Ana Sánchez Arjona
Nadia Calviño está convencida: “el despliegue de los fondos europeos será clave para el crecimiento español”. Un crecimiento que se ajusta a las estimaciones de Economía realizadas el pasado mes de julio, 6,5% en 2021 y 7% en 2022, que recogen los Presupuestos Generales del Estado y que está muy lejos de la media del 5% que manejan diferentes organismos y servicios de estudios. Sin embargo, es precisamente la gestión de los Next Generatión el talón de Aquiles que puede lastrar la recuperación a juicio de la OCDE, incluso de la propia Comisión Europa y también de Funcas. El servicio de estudios de Fundación de Cajas de Ahorro estima que el próximo año se ejecutarán unos 20.000 millones de euros de los fondos europeos, frente a los 26.900 previstos inicialmente.
Nadia Calviño se mantiene firme. La perspectiva de la economía española “es muy positiva” y la recuperación “es sólida” y llega a “donde importa”: al empleo, “que acumula nueve meses creciendo”.
Son palabras de la vicepresidenta primera que no coinciden con las previsiones de organismos internacionales, servicios de estudios y la propia Comisión Europea que en las últimas semanas han dejado solo al Gobierno que maneja unas previsiones de crecimiento mucho más optimistas. Y es que, el cuadro macro en el que están basados los Presupuestos Generales del Estado de 2022 fija que España crecerá un 6,5% este año y un 7% el siguiente. Sin embargo, ninguna de las proyecciones realizadas en noviembre, y lo que llevamos de diciembre, pronostica que el Producto Interior Bruto para este año supere el 5%, ni el 5,5% el próximo ejercicio.
Señala la vicepresidenta que España es el país más avanzado de la UE en la puesta en marcha del plan de recuperación, “el primero en acordar las condiciones de ejecución y en solicitar el primer tramo semestral de 10.000 millones de euros
“Las estimaciones son muy positivas”, insistía la vicepresidenta en una rueda de prensa que ofreció tras mantener un encuentro de trabajo con el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, justo un día después de que la OCDE recortara en más de dos puntos su previsión de crecimiento para la economía española: espera que el PIB crezca un 4,5% en 2021 frente al 6,8% inicial y un 5,5% en 2022, lejos del 6,6% de lo previsto el pasado mes de septiembre.
La ministra argumenta sus cifras en que España liderará el despliegue del plan de recuperación, “el pilar esencial que sustentará el crecimiento”. Explica que España es el país más avanzado de la UE en la puesta en marcha del plan de recuperación, “el primero en acordar las condiciones de ejecución y en solicitar el primer tramo semestral de 10.000 millones de euros, que se sumarán a los 9.000 millones de prefinanciación ya recibidos en agosto”.
Sin embargo, la OCDE y otros organismos internacionales dudan precisamente de que el país gestione adecuadamente los fondos.
“La demanda doméstica fue más débil de lo esperado en el segundo y tercer trimestre, en parte reflejando la inflación y el despliegue más lento de lo estimado de los fondos de recuperación europeos”, ha explicado la economista senior y máxima responsable para España de la OCDE, Müge Adalet McGowan
Porque coinciden prácticamente todos los estudios en que la capacidad de regeneración de la economía todavía no es suficiente.
Revisión a la baja
Funcas, por ejemplo, ya revisó a la baja el mes pasado su previsión de PIB para 2022 hasta el 5,7%, cuatro décimas menos que su dato anterior, a la vista de la revisión que el INE había hecho para el segundo trimestre y bajo el supuesto de que los elevados precios energéticos y de las materias primas se mantendrán hasta la primavera y descenderán posteriormente. Además, la mayoría de panelistas del servicio de estudio de las Cajas estima que el próximo año se ejecutarán unos 20.000 millones de euros de los fondos europeos, frente a los 26.900 previstos.
Una opinión que comparte la consultora PwC que prevé el crecimiento del PIB de España al 5,2%. Es decir, 1,8 puntos menos que lo estimado por Economía. Mostraba inquietud por la subida de los precios y advertía de que las presiones inflacionistas observadas durante los últimos meses “podrían acabar siendo estructurales si se trasladan a los salarios”.
BBVA Research explicaba en el informe del cuarto trimestre que las expectativas de crecimiento económico en España se «moderaban» hasta un “5,5%”en el año 2022. Para el servicio de estudios la revisión se sustentaba en “diversos factores negativos…como las disrupciones en las cadenas de producción, el aumento del precio de la energía o el retraso en la ejecución de los fondos europeos Next Generation”.
Bruselas echaba también un jarro de agua fría sobre las expectativas del Gobierno. La Comisión Europea recortaba hasta el 4,6% su previsión de crecimiento para España en 2021, 1,6 puntos menos de lo que había calculado en julio y colocaba a nuestro país a la cola de la recuperación en la UE.
“Los motivos de esta revisión a la baja del crecimiento para este año están ligados a los cuellos de botella del lado de la oferta, al aumento de los precios de la energía y su impacto en la economía y también a un consumo doméstico menos dinámico”, explicaba el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni que sin embargo matizaba en que trata únicamente de un “retraso” en la recuperación, porque la economía española vivirá una “fuerte expansión” no inmediata, que sí lo será “en los próximos años”.
El indicador diario de actividad en el que se apoya la vicepresidenta
La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital no quiera oír hablar, de momento, de rebajas las previsiones económicas a pesar de que, y respecto al crecimiento medio del 5% que los diferentes organismos económicos prevén, señala, «hablamos de previsiones de crecimiento con tasas medias del 5%, eso es una recuperación robusta y muy fuerte».
Calviño se basa en un nuevo indicador de actividad diario en el que trabaja su equipo desde el verano, que difiere de los datos de contabilidad nacional trimestrales que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que no está presente en el Plan Estadístico Nacional.
El INE avanzó a finales de octubre que la economía española sólo había crecido un 2% en el tercer trimestre del año por la mala evolución del consumo privado, que supone más algo más de la mitad del PIB
“El indicador diario de actividad recuperó su nivel precovid en noviembre, manteniendo además su dinamismo durante el cuarto trimestre”, aseguraba la ministra en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros
Y ha sido precisamente esa disparidad de cifras la que provocó la reunión del 24 de noviembre en la que se dieron cita en el INE un grupo de expertos en análisis de coyuntura, técnicos del Ministerio de Economía y del Banco de España convocados por el propio Instituto Nacional de Estadística para explicar la metodología utilizada en la especialmente ‘intensa’ revisión a la baja del dato de crecimiento económico del segundo trimestre del año. Es decir, la rebaja drástica del PIB del 2,7% al 1,1%, casi dos puntos por debajo de lo estimado inicialmente.
Un recorte en toda regla que despertó las dudas en los expertos que trabajan en predicciones económicas que se preguntaban cómo la metodología oficial puede provocar variaciones tan drásticas de un dato tan importante como es la evolución del PIB.
El INE avanzó a finales de octubre que la economía española sólo había crecido un 2% en el tercer trimestre del año por la mala evolución del consumo privado, que supone más algo más de la mitad del PIB. “Lo importante es una recuperación sostenida en el tiempo, y eso es lo que prevén todos los organismos”, señaló Calviño en ese momento.
Está previsto que el Instituto Nacional de Estadística publique el dato confirmado de PIB del tercer trimestre la próxima semana. Y según adelantó a analistas y al propio Ministerio en una reunión extraordinaria, baraja revisarlo al alza.