Indra ha registrado un beneficio neto de 172 millones de euros en 2022, lo que supone un incremento del 20% respecto al ejercicio precedente, que le ha permitido incrementar el dividendo a 0,25 euros, frente a los 0,15 del año anterior. La compañía ha elevado los ingresos un 14%, hasta los 3.851 millones de euros, aupada por el crecimiento tanto de Minsait, que ha facturado un 18% más, como de Defensa, que ha aumentado su volumen de negocio en un 6%. La tecnológica ha registrado un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 400 millones de euros, un 14,3% más, mientras que el beneficio operativo (Ebit) ha alcanzado los 300 millones de euros, el máximo histórico del grupo. Además, la cartera de contratación también ha alcanzado su récord con 6.309 millones de euros, lo que implica un crecimiento de casi el 16% en los últimos 12 meses. Indra ha cerrado el ejercicio con 56.735 empleados, un 8,9% más que al final de 2021. De estos, más de 30.000 se encuentran en España, donde se ha aumentado en más de 1.900 personas la plantilla. El consejero delegado de Indra, Ignacio Mataix, ha calificado de «histórico» el ejercicio por los máximos de cartera y facturación y el crecimiento a doble dígito de la mayoría de las partidas.