Al Grano / A.S.A. ■
El pasado 1 de enero entró en vigor la reforma del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), por la que, aproximadamente, 2,4 millones de autónomos van a pagar menos o igual que ahora y 800.000 autónomos van a cotizar un poco más. “Es una realidad que no debemos minimizar”, explica Celia Ferrero, en esta entrevista en la que nos da todas las claves para que el colectivo entienda y se adapte mejor al nuevo modelo. “Estamos ante un sistema que es flexible”, señala, “y permite ir adecuando la base cada dos meses y ajustar mejor la cuota a los ingresos y a la actividad realizada durante el año, así como a los ciclos de liquidez”.
El lunes 30 muchos autónomos habrán recibido el primer recibo de la cuota a la Seguridad Social con el recién estrenado nuevo RETA. ¿Qué ha pasado?
Pues lo que ha pasado es que la gran mayoría no ha notado nada. El pasado 1 de enero entró en vigor la reforma del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), con el que, aproximadamente, 2,4 millones de autónomos van a pagar menos o igual que ahora (75%) y 800.000 autónomos van a cotizar un poco más (25%). Es una realidad que no debemos minimizar. Cada uno debe revisar sus cuentas y ver si va a cotizar más o menos, para adecuar la cuota a sus rendimientos computables. Ahora bien, en enero se ha domiciliado la misma cuota que se tenía en 2021, el cambio de base y por tanto de cuota con el nuevo sistema, de requerirlo, se podrá hacer antes de finalizar febrero y con efectos en marzo. Es importante que a la hora de calcular el promedio de ingresos mensuales tengamos en cuenta este hecho ya que durante enero y febrero de este año podemos estar en una situación de sobrecotización o infracotización que deberemos compensar con los 10 meses siguientes, si no queremos una regularización del ejercicio en 2024.
Y, entonces, ¿cuál era la preocupación?
Enfrentarse a algo nuevo. Es evidente de que se trata de una reforma de gran calado que no sólo conlleva la puesta en marcha de un nuevo sistema que requiere de procedimientos complejos, como la comunicación y cruce de datos entre la Tesorería General de la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, o el cálculo de los ingresos de los autónomos en base a una definición nueva de los mismos como rendimientos computables a efectos de determinación de la base de cotización, sino que conlleva un claro cambio cultural en la forma de cotizar del autónomo que hasta ahora no debía pensar en si su cuota se correspondía o no a sus ingresos, ni en adecuarla a ellos. El sistema necesita rodaje e ir calibrándose en función de su implementación e incidencias, que seguro las tendrá. Es por ello, que en la negociación exigimos su evaluación cada tres años para correcciones y mejoras y garantizar que con el tiempo sea más fácil y responda a su objetivo primordial, un sistema de protección social avanzado, más solidario y más justo para el autónomo.
Toda esa complejidad, además de muchas voces que hacen ruido apocalíptico sobre las consecuencias del sistema, está infundando miedo en el colectivo. Y es lógico que haya cierta reticencia, pero no es menos cierto que estamos hablando de una reforma que lleva años recomendándose por parte del Pacto de Toledo, que se acordó por los agentes sociales en la reforma de pensiones y se exigía por parte de Bruselas. Ha sido más de un año de negociaciones, arduas y complejas pero que han permitido alcanzar un acuerdo en el seno del diálogo social que debe, dada las circunstancias, ponerse en valor.
¿A qué circunstancias se refiere?
Es evidente que la posibilidad de alcanzar acuerdos en el diálogo social en la fase actual de la reforma de pensiones o en relación a la subida del SMI, es bastante improbable. En la ampliación del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión, no hay consenso político ni en el seno del propio Gobierno, ni en el Pacto de Toledo que no incluyó dicha ampliación en sus recomendaciones. No parece lógico que a las organizaciones empresariales y sindicales se nos requiera un consenso cuando quienes promueven el acuerdo no son capaces de conseguirlo donde toca.
¿En ATA no se está de acuerdo con la subida del SMI?
Sí estamos de acuerdo en que deben subir los salarios, pero no lo estamos en la propuesta de subirlo por encima de los 1.040 euros y aún lo estamos menos con las acusaciones a las organizaciones empresariales de no querer negociar y subir el SMI como pancarta electoralista. En primer lugar, porque no es verdad que se requiera un acuerdo de los agentes sociales para la subida del SMI, es una competencia exclusiva del Gobierno que sólo debe consultar a los mismos y, por tanto, es el Gobierno el que no está cumpliendo con su rol al no haber aprobado aún la subida para este ejercicio. En segundo lugar, porque ya se ha dado respuesta a la consulta, las organizaciones empresariales hemos propuesto una subida de un 4%. Un incremento que no olvidemos supone ya un enrome esfuerzo para PYMES y autónomos que sufren un contexto, y en sectores donde hay más presencia de salarios mínimos, tener que ganar 2000 euros al mes por empleado para poder asumir un puesto de trabajo en el SMI, si le sumamos cotizaciones.
