Endesa obtuvo un beneficio neto de 1.435 millones de euros en 2021, lo que representa un incremento del 2,94% con respecto al ejercicio anterior. Este incremento en las ganancias (por encima de sus previsiones de cierre de año anunciadas al mercado en el Capital Markets Day del pasado noviembre) se produjo a pesar de contabilizarse un deterioro de los activos de generación eléctrica en los territorios no peninsulares (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla) de 652 millones.
Este deterioro está relacionado con la situación prevista de los mercados de materias primas y los costes que se prevén recuperar en la regulación por estos conceptos, así como con los cambios contemplados en la estructura de generación futura y sus efectos en la generación térmica actual. Se suma a los deterioros en el negocio no peninsular ya contabilizados en 2019 y 2020 por 404 y 338 millones, respectivamente.
El grupo registró un beneficio ordinario neto de 1.902 millones de euros, un 11% inferior al de 2020, aunque superior en un 12% a la ‘hoja de ruta’ que se había marcado de 1.700 millones de euros en noviembre. Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de la energética creció un 6% el año pasado frente a 2020, situándose en 4.278 millones. La inversión bruta ejecutada en 2021 ascendió a 2.200 millones de euros (2.172 millones), lo que supone un 5% más de la estimación inicial (que era de 2.100 millones) y un 33% más que en 2020.
Al cierre de 2021, la deuda bruta de Endesa alcanzó los 10.378 millones de euros, un 50% más que los 6.899 millones contabilizados al cierre de 2020. Sin embargo, la compañía se mantiene como una de las empresas con un coste de financiación más bajo.