección. Del mismo modo, veremos la aparición del hidrógeno verde. Es decir, la utilización del hidrógeno de origen renovable como sustituto del gas natural es una de las innovaciones tecnológicas sobre las que se está trabajando y que cada vez va a tener mayor protagonismo.
“El hidrógeno verde como sustituto del gas natural, una de las innovaciones sobre las que se está trabajando, va a tener mayor protagonismo”
Estamos hablando de un sector renovable que es netamente innovador; vemos que las tecnologías existentes mejoran sus capacidades de producción con mayor eficiencia y que se desarrollan nuevas tecnologías y soluciones. Hablábamos de la eólica marina, pero el potencial del mar es muy elevado. Todavía está en fase de I+D gran parte de esas tecnologías pero, si seguimos apoyándolas y apostando por ellas, vamos a ver cambios como hemos visto en el pasado. Las renovables siguen haciendo esfuerzos por optimizar y aprovechar mucho más la energía con eficiencias mayores.
España tiene el potencial para convertirse en una referencia mundial en renovables. ¿Qué le faltaría para dar un salto definitivo?
La industria española está muy bien posicionada. Tenemos muy buenos suministradores en energía eólica, solar, del agua… La industria renovable tiene un potencial muy alto. Lo que hay que hacer es seguir apostando por ella para convertirnos en un operador global como industria nacional y potenciar también el mercado doméstico para que las empresas puedan llevar sus capacidades al exterior. ¿Qué es lo que le falta? Estamos en un mercado global donde hay que competir con productores de Asia, América, de cualquier lado del océano al que mires. Por eso hay que apoyar a la industria española y potenciar el mercado doméstico. Es lo que se está haciendo y lo vemos en esos nuevos fondos Next Generation. También en las medidas en materia de I+D, muy bienvenidas para un mayor desarrollo de la capacidad industrial que ya tenemos.
“Hay que seguir apostando por ser un operador global como industria nacional y potenciar el mercado doméstico para llevar nuestras capacidades al exterior”
De un vistazo
José María González Moya es director general de la Asociación de Energías Renovables (APPA). Ingeniero industrial con más de 15 años de experiencia profesional, gran parte de su trayectoria la ha desarrollado en el sector energético.
González Moya se incorporó a la asociación en 2010 como director técnico y, desde 2015, es el director general de APPA.
Es miembro del Consejo Rector del Ciemat y representante de APPA en el Consejo Consultivo de la Electricidad de la CNMC, en el Comité de Agentes de Mercado de OMIE y en diferentes comités y grupos de trabajo en Red Eléctrica de España (REE).