La guerra de Rusia en Ucrania y el embargo del gas ruso ha traído consigo nuevos tiempos energéticos. Así lo demuestra el que el Gobierno de Francia tenga la intención de hacerse con el control del 100% del capital social de la compañía energética Électricité de France (EDF) con el objetivo de reforzar la independencia energética del país galo, según ha confirmado la primera ministra gala, Élisabeth Borne, durante un discurso ante la Asamblea Nacional.
«Les confirmo hoy que el Estado tiene la intención de controlar el 100% del capital de EDF», dijo Borne al exponer las prioridades del Gobierno francés, que actualmente controla el 83,88% del capital de la eléctrica. La renacionalización de EDF supondrá dar cumplimiento a una de las promesas lanzadas durante la campaña para su reelección el pasado mes de marzo por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien había defendido la nacionalización de la compañía para reforzar la independencia energética francesa y como pilar de la estrategia para lograr la ambición de cero emisiones mediante la construcción de nuevas plantas nucleares. «Seremos la primera gran nación ecológica en salir de los combustibles fósiles», afirmó la primera ministra francesa, para quien la emergencia climática exige decisiones contundentes y radicales.
EDF completó el pasado mes de abril una ampliación de capital de 3.150 millones de euros, en la que el Estado suscribió unos 2.700 millones equivalentes a su peso en la empresa, con el fin de financiar las operaciones de desarrollo del Grupo entre 2022 y 2024; reforzar la calificación crediticia y su acceso a los mercados de financiación; y de manera más general, para fortalecer la flexibilidad financiera de la eléctrica.
La ‘utility’ francesa obtuvo en 2021 un beneficio neto atribuido de 5.113 millones de euros, lo que supone prácticamente ocho veces más que el resultado de 650 millones de euros contabilizado el ejercicio precedente, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) aumentó un 11,3%, hasta 18.005 millones. Asimismo, durante el pasado ejercicio la compañía alcanzó una cifra de negocio de 84.461 millones de euros, un 22,3% por encima de los ingresos contabilizados en 2020. Sin embargo, la deuda financiera neta de EDF se incrementó hasta los 43.000 millones de euros.