En un ejercicio 2022 marcado por la incertidumbre, la volatilidad y complejas dinámicas de mercado derivadas de la invasión de Ucrania, Repsol obtuvo un resultado neto de 4.251 millones de euros, de los que cerca del 64% procedieron del negocio internacional. Los beneficios anotados en 2021 y 2022 (6.750 millones de euros) aún no permiten compensar las pérdidas de los ejercicios 2019 y 2020 (7.105 millones de euros). La coyuntura internacional provocó que se tensionaran los precios de las materias primas y que la seguridad de suministro energético se situase como una de las principales prioridades en Europa. El modelo de negocio integrado y el Plan Estratégico 2021-2025 fueron fundamentales para que la compañía lograse un desempeño positivo en este entorno, al mismo tiempo que impulsaba su transformación y consolidaba su perfil multienergético, con el objetivo de ser cero emisiones netas en el año 2050.
En 2022, Repsol invirtió 4.182 millones de euros para avanzar en la transformación de su actividad, un 40% más que el año anterior. La mayor parte de esta cantidad se empleó en proyectos en la Península Ibérica y Estados Unidos. En concreto, la compañía invirtió en España 1.400 millones de euros durante el ejercicio. Para impulsar su perfil multienergético, Repsol tiene previsto realizar una inversión orgánica histórica, de más de 5.000 millones de euros, en 2023. El 35% de estas inversiones se asignarán a proyectos bajos en carbono, lo que refuerza su carácter transformador. En línea con su objetivo de ser cero emisiones netas, el 35% de las inversiones totales contempladas en el Plan Estratégico 2021-2025 se dedicarán también a proyectos bajos en carbono, cifra que aumentará hasta el 45% en 2030.
Además, en el ejercicio se produjeron varios hitos como que en marzo se inició la última fase de construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados en España, que la compañía está construyendo en su refinería de Cartagena. Esta instalación, en la que Repsol invertirá 200 millones de euros, permitirá suministrar 250.000 toneladas al año de biocombustibles avanzados, que podrán usarse en los actuales aviones, barcos, camiones o coches sin necesidad de hacer modificaciones en los motores. Se producirán a partir de residuos y su uso permitirá reducir las emisiones en 900.000 toneladas de CO2 al año. Posteriormente, en diciembre, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) concedió un préstamo de 120 millones de euros a Repsol para apoyar la construcción y explotación de la planta.