Al Grano / Mercedes Cobo ■
“Una de nuestras metas principales será superar los 30.000 puntos de recarga en 2030”, indica el General Manager de Power Dot para España, operador de cargadores para vehículos eléctricos. De hecho, destaca que cerca de un 40% de puntos públicos instalados o en fase de instalación siguen a la espera de la obtención de las licencias o permisos necesarios para poder estar operativos. En este sentido, ve necesario agilizar los trámites y la creación de una infraestructura sólida que permita la adaptación del vehículo eléctrico
¿Cuál es su modelo de negocio?
Power Dot es un operador de cargadores para vehículos eléctricos que centra su área de actuación en instalarlos en locales de acceso público. Nuestra misión es que recargar un vehículo eléctrico sean tan sencillo como cargar un teléfono.
Nuestro modelo de negocio es diferencial de otras empresas del sector por dos razones: en primer lugar, porque nos enfocamos en instalar los cargadores en espacios públicos y, en segundo lugar, porque ofrecemos una solución “llave en mano” a nuestros partners para la instalación de los puntos de recarga. Es decir, nosotros nos encargamos de todo el proceso, desde la instalación hasta la atención al cliente 24h.
“En España, el Gobierno se fijó como meta contar con 100.000 puntos para vehículos eléctricos en el año 2023. La realidad es que, actualmente, sólo hay operativos cerca de 15.000″
Nosotros realizamos el 100% de la inversión para la instalación, pero una vez el cargador está operativo, compartimos con el centro asociado un porcentaje de los beneficios, lo cual lo hace más interesante para nuestros socios. De esta forma, queremos facilitar su toma de decisión a la hora de escoger esta alternativa e invertir en un futuro hacia la movilidad sostenible.
¿En qué países operan? ¿Tienen previsto nuevos destinos?
Actualmente contamos con más de 8.000 puntos de carga a lo largo de 6 mercados europeos en los que tenemos presencia: España, Portugal, Francia, Bélgica, Luxemburgo y Polonia. En el caso de España, contamos con más de 800 puntos de recarga repartidos en más de 150 ubicaciones distintas.
En este momento no tenemos previsto expandir nuestro modelo de negocio a otros mercados. Queremos centrar todos nuestros esfuerzos en consolidar nuestra posición, en convertirnos en un player de referencia en todos los mercados en los que ya operamos, en ofrecer la mejor calidad en nuestros servicios y en resolver los diferentes retos del sector.
¿En qué momento se encuentran y cuáles son sus objetivos a corto plazo? ¿Cuáles son sus prioridades?
Estamos en una etapa de consolidación debido al gran crecimiento que hemos experimentado durante estos últimos años. Nuestro objetivo principal es promover y facilitar el cambio hacia una movilidad sostenible, ubicando los puntos de recarga en espacios públicos concurridos, adaptando estos puntos al día a día del usuario.
Nuestra visión es que las personas puedan recargar sus coches cuando se desplacen a hacer sus tareas rutinarias como ir al gimnasio, hacer la compra o ir a un centro médico sin tener que desplazarte hasta una gasolinera.
Asimismo, a corto plazo, nuestros objetivos son continuar instalando los puntos de recarga -ya que los trámites burocráticos hacen que estos procesos puedan llegar a durar más de un año hasta que el cargador esté operativo- y seguir cerrando acuerdos para facilitar el acceso de los usuarios al vehículo eléctrico.
Concretamente, en España el Gobierno se fijó como meta contar con 100.000 puntos para vehículos eléctricos en el año 2023. La realidad es que, actualmente, solo hay operativos cerca de 15.000 por lo que queda por delante una gran labor de concienciación.
¿Cuáles son sus previsiones?
Una de nuestras metas principales será superar los 30.000 puntos de recarga en 2030 con el objetivo de ayudar en el cumplimiento de la normativa del Parlamento Europeo que, con motivo de su política de descarbonización, estipula que a partir de 2035 no se podrán vender vehículos de combustión.
De hecho, cerca de un 40% de puntos públicos instalados o en fase de instalación siguen a la espera de la obtención de las licencias o permisos necesarios para poder estar operativos. En este sentido, para alcanzar los objetivos marcados por la ley, es necesario agilizar los procesos y trámites, así como crear una infraestructura sólida que permita la adaptación del vehículo eléctrico a la vida del usuario.
En cuanto al sector, ¿cuál es la situación?
El sector se encuentra en un momento de gran expansión y de gran confianza en general en que la transición a un mundo en el que la movilidad será totalmente eléctrica -esta confianza se ha visto reforzada recientemente por la prohibición de la UE de vender vehículos con motor de combustión en 2035- sea posible.
Esto se ha convertido en una realidad hasta tal punto que hoy en día vemos a empresas tradicionalmente vinculadas al sector del petróleo y el gas (como BP o Shell) invertir fuertemente en el despliegue de infraestructuras de recarga en espacios comerciales de toda Europa.
