Iberdrola ha acordado separar los cargos de presidente ejecutivo y de consejero delegado de la compañía, nombrando para este nuevo cargo a Armando Martínez Martínez, hasta ahora director general de Negocios, mientras que Ignacio Galán permanecerá como presidente ejecutivo, informó la energética a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Con esta decisión, Iberdrola acede a la demanda de los últimos años por parte de los fondos, que solicitaban un reparto de poderes en la compañía y el nombramiento de un número dos como CEO. Galán, que cuenta con 72 años recién cumplidos el pasado mes de septiembre, fue reelegido en 2019 por la junta general de accionistas para un nuevo mandato como ejecutivo, que expira el año próximo.
El nuevo consejero delegado de la energética es ingeniero industrial, especializado en electricidad por la Universidad de Valladolid, y desde 2016 ocupó también el puesto de director del Negocio de Redes (transporte y distribución de Iberdrola). Desde 2002 a 2014 tuvo responsabilidades en Iberdrola México, donde alcanzó el cargo de director general. Asimismo, ha sido impulsor del Global Smart Grids Innovation Hub, con sede en el País Vasco, un centro tecnológico global que definirá las redes eléctricas del futuro.
Por otra parte, la eléctrica selló, además, la salida de dos pesos pesados dentro de su organigrama. El actual secretario del consejo, Julián Martínez-Simancas, y Francisco Martínez Córcoles, que llegó a ser consejero ejecutivo de la eléctrica, abandonarán la empresa el próximo 1 de enero.
Más de 3.000 millones de beneficio
La elección de CEO ha coincidido con la publicación de los resultados hasta septiembre. La compañía obtuvo un beneficio neto de 3.104 millones de euros en los primeros nueve meses del año, lo que representa un incremento del 29% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, a pesar de la bajada del 14% en los resultados de España. Con estas ganancias, el grupo presidido por Ignacio Galán reafirmó sus objetivos para 2022 de alcanzar un beneficio neto récord de entre 4.000 y 4.200 millones en el conjunto del año. El resultado bruto de explotación (Ebitda) de la energética hasta septiembre creció un 16,7%, hasta los 9.529 millones de euros, con una evolución positiva en todas las geografías exceptuando de nuevo España que, debido a un entorno adverso, pierde un 9,8%. Las inversiones brutas orgánicas en el periodo del grupo se situaron en los 7.568 millones de euros en los nueve primeros meses del año, con un incremento del 14,2%, siendo el 40% en Redes y el 49% en generación Renovable.