“Hemos conseguido una reivindicación histórica: el destope de la base para los autónomos de más de 47 años que tenían limitadas sus aportaciones si no habían incrementado su base antes de esa edad”
En definitiva, no somos optimistas en cuanto a la posibilidad de alcanzar acuerdos en los próximos meses si se continúa demonizando a los empresarios de manera electoralista y, aún menos, si aquellos responsables políticos que promueven los pactos y los acuerdos, los incumplen claramente al permitir la modificación de lo acordado en el diálogo social, como ha sucedido con la reforma laboral.
Volviendo a la reforma del RETA… ¿Cuáles son las ventajas de este nuevo sistema?
El sistema es flexible y permite ir adecuando la base cada dos meses y ajustar mejor su cuota a sus ingresos y a su actividad durante el año, así como a sus ciclos de liquidez. No factura igual (ni gasta lo mismo) un autónomo en Málaga con un chiringuito en la playa en julio que, en noviembre, ni un fisioterapeuta de los Pirineos ahora, en plena temporada de esquí, que en agosto.
También mejorará la protección de muchos autónomos, que anteriormente cotizaban por la base mínima sin entender las consecuencias que ello conllevaba en la cuantía de sus prestaciones y de su pensión futura. Por otro lado, conlleva la consecución de una de las reivindicaciones históricas del colectivo, el destope de la base para los autónomos de más de 47 años que tenían limitadas sus aportaciones si no habían incrementado su base antes de esa edad, lo cual evidentemente les impedía cotizar más para acceder a una mejor pensión en su jubilación.
¿Cómo saber qué rendimientos netos tengo?
Es lo que parece más complicado pero los gestores y las organizaciones de autónomos estamos para ayudar. Pongo un ejemplo. Los autónomos persona física calcularán sus rendimientos netos teniendo en cuenta todos sus rendimientos netos a los que hay que restar los gastos deducibles de acuerdo con lo previsto en las normas del IRPF. Al importe que salga, tendrán que sumarle la cuota de autónomos y restarle un 7% que es la cifra que se ha estimado como gastos de difícil justificación.
Así, por ejemplo, si en 2023 un autónomo tiene unos ingresos de 23.000 euros, a los que le resta unos gastos deducibles de 5.652,74 euros, le suma los 3.492,74 euros al año que ha pagado de cuota de autónomos y le resta el 7%. Sus rendimientos computables anuales serían de 19.381,2 euros (1.615,1 euros de rendimiento computable mensual).
Con este importe, le correspondería el tramo 3, con lo que podría elegir una base de cotización de entre 960,78 euros y 1.700 euros. Si el trabajador por cuenta ajena opta por la mínima, su cuota sería de 299,76 euros al mes.
Sencillo no suena…
Pero lo es. Quizá deberíamos empezar por animar a todos a descargar la aplicación que desde la Administración se ha preparado para que esta transición sea lo más tranquila posible: ‘Import@ss’, de la Tesorería General de la Seguridad Social. En esta misma aplicación los autónomos podrán cambiar su base de cotización si varían sus rendimientos.
Una vez que termine el año natural, la Tesorería General de la Seguridad Social y Hacienda cruzarán los datos de rendimientos que los autónomos hayan comunicado con los rendimientos reales obtenidos por su actividad en ese año. Si el autónomo ha elegido una base inferior a la que le correspondía, la Administración le comunicará el importe que deberá abonar por haber cotizado por debajo de lo que le correspondía. Por el contrario, si ha cotizado de más, se devolverá la diferencia entre ambas cotizaciones antes del 31 de mayo del ejercicio siguiente en el que se haya notificado el exceso de cotización. Desde ATA vamos a vigilar para que no sea una traba más. Que no olvidemos que hay zonas de España que lo de internet y el 5G sigue siendo un imposible y no todo es accesible.
Muchos autónomos dicen que esto no mejorará las pensiones.
-Empecemos recordando que la cuota nace de la base de cotización y esta base influye en la cantidad que se percibe en todas las prestaciones. Se prevé una mejora generalizada de las pensiones de jubilación, debido a que el 25% de los autónomos van a cotizar mas, especialmente los que superan los 1.700 € mensuales y el 50% de los autónomos tiene +50 años y se destopan las bases de cotización a partir de los 47 años. En 2022 el tope de base de cotización fue de 2.055 €. El destope va a provocar mejores pensiones.
Se pierde tejido empresarial menor de 40 años. ¿No hay futuro?
Lo hay, pero hay que creer en él. Apoyo, certidumbre y profesionalización es lo que necesitan los jóvenes para crear su propio negocio. Desde ATA sabemos que es el momento de dar certezas a las incertidumbres de apostar por el emprendimiento, de dejar de demonizar la figura del empresario y de quitar las piedras del camino a los autónomos, porque son el verdadero motor de la economía de nuestro país.
Al Timón
Celia Ferrero es vicepresidenta ejecutiva de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA. Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación por Universidad Católica de Lovaina y diplomada por la misma universidad en Ciencias Económicas, Sociales y Políticas, se ha especializado en Relaciones Laborales en Europa y Diálogo Social.
Valenciana de nacimiento, ha pasado parte de su infancia y adolescencia en el extranjero. Ferrero es madre de tres niños a los que en lo bueno y en lo malo dice haber hecho ‘autónomos’.