Tras 20 años de problemas, retrasos, compromisos incumplidos y más de 9.000 millones de inversión, el tren de alta velocidad entre Galicia y Madrid comenzó a circular el pasado 21 de diciembre, justito para Navidad. La puesta en servicio del nuevo tramo, de más de 119 kilómetros, supone una nueva oferta de servicios que “reducirá los tiempos de viaje y mejorará la conexión de Madrid con todas las provincias gallegas”, a lo que se sumará, según ha apuntado la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, tras finalizar el viaje de pruebas que hizo hecho junto al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo y otras autoridades, un «aumento significativo» de los servicios de trenes diarios en toda Galicia. Así, Ourense, Santiago y A Coruña verán incrementada la oferta de seis a 10 servicios diarios por sentido, Vigo duplicará la oferta actual al pasar de cuatro a ocho, Pontevedra pasará de cinco a siete y Lugo gana un servicio diario por sentido, de tres a cuatro. “Estamos ante un hito histórico en el que hemos invertido más de 1.040 millones y que muy pronto acercará Madrid a todas las provincias gallegas”, ha resumido la ministra, quien ha destacado el trabajo realizado por los sucesivos responsables políticos para finalizar esta obra, que acumulaba trece años de retrasos. Raquel Sánchez ha recordado que el tramo de alta velocidad que se acaba de probar es “sin duda, el más complicado de toda la red española.
Ahora, y con la vista puesta en 2022, el AVE a Extremadura, la ‘Y Vasca’ o el corredor Mediterráneo, que comparten retrasos y dificultades, también podrían dar un acelerón.