¿Cuál es la situación de España con respecto a otros países?
España tiene un largo camino por recorrer. Aunque las ventas de vehículos eléctricos durante la primera mitad del 2022 fueron un 50% superiores a las del año anterior, seguimos estando muy por detrás de otros países de la Unión Europea. Si nos comparamos con otros países, Noruega vendió un 80% de vehículos eléctricos, Suecia un 33%, Alemania un 17%, Francia un 14%, Portugal un 12% y España un 4%, por eso creemos que todavía hay un gran margen de crecimiento.
Un dato que muestra esta distancia respecto a otros países es el número de puntos de recarga por millón de habitantes: España tiene 245, de los cuales, el 83% son de carga lenta, situándose solo por delante de Grecia.
No obstante, sí observamos un avance positivo a nivel regulatorio con el objetivo de promover la movilidad sostenible. En diciembre de 2021 entró en vigor la normativa en la que se obligaba a cualquier parking no residencial a tener un número de dotaciones mínimas de puntos de recarga. Para centros comerciales y otros espacios públicos ya no es solo una cuestión de demanda, es una obligación que tienen que cumplir.
Aunque las normativas avanzan lentamente, se está haciendo un trabajo por integrar estos nuevos modelos de movilidad en la ciudad. Sin embargo, la realidad es que España no será capaz de cumplir con la normativa que exige una infraestructura mínima en las edificaciones para la recarga de vehículos eléctricos para 2023. Es imprescindible que se creen las condiciones óptimas para acelerar esta transición y que España pueda situarse entre los países líderes en movilidad sostenible y descarbonizada.
¿Cuáles son las principales barreras y los principales retos?
Uno de los principales problemas que encontramos en el país es la falta de agilidad y velocidad de los procesos burocráticos que conlleva la instalación de un punto de recarga. Al trabajar en diferentes regiones, cada una de ellas cuenta con sus propios organismos encargados de realizar estos trámites, por lo que es muy difícil llevar a cabo un proceso uniforme y, usualmente, la puesta en marcha de los cargadores puede demorarse más de un año.
Otra barrera es la falta de una infraestructura sólida de recarga disponible. La realidad es que, en el futuro, cuando todos tengan coches eléctricos, la gran mayoría del espacio en el que se van a poder cargar estos vehículos va a ser en zonas de acceso público.
También debemos tener en cuenta que disponer de un punto de recarga de entre 350 y 400 kilovatios supone una inversión de unos 250.000 euros y, muchas veces, el coste de conectarse a la red representa un porcentaje muy elevado.
Otro aspecto es el precio de los vehículos eléctricos. En este momento, el coste de estos coches todavía no están al mismo nivel que los de un modelo de combustión. En este sentido, aunque existe un programa de ayudas para la compra de vehículos eléctricos, el cliente debe adelantar el 100% de la inversión y luego esperar a que la administración le abone una ayuda de entre 5.000€ y 7.000€ que puede demorarse años.
¿La falta de infraestructuras está afectando a la venta de vehículos eléctricos?
Sí, desde luego. Uno de los principales retos es la falta de esa red de puntos de recarga los suficientemente extensa e integrada para que el vehículo eléctrico se convierta en la alternativa más atractiva a la hora de escoger un vehículo para moverse tanto por la ciudad como para recorrer grandes distancias.
“Nosotros realizamos el 100% de la inversión para la instalación, pero una vez el cargador está operativo, compartimos con el centro asociado un porcentaje de los beneficios”
Por este motivo, queremos centrarnos en facilitar la construcción de esta infraestructura en puntos estratégicas que se integren completamente al día a día de los ciudadanos. Es un trabajo que no podemos hacer solos, necesita de la colaboración de todos los agentes, pero poco a poco y con las nuevas normativas la creación de esta red parece cada vez más accesible.
No solo queremos dotar a las ciudades y al país de un gran número de puntos de recarga, sino hacerlo de forma sensata y eficaz, colocando estos puntos en zonas en las que sea necesario, lugares en los que verdaderamente se tenga en cuenta a los ciudadanos.
Todavía queda mucho por hacer, pero el interés por la movilidad sostenible está creciendo, las partes implicadas cada vez están más interesadas y ese futuro que antes parecía muy distante es cada vez más real y tangible.
Al Timón
Licenciado en Administración de Empresas por la Escuela Católica de Lisboa de Negocios y Economía, Joao Seabra inició su carrera en la compañía en febrero de 2021 como General Manager centrándose en el desarrollo de ‘partnerships’ para instalar cargadores en los mejores espacios de ‘retail’ de España y en la gestión de proyectos de instalación.
Antes de su incorporación a Power Dot, Joao se ha dedicado al desarrollo de negocio y ha estado al frente de diferentes proyectos durante más de 10 años en compañías como Glovo y UBER. En esta última como director de operaciones en el mercado ibérico.